San José, 31 jul- La Policía Judicial de Costa Rica arrestó hoy en la zona caribeña de Costa Rica a ocho personas, dos de ellas de nacionalidad nicaragüense, bajo sospechas de estar involucradas en el asesinato, hace dos meses, del joven ambientalista Jairo Mora, un defensor de las tortugas marinas.
El caso causó conmoción en el país y en el extranjero debido a que un mes antes el conservacionista había denunciado en redes sociales y en un diario local que era víctima de amenazas contra su vida, al tiempo que clamaba por protección policial.
Mora fue emboscado mientras patrullaba un santuario de tortugas en la playa de Moín, en la provincia costarricense de Limón, el 31 de mayo. Su cadáver, con señales de tortura, fue hallado ese mismo día en la costa.
El operativo practicado este miércoles se produjo exactamente al cumplirse el segundo mes del crimen, en medio de presiones de grupos ambientalistas para exigir que el asesinato no permanezca en la impunidad como hasta ahora.
Desde entonces, la policía no dio pistas claras sobre el avance de las investigaciones. El costarricense Didhier Chacón, director para America latina de la organización no gubernamental WideCast, advirtió el fin de semana, en declaraciones a dpa, que temía que el asesinato de Mora quedara en el olvido. Mora pertenecía a esa organización, que se encarga de proteger a los tortugas marinas de la extinción.
Según las primeras versiones, la policía judicial realizó los arrestos este miércoles en la zona atlántica de Costa Rica y andaba tras la pista de al menos otro sospechoso que estaba en fuga.
Según la versión de la policía, se trataría de una banda de asaltantes de la región, que habrían entrado en contradicción con la organización ambientalista a la que pertenecía Mora debido a que ésta no podía seguir pagando a los depredadores de huevos con los que había hecho un trato a fin de preservar las tortugas y evitar así el saqueo de los nidos.
Al ser reconocido durante la emboscada, Mora habría sido asesinado por las denuncias que había formulado días antes, según la versión policial.
El fiscal general, Jorge Chavarría, dijo que las autoridades tienen fuertes elementos para presumir que los detenidos hoy son los responsables del crimen del ecologista.
Varios grupos ambientalistas propusieron esta semana la creación de una Comisión de la Verdad, que se encargue de indagar y profundizar en el caso de Mora y de otros ambientalistas muertos en Costa Rica en circunstancias no del todo esclarecidas y las amenazas sufridas por otros activistas ambientales.
En el caso de Mora, el capitán del barco Sea Sheperd, el canadiense Paul Watson, ofreció una recompensa de 30.000 dólares a la persona que suministrara información que permitiera dar con los asesinos. Empresarios ligados al turismo también pusieron a disposición 60.000 dólares con el mismo propósito, según dijo Chacón.
Mora denunció, un mes antes de su muerte, que bandas de narcotraficantes pagaban con droga a saqueadores de nidos la extracción de huevos de tortuga. En la costa de Limón, de unos 214 kilómetros de extensión, existe un importante santuario de tortugas Baula, Verde y Carey. Grupos ambientalistas y voluntarios realizan patrullajes y labores de protección para evitar el exterminio de estos animales.