A las 4 de la tarde del 22 de febrero de 1939, hace 75 años, murió en el pequeño hotel de la familia Bougnol-Quintana en Colliure, Francia, el gran poeta español Antonio Machado. Era el preámbulo de una derrota inminente para la República española. Pronto caería el último bastión en Barcelona.
A los 64 años, Antonio Machado se convertía en figura simbólica de los republicanos derrotados en la guerra civil que finalizó en abril de ese año.
“Merci, madame; merci, madame” le insistía delirante por la neumonía, a la señora Quintana, propietaria del hotel donde había vivido son su familia las últimas semanas tras huir de España en un penoso periplo. “Adiós, madre” fueron sus últimas palabras. Su madre, doña Ana Ruiz, falleció tres días después y luego de un largo padecimiento de tuberculosis.
Muchos han dicho que Machado murió de tristeza, tras los terribles acontecimientos que había visto en los últimos años de su vida con la caída de la república, causa que él había acogido con vehemencia.
“Profeta ni mártir quiso Antonio ser, y un poco de todo lo fue sin querer.” Lo recuerda Joan Manuel Serrat en el homenaje que le dedicó en 1969, a los 30 años de su muerte.
Aquí ofrecemos algunos textos del gran poeta como un homenaje a su voz que no cesa y de paso a todos los caídos en la lucha que dio paso a la dictadura de Francisco Franco hasta 1975.