Los griegos y los romanos las utilizaban en sus casas y palacios para relajar el cuerpo y la mente, y desde entonces se les atribuía propiedades terapéuticas, ya que además de ayudarles a eliminar el estrés, obtenían una mejor calidad se vida.
En nuestro país actualmente se investigan los principales lugares donde se encuentran las aguas termales, así como sus principales bondades.
Debido a la temperatura y a las propiedades de las aguas termales en nuestro país, esta actividad podría pasar de ser una fuente alternativa del turismo recreativo, a la etapa del turismo de salud. En la gráfica el balneario Río Tabacón. (Foto L.F. Cordero)
Estas aguas se consideran una expresión de la energía endógena del planeta, pues han sido útiles para determinar los posibles orígenes, tanto del calor como de los elementos químicos de los fluidos emitidos por los sistemas hidrotermales.
El M.Sc. Sergio Paniagua, de la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica, realiza una investigación con el objetivo de identificar sus propiedades físico-químicas, que ayudan a extraer las impurezas del cuerpo; de determinar cuáles se pueden ingerir; y tratar de formar una cultura sobre su uso potencial en tratamientos y terapias periódicas, tal como se realiza en otros países. Además, en el estudio se analizan los barros de origen volcánico, que también limpian la piel de toxinas.
Una segunda etapa procurará que se uniformice su utilidad, dependiendo de si son cloruradas, bicarbonatadas, sulfatadas, sulfurosas o ferruginosas.
Por ejemplo, se afirma que las aguas termales de Tabacón sirven para asuntos reumáticos, y las que están al pie del volcán Santa María -que son bastante sulfurosas- se aplican para curar enfermedades respiratorias y problemas de asma. La idea es que en un futuro, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) participe en estas investigaciones.
Asimismo, las aguas cloruradas activan las funciones gastrointestinales y se emplean como antiinflamatorio; las sulfatadas tienen efectos laxantes y purgantes, mejorando la función del hígado; y las carbonatadas y bicarbonatadas son beneficiosas para el aparato digestivo y afecciones gástricas.
A diferencia de otros países, donde la gente debe tomar el avión para viajar hasta dos mil kilómetros para tener una terapia de aguas termales, en nuestro país es posible hacerlo en Cartago, San Carlos o Guanacaste.
«Tenemos conocimiento que en Río Tabacón y más que todo en el Hotel El Tucano, en San Carlos, hay profesionales que dan seguimiento a este tipo de tratamientos. Nuestra idea es popularizarlos, a través de una supervisión médica en los balnearios existentes. Hay lugares inaccesibles, y otros en Guanacaste y San Carlos que todavía no han sido explotados. En algunos se pueden hacer pozos o aumentar su caudal», mencionó Paniagua.
ORÍGENES
Estas aguas están asociadas a un vulcanismo activo o recientemente extinto, y en su mayoría tienen un origen meteórico, o sea que se deben a la lluvia. Se introducen en la fracturas de la Tierra y encuentran alguna fuente magmática cercana que las calienta y las vuelve a subir a la superficie. Una vez que lixivian o lavan los minerales de las rocas que las rodean o que están en el interior, se cargan de minerales.
Estudios anteriores han probado que entre 1 a 3% son aguas magmáticas, mientras que la mayor parte, un 98%, son meteóricas.
En el trabajo de Paniagua se tomaron en cuenta 15 lugares de San Carlos e igual número de Guanacaste, porque los del Valle Central ya habían sido estudiados. Otros geólogos han logrado identificar más de 100 fuentes de aguas termales, pero hay algunas intermitentes que se manifiestan solo en épocas de lluvia y luego desaparecen.
Paniagua se encontró con aguas termales de todo tipo y de muy buena calidad. La mayoría no tiene elementos nocivos, aunque se requiere de análisis microbiológicos en algunas para saber si es posible ingerirlas. En la parte inicial del estudio, Acueductos y Alcantarillados se encargó de esta tarea, ya que puede existir contaminación por residuos de animales o del mismo ser humano. Igualmente, pueden ser peligrosas cuando están anormalmente cargadas de cierto elemento, como una excesiva concentración de cianuro.
El profesional indicó que por ejemplo, la empresa Termales del Bosque, en San Carlos, aprovecha aguas muy cercanas a una serie de fracturas del río San Rafael, las cuales tienen temperaturas próximas a los 42 °C. Allí se han diseñado piscinas rodeadas de exuberante vegetación, y un baño turco con las emanaciones sulfurosas naturales. Este tipo de aguas no poseen contenidos altos de sustancias dañinas, y se ha demostrado sus propiedades curativas por los minerales disueltos que contienen y por su agradable temperatura.
Sin embargo, si estas aguas no han sufrido un tratamiento previo, se recomienda evitar su consumo. El grado de acidez (pH) que soporta normalmente el ser humano está entre 6 y 7,5. El conteo de los valores oscila entre 0 a 14, y de 7 en adelante se consideran aguas alcalinas.
FUENTES
Las aguas termales del Valle Central corresponden a los tipos bicarbonatados y clorurados, caracterizados por altos contenidos de sulfato, calcio, sodio, baja concentración de sílice y valores de pH normalmente de 7. Entre las fuentes están: Finca Fernando Esquivel, Cartago; Fuente Orosi, Los Patios-Cartago; Pozo Tibio, Orosi-Cartago; Finca Tinoco, Cartago; Finca Fernando Terán, Cartago; Finca Río Perlas, Cartago; Agua Caliente, Cartago; Bermejo, Cartago; Salitral, Desamparados; y Salitral, Santa Ana. Las aguas de la fuente Doris, al noreste del volcán Arenal, también son bicarbonatadas.
Las aguas sulfatadas, que se encuentran en Barranca, San Ramón y Tabacón, son amargas, en particular las sódicas, magnésicas y cálcicas, y predomina el anión sulfato.
Las sulfurosas contienen como mínimo un miligramo de azufre en forma reducida, en combinaciones con ácido sulfhídrico, sulfhidrato, azufre coloidal, etc. Se utilizan para efectos terapéuticos; es característico su olor a huevos podridos y su untuosidad. Ejemplos de ellas están en las termas cercanas al volcán Santa María, Guanacaste.
Finalmente, las ferruginosas contienen hierro en cantidad superior a unos 5mg/l, y tienen un factor beneficioso para el organismo, debido a que al beberlas existe una fácil absorción de hierro en forma ferrosa y en muy alta dilución. Un ejemplo son las aguas mineralizadas de Salitral de Santa Ana.
HIDROTERAPIA Y GEOTERAPIA
El Máster Paniagua explicó que un beneficio que se puede recibir de estas aguas es la hidroterapia interna, que se basa en la aplicación de lavados intestinales y nasales, o ingestión de aguas minerales que ayudan a la digestión.
Estos manantiales de «aguas medicinales», estudiados desde el punto de vista físico-químico y bacteriológico, contienen azufre con acción directa sobre el cuerpo como desinfectante y purificante.
En nuestro territorio, las principales fuentes termales utilizadas turísticamente son: Río Tabacón; Baldi Thermae (faldas del volcán Arenal); Hotel Tucano; Termales del Bosque; Teñidero (río Celeste) en Guatuso, volcán Tenorio; Agua Caliente; Los Patios Orosi; Hornillas (Las Pailas), Rincón de la Vieja; y Las Hornillas, volcán Miravalles.
Por otra parte, la geoterapia incluye el tratamiento de barro o arcillas, que aplicadas como mascarillas, quitan al cuerpo parte de su calor, absorben toxinas y otras secreciones. Estos tratamientos se brindan en sitios como Tabacón, Termales del Bosque y El Tucano.