Las facetas ocultas de mujeres intelectuales del siglo XX

La Dra. Ruth Cubillo Paniagua, profesora e investigadora de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura de la Universidad de Costa Rica (UCR), se

La Dra. Ruth Cubillo Paniagua, profesora e investigadora de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura de la Universidad de Costa Rica (UCR), se adentra en la producción ensayística de seis destacadas mujeres costarricenses que durante el siglo XX transgredieron los límites sociales con sus ideas y sus escritos.

Los resultados de su investigación se publicaron recientemente en el libroMujeres ensayistas e intelectualidad de vanguardia en la Costa Rica de la primera mitad del siglo XX, como parte de la colección “Nueva Historia” del Centro de Investigaciones Históricas de América Central (Cihac). Las ensayistas incluidas en la investigación son: Ángela Acuña Brown (1892-1983), Carmen Lyra (María Isabel Carvajal, 1888-1949), Emma Gamboa Alvarado (1901-1976), Luisa González Gutiérrez (1904 1999), Yolanda Oreamuno Unger (1916-1956) y Emilia Prieto Tugores (1902- 1986).

La autora denomina a este grupo de mujeres escritoras “las intelectuales de vanguardia”, pues en su opinión, ellas fueron diferentes y excepcionales, en alguna medida trasgredieron las normas establecidas por la sociedad costarricense de la época y tuvieron una participación muy importante en los ámbitos cultural y político.

Cubillo señala que su objetivo fue “estudiar otras facetas de estas mujeres para entender su dimensión política y social, más allá de los textos que nos enseñaron de ellas. Son mujeres llenas de ambigüedades y contradicciones, son trasgresoras porque rompen con el orden establecido y estaban dispuestas a decir lo que nadie quería oír, son mujeres arriesgadas”.

Para realizar el estudio, la autora recopiló un total de 363 ensayos que fueron publicados en revistas y periódicos nacionales como Páginas Ilustradas, Renovación, Repertorio Americano, semanario Trabajo, Revolución, Razón, Última Hora, La Tribuna, El Diario de Costa Rica, Cordelia, Mujer y Hogar y Triquitraque.


“No soy feminista pero escribo sobre género, porque pienso que el patriarcado es un mal que afecta tanto a los hombres como a las mujeres”.

Ruth Cubillo Paniagua. Autora.

Los textos escritos por este grupo de mujeres y que forman el corpus de la investigación se dieron a conocer entre las décadas de 1920 y 1950, años cruciales para las mujeres costarricenses debido a las grandes luchas por sus derechos en los ámbitos público y privado, según la investigadora.

En su análisis, Cubillo muestra la conexión que existió entre este grupo de mujeres por medio del Magisterio de Educación, ya que la mayoría ejercieron profesionalmente como maestras. Este es el caso de Carmen Lyra, Luisa González, Emilia Prieto y Emma Gamboa, todas provenientes de hogares humildes, en los cuales la carrera de maestra resultaba una buena opción para las muchachas que deseaban estudiar.

Caso aparte es el de Ángela Acuña, quien provenía de una familia acomodada, pudo viajar a Europa a estudiar y luego ingresar a la Escuela de Derecho para convertirse en la primera mujer abogada del país. Por su parte, Yolanda Oreamuno no logró obtener un título profesional y se dedicó a labores diversas, la mayor parte de su vida fuera de Costa Rica.

MUJERES EN CONTRADICCIÓN

La autora muestra en su análisis el carácter dicotómico que está presente en las vidas y ensayos de estas mujeres de vanguardia. Afirma que a pesar de que muchas de ellas podrían ser calificadas como feministas por no apegarse estrictamente a las normas sociales de la época, también en algunos casos sus discursos resultaban contradictorios con las posiciones en favor de las mujeres.

Ángela Acuña, por ejemplo, se reconoce por ser una acérrima defensora de los derechos civiles de las mujeres y propulsora del sufragio femenino. Sin embargo, en su ensayo El misterio sexual presenta una posición conservadora sobre la mujer y la maternidad como una función sagrada que debe desempeñar toda mujer y la educación sexual de los hijos como una cuestión moral. De Carmen Lyra la investigadora analizó sus ensayos políticos publicados en la revista Repertorio Americano, la cual constituyó un espacio de diálogo para un grupo de intelectuales que en aquella época trabajaron por una renovación de las ideas sociales y políticas en Costa Rica y Latinoamérica.“Este libro pone a dialogar a las mujeres más valientes y más inteligentes de la sociedad costarricense de la primera mitad del siglo XX”.


María Amoretti Hurtado. Prologuista

En dichos textos, Cubillo descubre a la otra Carmen Lyra que no es la misma de Los cuentos de mi tía Panchita, es más bien la mujer política, comunista y trasgresora considerada por el Gobierno de Estados Unidos de su tiempo como peligrosa. Ella alza la voz en sus escritos contra la pobreza, los fraudes electorales, la injerencia del imperialismo yanqui en los asuntos nacionales y la explotación de la clase trabajadora.

Emilia Prieto Tugores es recordada como folclorista, pero en el estudio de Ruth Cubillo se muestra como una mujer multifacética: maestra, escritora, crítica de arte, militante de izquierda y de los movimientos de mujeres. Las preocupaciones que Prieto expresa en sus ensayos giran en torno a la desigualdad y las injusticias de orden económico y social, la situación desventajosa de la mujer en la sociedad patriarcal y las condiciones de vida de los trabajadores, entre muchos otros temas que ocuparon a esta mujer de vanguardia.

La autora describe a Luisa González como una maestra comunista para quien la labor docente estaba fuertemente ligada a la labor política. En sus ensayos denuncia la sobreexplotación de las tierras y de los trabajadores, reclama la libertad de expresión e información y se preocupa por la defensa de los derechos de las mujeres costarricenses, pues junto a los niños y los obreros constituyen para ella uno de los grupos sociales más desfavorecidos.

Emma Gamboa destaca como una educadora que incorporó importantes innovaciones en el sistema educativo nacional en todos sus niveles, estuvo en contra de la militancia política y defendió la idea de que la educación desempeña un papel fundamental en la sociedad. Finalmente, Cubillo analiza la producción ensayística de Yolanda Oreamuno desde el eje de la angustia, en que se expresa el miedo a la muerte, a la amenaza del mundo exterior y el temor a las relaciones sociales. En varios de sus ensayos en los que se refiere a los guasos de Chile, los negros y los campesinos guanacastecos

Oreamuno deja ver su dificultad para relacionarse e incluso para comprender a los “otros” que se hallan muy lejos de su percepción de sí misma.

La prologuista del libro, Dra. María Amoretti Hurtado, asegura que “de esa insoslayable tensión dialéctica entre la libertad del individuo y el determinismo de la cultura, es de lo que se trata este libro; para eso Ruth Cubillo ha sentado juntas a esas mujeres para que sigan deliberando con nuestra cultura: y, deliberando entre ellas mismas, se liberen de la cultura y la liberen”.


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