Con su análisis de la ‘cultura pop’ a través de la filosofía y el psicoanálisis, el filósofo esloveno Slavoj Zizek se ha convertido en una de las figuras más influyentes de nuestro tiempo.
¿Cuál es la relación de los Hermanos Marx con Sigmund Freud? ¿Por qué el café descafeinado representa a la ideología occidental contemporánea? Con un inconfundible acento esloveno y una serie de tics característicos al hablar, Slavoj Zizek ha procurado entender, a lo largo de su obra, la situación filosófica del ser humano a través de las muchas manifestaciones de la cultura pop.
Después de haber vivido la mayor parte de su vida en la Eslovenia soviética, la obra de Zizek se ha mostrado incómoda tanto a simpatizantes de la derecha como de la izquierda. Su trabajo ha tratado de reelaborar a Marx, Hegel, Freud y Lacan para entender sus teorías desde un contexto actual.
Su principal foco de preocupación es la ideología. Para este autor, ideología “puede designar cualquier cosa, desde una actitud contemplativa que desconoce su dependencia de la realidad social hasta un conjunto de creencias orientadas a la acción”. Las implicaciones de una ideología pueden percibirse en manifestaciones culturales; así, Zizek se ha dedicado a analizar el cine, la televisión e, incluso, los productos más sencillos de venta en los supermercados.
Otro importante objetivo de su obra es que los grandes autores de la filosofía clásica salgan más allá de las discusiones en un salón de clase universitario. Zizek se pregunta cómo repetir lo mismo que hizo alguien como Hegel en nuestra época.
Siendo un ácido crítico del capitalismo como sistema económico y social, ha apoyado movimientos como Occupy Wall Street, los cuales demuestran que “ha llegado el tiempo de comenzar a pensar”.
La influencia de Zizek recae en las preguntas que plantea. Como él mismo lo dice, “soy un filósofo, no un profeta; no respondo preguntas, sino que las formulo para criticar a nuestra sociedad”.
DE INODOROS E IDEOLOGÍAS
Zizek propone que una lectura minuciosa de la sociedad es la clave para estudiar cómo una ideología se filtra en lo más cotidiano. Estas manifestaciones ideológicas son esenciales para comprender al ser humano contemporáneo.
Para Zizek, una ideología es una “matriz generativa que regula la relación entre lo visible y lo no visible, entre lo imaginable y lo no imaginable, así como los cambios producidos en esta relación”. Así, se puede afirmar que nuestras acciones siempre estarán adscritas a una ideología.
El mejor ejemplo, observa el filósofo esloveno, son los inodoros. La forma del drenaje es diferente en tres países europeos: Alemania, Francia y el Reino Unido. Así, los inodoros alemanes permiten la contemplación de la materia fecal, los franceses la desaparecen instantáneamente y los británicos la van drenando gradualmente con el agua. Zizek argumenta que el funcionamiento de los inodoros representa los estilos políticos tradicionales de cada país: la contemplación alemana, el radicalismo revolucionario francés y el pragmatismo anglosajón.
La importancia de la ‘cultura pop’ en el pensamiento zizekiano radica en que reproduce esquemas ideológicos dominantes pero también los genera. El cine, la televisión, los tabloides y las muchas páginas de Internet necesitan de una ideología para empezar a producir sus contenidos.
Zizek observa cómo el funcionamiento de la ideología contemporánea puede emanar de un blockbuster como Kung Fu Panda. La película se burla de una ideología oriental de militarismo y disciplina a través de Po, el personaje principal; pero, al final, un eco de esta ideología permanece cuando se derrota al villano. Así, se puede comprender que las creencias en una sociedad pueden sobrevivir a pesar de que nadie crea en ellas.
En su obra, se utiliza a la cultura pop para analizarla desde el punto de vista ideológico y también como medio para explicar la filosofía y el psicoanálisis. En lo referente al cine, Zizek no lo psicoanaliza, sino que lo utiliza para explicar el psicoanálisis como disciplina.
Por ejemplo, toma a los Hermanos Marx para explicar las teorías de Freud. Groucho, con su hiperactividad nerviosa representa al superego. Chico, con su carácter racional, egotista y calculador es el ego. Y Harpo, silencioso y mudo, personifica al ello.
El análisis de Zizek también se preocupa por los estilos de vida. Con esto, el filósofo propone que la ideología contemporánea es una paradoja ya que en esta “se puede tenerlo todo, pero en una forma reducida privada de su sustancia”. Así, productos como el café descafeinado o el chocolate laxante simbolizan la raíz filosófica de la sociedad actual.
UN ROCKSTAR ACADÉMICO
Considerado por algunos el ‘Elvis de la filosofía’, la influencia de la obra de Slavoj Zizek la consideran sólo superada por la de Noam Chomsky. La idea principal de su pensamiento se puede resumir en una frase: “se necesita pensar”.
Para Zizek, la necesidad de una discusión en la que se pongan en jaque los principios básicos de las ideologías contemporáneas es fundamental para lograr un cambio en la sociedad. Por esto, se deben “seleccionar temas cuidadosamente en los que se estimule el debate público sin que se nos acuse de utópicos en el mal sentido de la palabra”.
Paradójicamente, su análisis de la ‘cultura pop’ lo ha convertido en una figura de ella.
Slavoj Zizek continuará tratando de trazar un camino para entender al ser humano contemporáneo a través de una crítica abierta y, en lo posible, pública. Como él mismo lo ha dicho: “en el siglo XX se intentó cambiar el mundo muy rápido, ha llegado el momento de interpretarlo de nuevo, de empezar a pensar”.
