Algunos extractos de una entrevista hecha al documentalista Michael Moore, muestran el interés fundamental de Fahrenheit 9/11, que aún se exhibe con total éxito en las salas de San José. Además, algunos aspectos personales del típico muchachote de Michigan, publicado originalmente en El Cultural, de España.
Michael Moore, cineasta norteamericano.
-En el origen ancestral de Farenheit 9/11 se planteó hacer una comedia, ¿es así?
-Pensé en una comedia en la que dos familias, los Bush y los saudíes, comercian con armas a través de Suiza y Canadá. Iba bien y era divertida, pero sucedió el 11 de septiembre y lo cambié todo. Simplemente dejó de parecerme apropiado tratar aquello como si fuera algo gracioso.
-¿Quién desea, por encima de todo, que vaya a ver la película?
-Creo que, sobre todo, mis conciudadanos norteamericanos. A ellos va dirigida la película en primer lugar. Sobre todo a los más jóvenes, para que crezcan sin ser engañados y que no mueran por mentiras e intereses económicos familiares.
-¿Qué espera que ocurrirá?
-Yo no sé qué decir ya. Sólo espero que ese embaucador y fraudulento presidente sea expulsado de la Casa Blanca. Al Gore no regresará, pero espero que John Kerry le vindique. Quiero que mi país demuestre que ya nunca más será posible robar unas elecciones, crear guerras en tiempos de paz y prosperidad y matar a jóvenes, mujeres y niños para ganar dinero. Hago estas películas para dar información y potenciar la democracia. Quiero que mis conciudadanos vean, reflexionen y tengan sus propias ideas. Y luego voten en conciencia.
-¿Qué piensa del cine que se está haciendo en su país?
-Casi todas las películas que salen ahora de Hollywood apestan. Y no digo títulos: están ahí. Son todas iguales, iguales, iguales. Pero todo Dios va a verlas. Ahora es ya una rareza encontrar algo original. ¿Dónde está ahora una película como Pee Wee’s Adventure? Aquello fue lo mejor que le ha pasado últimamente al cine norteamericano. Hay un par de generaciones que ya no saben lo que es el buen cine.
-¿Planes para el futuro que pueda revelar?
-Sueño con saltar a la ficción… pero no todavía. Tengo dos proyectos en marcha. Todavía quiero rodar un documental acerca del conflicto palestino-israelí y otro sobre la industria del petróleo. En fin, ahora necesito buscar el dinero. No va a ser fácil…
LAS PARADOJAS DE MOORE
Exige viajar en limusina pero va de norteamericano campechano con blue collar y vaqueros negros. Pidió estar alojado en el mejor hotel de Cannes -una suite en el exclusivísimo Hotel du Cap- pero caminaba firmando autógrafos por las avenidas de La Croisette tocado con una gorra de béisbol. Sin un atisbo de rigor o profesionalidad, Moore ha cancelado carísimas entrevistas pagadas de antemano y le acusan de tratar tiránicamente a su equipo. Aunque su «lucha» personal hoy por hoy sea contra el presidente Bush, resultó difícil reconocer en la Costa Azul quién de los dos posee más ego. Pero al «paleto de Michigan» o «Neanderthal americanus» se le perdonó todo tras ver su nuevo documental agit-prop en el que, sólo como aperitivo, muestra imágenes indignantes de los días posteriores al 11-S, en los cuales la familia Bush concedió vuelos de alta seguridad a la familia Bin Laden y a miembros de la «realeza» de Arabia Saudí. Más tarde, Fahrenheit 9/11 también nos cuenta que al FBI se le negaron datos acerca de los vuelos que llevaron al suelo norteamericano al «príncipe Bandar» -de cuya familia proceden los secuestradores de los aviones civiles del 11-S- y decenas de familiares de Osama Bin Laden. Puede ser acusado de egocentrista, propagandista y showman, pero de lo que no hay duda es que ha demostrado agallas y talento para poner en jaque al Gobierno de Estados Unidos.