Con esta novela Fuentes continúa el tratamiento de México como tema literario, mostrando la obscenidad y el ridículo de la clase política mexicana que ve la ascención al gobierno como la llave de acceso a un botín por el que está justificado realizar cualquier tipo de acto. Todos quieren sentarse en la Silla del Aguila o mejor aún, estar cerca y a la sombra, para desde ahí, destruir a los buitres que compiten y poder hacer fluir la libido empozada, siempre a punto de estallar y siempre fallida. En la novela son constantes las relaciones entre poder y satisfacción sexual así como el uso del sexo como medio. » Yo seré tuya cuando tú seas presidente de México, ve abriendo las puertas mi niño, el último umbral es el de mi recamara». La traición y las falsas seducciones, así como el engaño y las mascaras son la especialidad de la casa, en un México » que más que convento es burdel» y en un valle donde el adulterio es la mejor escuela para aprender política. El águila es reptante y la laguna está seca como diría Ixca Cienfuegos.
Esta clase política es ridiculizada con un humor fino y lapidario, que a veces abusa del chiste fácil y de aforismos políticos de un maqueabelismo de cabaret.
El recurso de futurizar le sirve a Fuentes para proyectar posibilidades geopolíticas para México y América Latina desde una perspectiva realista y oscura: el mundo es dominado por Estados Unidos, Colombia ha sido ocupada por las tropas norteamericanas, en Guatemala siguen matando indios, Argentina se balcanizó, en Cuba sigue Fidel y México tiene como principal característica ser vecino, vecino pobre e incomunicado que además perdió sus dos fronteras. La del norte con narcos y coyotes. La del sur con el turismo revolucionario que heredó las mascaras de esquiar del desaparecido Marcos.
La novela es presentada en setenta capítulos correspondientes a setenta cartas intercambiadas por los personajes que se entrelazan en la intriga política que tiene como punto nodal descubrir quien se sentará en la Silla del Aguila sucediendo así al abúlico presidente Terán. Entre estos personajes están: la cortesana seductora y poderosa, el secretario de gobernación, un joven y exitoso político que esconde su pasado, «Seneca» (consejero inútil) , el secretario de defensa de formación alemana, el jefe de policía , un anciano sabio en política y la viuda desesperada de un útopico que se llama Tomás Moctezuma Moro.
El género epistolar le permite al autor aumentar el clima de intriga y de secreto, sin embargo también da la sensación de que la acción ha sido arrestada y de que es poco lo que ocurre en la novela, que por lo demás está escrita con todas las mañas y recursos de un escritor consagrado, del que sin embargo se siguen extrañando sus mejores obras.