El Club de Fútbol de la Universidad de Costa Rica cerró este domingo la primera vuelta del Torneo de Verano 2014 con una apretada y sufrida victoria 2-1 ante la Asociación Deportiva Santos de Guápiles, en el estadio Ecológico de las Instalaciones Deportivas en Mercedes de Montes de Oca.
Los universitarios necesitaban ganar para dejar atrás una semana por demás aciaga, donde fueron vapuleados por Herediano y Alajuelense 5-0 y 5-2, respectivamente.
La escuadra pocociteña llegaba con el reto de ganar por primera vez de visita en este Verano, en aras de compensar el insípido empate a 0 en casa que se pegaron el viernes contra el Carmelita, y para encontrar la última victoria guapileña fuera del Ebal Rodríguez hay que remontarse al 23 de noviembre del año anterior cuando le ganaron, precisamente al equipo universitario, 1-3 en el Ernesto Rohrmoser de Pavas. Por su parte, la obligación universitaria era lavarse la cara y demostrar que los últimos dos resultados fueron más por virtudes de sus oponentes que por errores propios.
En la primera parte se observó a una Universidad creando más opciones de gol que los guapileños, sin embargo la mala puntería celeste hizo que el partido se quedara sin goles al término de esta etapa.
La segunda parte comenzó relativamente aburrida, pues también los guapileños empezaron a hacerse presentes a través de José Carlos Pérez, quien entró de cambio para esta etapa, y Josué Martínez, que tampoco fructificaban. Sin embargo, este letargo terminó a los 63’ de tiempo corrido y 18 de esta segunda parte, con un remate de pierna derecha soltado por Martínez que se fue al paral izquierdo de la cabaña defendida por el portero Carlos Méndez, para abrir el marcador a favor de los santistas.
Pero Giacone acusó recibo del golpe, hizo sentar a Yeremy Araya, y en su lugar metió a un Víctor Coto que poco a poco empieza a dejar en claro a la afición celeste que fue una acertada decisión traerlo, ya que un remate de cabeza suyo, al minuto 83, significó el empate y el devolverle el alma al cuerpo a una afición celeste que se temía otra derrota.
Y cuando todos pensaban que el partido iba a quedarse así, vino lo impensado: un penal cuando el partido ya expiraba y no había tiempo para más, a favor de la oncena del Alma Máter. El encargado de ejecutarlo, Lucas Emmanuel Gómez, remató fuerte y bien colocado para vencer al portero Adrián de Lemos y darle el 2-1 final al partido, con lo cual desató la fiesta entre la afición celeste. No sólo por ganar o ingresar a la zona de clasificación a semifinales en este torneo al llegar a la mitad de él, sino más que todo, por tener otra razón para volver a creer, y por dejar atrás sus fantasmas recientes.