Desde ayer jueves a las 3 a. m. hasta hoy viernes a las 10 a. m. la Universidad de Costa Rica (UCR) sufrió una caída de su red debido a un ciberataque hecho desde China y Rusia.
El ataque cibernético provocó que cayera la telefonía, internet, correos y todos los sistemas institucionales de la universidad.
“Lo que hubo fue un ataque de denegación de servicio o DDOS (denial of service, en inglés) en el que se generaron una gran cantidad de solicitudes de acceso a la red de la universidad”, aseguró Alonso Castro, director del Centro de Informática de la institución.
Según Castro, estos ataques no tenían como blanco dañar a la universidad, sino que son una estrategia para tomar control de la red y usarla para atacar bancos, instituciones o empresas, haciéndose pasar por la universidad.
Durante el ataque, los equipos de borde (los que conectan a internet y dan la seguridad) recibieron entre 80.000 a 100.000 conexiones simultáneas, mientras que en promedio atienden entre 1.500 a 6.000, lo que provocó que el sistema cayera.
“Es la primera vez que tenemos una caída tan grande. A veces nos hackean una página o un servidor, pero ahora fue todo el core (núcleo) de la red y cuando se cae el core, se cae todo”, agregó Castro.
El ciberataque no solo provocó que se perdiera el acceso a internet dentro de la institución, sino también impidió el acceso a páginas web de la universidad por parte de personas externas, además de afectar la telefonía de la univesidad.
Sobre cómo se detectó el ataque, Castro afirmó que el sistema de monitoreo automático alertó que empezaron a llegar miles de mensajes avisando que había un problema y que los equipos de seguridad habían perdido la conexión. De inmediato el equipo de la universidad contactó al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) para solucionar el problema.
A partir del lunes, el Centro de Informática de la universidad empezará a trabajar en el informe oficial.
Medidas
De acuerdo con Castro, lo más importante que se hizo tras el ataque fue aumentar la seguridad de los equipos, además de quitar un poco de libertad para accesar a diferentes páginas web pero evitando afectar el trabajo de los funcionarios.
“Colocamos algo que se llama sniffers, que son unos equipos que (…) revisan comportamientos anormales”, manifestó el director.
Asimismo, se endurecieron las reglas de los equipos para detener el ataque.
