Como su nombre lo indica, Dulcitico no solo es más dulce, sino tico, el primer híbrido nacional de chile dulce (foto Jonathan Castro-IICA).
Para los productores hortícolas del país, el año 2013 terminó con un dulce sabor. Quince años de trabajo en mejoramiento genético de chile dulce dieron como fruto la liberación de la variedad Dulcitico en la Estación Experimental Agrícola Fabio Baudrit (EEFBM), de la Universidad de Costa Rica (UCR), primer híbrido de ese cultivo producido en suelo nacional.
Esto fue posible gracias a un conjunto de esfuerzos institucionales que convergieron en un consorcio y al financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Mediante el Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria (Fontagro), se logró darle el empuje final a la investigación que por lustros ha realizado el M.Sc. Carlos Echandi Gurdián, investigador y docente de la UCR.
El Consorcio Chile Dulce está integrado por especialistas del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), de la UCR, del Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA) y del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Asimismo, lo conforman la Asociación de Mujeres Agroindustriales de San Pedro de Trojas de Sarchí, cantón de Valverde Vega; la Asociación de Productores en Invernadero de Zarcero, cantón de Alfaro Ruiz; la Asociación de Productores Orgánicos de Alfaro Ruiz y los centros agrícolas de Santa Bárbara de Heredia y de Alajuela.
Según lo explicó Echandi, años atrás había empezado a trabajar de forma silenciosa en el mejoramiento genético del chile dulce, porque cuando se diseñan cruzamientos, la recomendación genética que ocurra, está también dada por el azar, lo que implica que la selección que el científico hace puede o no ser exitosa.
En un trabajo conjunto con el M.Sc. Marco Moreira Araya, investigador en Fisiología de la Producción de Hortalizas, hoy jubilado, diseñaron una estrategia que cuidara todos los puntos débiles, para que esa recomendación azarosa de genes estuviera lo más dirigida posible al tipo de planta que querían producir.
Para formar híbridos, ambos científicos echaron mano a dos fuentes de germoplasma. La primera fueron materiales comerciales adaptados que el país importa, con características universales de eficiencia en la producción de frutos por unidad de planta, forma del fruto y calidad poscosecha.
No obstante, como esos materiales por lo general son mejorados para condiciones agroecológicas de los países del primer mundo, había que buscar otras fuentes de germoplasma que permitieran expresar en forma óptima esos genes universales, adaptados a las condiciones propias de Costa Rica.
Luego se buscó en centros internacionales de germoplasma plantas que no solo fueran tolerantes a enfermedades del trópico, sino que contaran con esas características universales. Tras realizar diversos contactos, el Centro de Investigación para el Desarrollo de Vegetales de Asia, (AVRDC, por sus siglas en inglés), ubicado en Taiwán, le cedió a la UCR accesiones (derechos) de plantas con esos requerimientos.
PRESELECCIÓN
De la lista de líneas de chile dulce premejoradas por la AVRDC, se enviaron al país unos 200 genotipos con tolerancia a los hongos Fusarium y Phytophtora, por ejemplo, con las que Echandi y Moreira hicieron una validación de las condiciones agroecológicas locales, y preseleccionaron 58.
Esas accesiones, indicó Echandi, fueron probadas en los terrenos de la EEFBM, que al ser suelos inoculados con todo tipo de patógenos en 55 años de investigación, en su mayoría se afectaron por esos patógenos. Al final quedaron 12 o 14 accesiones con las que se iniciaron los cruzamientos de materiales.
Durante el proceso de preselección de híbridos y de las accesiones aparentemente tolerantes a enfermedades, los investigadores cuidaron que no fueran materiales desbalanceados. Decidieron que producirían híbridos y no variedades de polinización abierta, ya los agricultores habían empezado a notar que el híbrido comercial Nathalie, una de las variedades más populares, no se estaba comportando de la misma manera que años atrás.
“El mejorador genético es como un cupido –dijo Echandi–, empieza a buscar cuáles son los grupos que se complementan mejor en matrimonios. Al menos eso es lo que aprendí en el posgrado, cómo encontrar poblaciones segregantes de plantas que se complementen de la forma más eficiente posible, y eso fue lo que hicimos”.
De esa manera, los investigadores controlaron hasta cierto punto el factor azaroso del mejoramiento, para no empezar el trabajo a prueba y error, y generaron dos grandes poblaciones segregantes para crear los híbridos.
AYUDA OPORTUNA
Fue en ese momento, cuando a título personal, Echandi hacía las primeras evaluaciones con productores de San Rafael de Poás y de Sabanilla de Alajuela, con quienes seleccionó los cinco mejores híbridos, cuando el Consorcio entró en acción y le dio un fuerte empuje a la investigación.
La diferencia es que con el advenimiento de la cooperación, estos cinco híbridos se probaron a una escala más amplia, gracias a la participación de grupos organizados de agricultores.
Estos se probaron en Guadalupe y Pueblo Nuevo de Zarcero, en Sarchí, Desamparados de Alajuela y Santa Bárbara de Heredia. Para ello, los técnicos del Consorcio propusieron un diseño experimental y se responsabilizaron de llevar el registro del rendimiento agronómico.
Para convencerlos de que los materiales eran promisorios, a los agricultores involucrados se les dio libertad para que los manejaran de la misma forma que hacen con sus cultivos. No se les impuso ninguna forma de manejo.
En el año 2012 se realizaron seis evaluaciones y tres días de campo, en los que se contó con la participación de productores y productoras, quienes con la fórmula en mano calificaron a ciegas los materiales en relación con la variedad Nathalie, que fue el testigo comercial que se utilizó.
Tanto los híbridos como el testigo se marcaron con cintas de colores y de esta forma se calificaron distintas características de las plantas. El resultado fue que los productores escogieron claramente los materiales experimentales con mejor comportamiento en relación con el testigo. “Ese fue un paso significativo en cuanto a la credibilidad del productor hacia esos materiales”, indicó Echandi.
Con toda esa información se inició el trámite ante la Oficina Nacional de Semillas, que dio luz verde para el registro del nuevo híbrido. Este fue liberado oficialmente el 4 de diciembre de 2013.
Con Dulcitico, el agricultor puede esperar mayor peso de frutos por planta y chiles de mejor apariencia, color y sabor, que el testigo comercial.
PRODUCCIÓN DE SEMILLAS
El nuevo híbrido surgió con el objetivo de ofrecerles a los productores de chile dulce una semilla más barata y más productiva.
Lo anterior, además de que Dulcitico proviene de una semilla híbrida que por primera vez se produce en el país, el Consorcio Chile Dulce se ocupó de financiar la realización de una simulación comercial de producción de semilla híbrida.
El híbrido presenta la característica de que al proceder de dos padres, necesariamente requiere de la polinización manual para cruzar el polen de una planta con el de la otra.
La labor estuvo a cargo de Echandi. En un área de 288 metros cuadrados del invernadero de la EEFBM, el investigador montó el ensayo y se contrató al personal necesario para realizar los cruzamientos.
“La semilla se produjo en un lugar específico, no en las parcelas, porque para producir semilla híbrida hay que seguir un protocolo muy cuidadoso y rendir el nivel de calidad y de pureza genética que ofrecen las casas comerciales”, explicó el experto.
Expresó que la utilización del invernadero facilitó mucho las cosas, porque “es posible controlar que los insectos vectores no ingresen a donde están las plantas parentales y evitar así una contaminación del cruce”.
Además de cuidar la pureza genética de los híbridos, las instalaciones de la UCR permitieron aplicar toda la tecnología que se ha investigado en cuanto a fertilización, tipo de sustrato y elegir el momento de la polinización, porque tras la floración, un atraso puede provocar la reducción del porcentaje de flores que cuajan en los frutos.
A juicio de Echandi, la forma en que se realizó la simulación dio rendimientos excelentes. Aunque la literatura consultada indica que la producción de semilla híbrida va de 100 a 200 kilos por hectárea, en este caso se llegó a 540 kilos.
“Al producir mucha semilla en una unidad de área muy pequeña, se pilaron
3 millones 27 000 semillas. Indudablemente, el costo por semilla bajará muchísimo”, afirmó.
Actualmente, la semilla de híbridos como Cortés, Fabuloso, Garabito, Nathalie o 42-12, se vende a los agricultores en sobres de cinco mil semillas. El Cortés tiene un precio de ¢26 por unidad, Fabuloso ¢27, Garabito ¢30, Nathalie ¢24 y ¢28 el 42-12.
A esos precios definidos por las casas productoras, hay que agregarles los costos de intermediación, lo que hace que en el caso del híbrido 42-12, el agricultor tenga que desembolsar ¢50 por semilla en lugar de ¢28. La semilla de Dulcitico se venderá sin intermediarios a un precio de ¢18 cada una.
Próximamente, los agricultores podrán acceder a la semilla certificada en los centros agrícolas cantonales del MAG, donde será distribuida.
El dinero recuperado por la colocación de las semillas se reinvertirá en líneas de investigación relacionadas. Algunos de los productores han comentado que el Dulcitico es resistente al picudo, una plaga del chile dulce provocada por un tipo de escarabajo o a mildiú, una enfermedad de importancia económica provocada por un hongo, que infecta principalmente el follaje y que ocasionalmente ataca tallos y frutos.
Con y para los agricultores
Para los integrantes del Consorcio, que forma parte del proyecto Estrategia de innovación tecnológica para mejorar la productividad y la competitividad de cadenas producto en Centroamérica y República Dominicana, el éxito de este radica en que la agenda tecnológica se fijó con participación de los productores, en un espacio propositivo de confianza, transparencia y respeto.
El Ing. Jonathan Castro Chinchilla, especialista en tecnología e innovación y cambio climático del IICA Costa Rica, indicó que el Consorcio de Chile Dulce es una de las experiencias más exitosas por la forma en que se planteó el proyecto. En la región funcionan más de 30.
“No se trata solo producir más, sino ser más competitivos. Por eso nacieron estos proyectos y lo que IICA hizo fue encausar el esfuerzo para la conformación del consorcio”, expresó.
El consorcio es una metodología nueva que rompe con el paradigma de la investigación tradicional, que a veces se realiza de forma aislada sin la perspectiva del extensionista o del agricultor.
“Aquí se tuvo la asertividad de trabajar en temas específicos donde convergen las necesidades de los productores, las capacidades de las agencias de extensión y todo lo que ya la UCR había hecho en investigación, que en el espacio del Consorcio se dinamizó y pasó a ser un producto de innovación, con un valor de utilidad y de competitividad”, aseveró Castro.
El M.Sc. Jorge Mora Bolaños, investigador del INTA y coordinador del Consorcio, es abanderado de que los consorcios se mantengan, porque existen necesidades de mejoramiento genético en otras hortalizas.
“Carlos Echandi está investigando también en tomate, –indicó–. En Costa Rica, toda la semilla de tomate que se cultiva se importa, al igual que la de zanahoria y de cebolla, cultivos con los que podríamos trabajar para producir semilla nacional”.
Para Echandi, en el futuro cercano el mayor desafío será la sostenibilidad en la producción de semilla que entrará en competencia con los materiales comerciales de chile dulce. Hacia ahí hay que enfilar ahora todos los esfuerzos, recalcó.