ICP desarrolla antiveneno para Sri Lanka

La producción de un antiveneno capaz de neutralizar el veneno de las cuatro especies de serpientes más importantes desde el punto de vista clínico

La producción de un antiveneno capaz de neutralizar el veneno de las cuatro especies de serpientes más importantes desde el punto de vista clínico en Sri Lanka, en forma segura, eficaz y económica es cada vez más probable en el Instituto Clodomiro Picado (ICP) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Las primeras pruebas de neutralización,  realizadas en ratones, han arrojado resultados muy positivos. No obstante, aún les faltan otros análisis de laboratorio y pruebas de control de calidad para corroborar la eficacia contra dos de los venenos y la neutralización de otras actividades tóxicas, antes de producir un lote que pueda utilizarse en seres humanos.

Sri Lanka, antigua Ceilán, es una isla de 65,6 kilómetros cuadrados y más de 20 millones de habitantes, ubicada en el océano Índico, al suroeste de la bahía de Bengala y al sudeste del Mar de Omán, muy cerca de la India.

El problema que enfrentan para atender en promedio 30 000 casos de mordeduras de serpientes es que no tienen un antiveneno propio, sino que emplean un producto de la India, que no neutraliza las actividades tóxicas producidas por una de las serpientes que más accidentes causa: la Hypnale hypnale. Además, un alto porcentaje de las personas atendidas con ese antiveneno hindú sufren reacciones adversas.

CONTRIBUCIÓN SOLIDARIA

La participación del ICP en este proyecto surgió a raíz de un llamado que hizo la Organización Mundial de la Salud (OMS) a las entidades productoras de antivenenos del mundo hace unos 12 años, con miras a obtener apoyo para países de África, Asia y América Latina, que requieren solucionar el problema de desatención y desabastecimiento de antídotos para esos casos.

Con más de 40 años de existencia, el ICP es líder en su campo y reconocido internacionalmente por la calidad de su producción de antivenenos y la investigación científica que desarrolla. En forma solidaria atiende ese llamado de apoyo y se ha dedicado a estudiar y generar antivenenos para Nigeria, Papúa Nueva Guinea y más recientemente Sri Lanka. En estos casos, además de aportar los antivenenos a las poblaciones necesitadas, ganan experiencia científica y conocimiento.

En este proyecto participan los doctores José María Gutiérrez Gutiérrez, Alberto Alape Girón, Guillermo León Montero y la biotecnóloga Mauren Villalta Arrieta, así como todo el personal de la Sección de Desarrollo Tecnológico y de la División Industrial del ICP.

Inicialmente se propusieron generar un producto que neutralizara el veneno de cinco serpientes, pero debido a que la cantidad del veneno de Bungarus caeruleus es muy limitada por ahora, decidieron trabajar solo con los venenos de Daboia russelli, Naja naja, Echis carinatus e Hypnale hypnale.

Este proyecto ofrece apoyo a una iniciativa propuesta por la ONG de Estados Unidos Animal Venom Research Institute (AVRI), conformada por estadounidenses y personas oriundas de Sri Lanka radicadas en California.

“La idea es que el ICP produzca el antiveneno que necesita para un estudio clínico, mientras se desarrolla el proceso para la transferencia tecnológica que les permita hacer su propia producción”, afirmó Villalta, estudiante del Programa de Doctorado en Ciencias de la UCR.

Por ahora el ICP ha asesorado en la instalación y mantenimiento de un serpentario en la Universidad de Peradeniya, y por eso se les ha facilitado la extracción de los venenos y su envío a Costa Rica.

La Ing. Villalta iniciará una pasantía de cinco meses en la Universidad Federal de Ceará, en Brasil, con el objetivo de profundizar sus conocimientos en la toxicidad de esos venenos en los riñones, pues trabaja en su tesis sobre el tema de las reacciones adversas del nuevo antiveneno.

En este sentido, comentó que las reacciones que produce un antiveneno responden básicamente a que son medicamentos generados a partir de proteínas de caballo, y el organismo humano reacciona porque los detecta como un cuerpo extraño.

Agregó que su trabajo de tesis analizará varias opciones para disminuir esas reacciones adversas. “Una de ellas es trabajar con una nueva formulación de antivenenos empleando un polímero que ayude a mejorar las características fisicoquímicas y farmacocinéticas de estos, y que disminuya su capacidad de generar reacciones adversas sin afectar su actividad neutralizante”, detalló.


Producción del antiveneno

El 5 de febrero de 2015, en horas de la tarde, la Ing. Mauren Villalta observaba cómo trascurría la sesión de sangría de los caballos inmunizados con los cuatro venenos de Sri Lanka.

El personal de la caballeriza del Instituto Clodomiro Picado trabajaba en extraer entre cinco y seis litros de sangre por caballo. Ese procedimiento lo realizan durante tres días seguidos y lo repiten en las semanas siguientes hasta completar una cantidad considerable de plasma equino, con el que elaboran el antiveneno.

La investigadora explicó que inyectan a los caballos con dosis muy pequeñas del veneno que no les causa daño, pero que los estimula a producir los anticuerpos neutralizantes.

El esquema de inmunización que cumplen en cada caso ha sido determinado científicamente.

Otra de las tareas relevantes en esta producción, que tiene mucha relación con la disminución de reacciones adversas, es el proceso de purificación y esterilización del plasma para obtener los anticuerpos lo más puros posibles; además, el control de calidad en cada paso.

“Al hacer las pruebas con el lote piloto del antiveneno vamos a saber si es eficaz contra los cuatro venenos o si debemos modificar algo del esquema de inmunización o poner más refuerzos”, afirmó Villalta.


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