La colombiana Laura Restrepo ganó este año el premio Alfaguara de Novela, con su obra Delirio, de próxima aparición.
El jurado presidido por el premio Nóbel de Literatura José Saramago, y que contó también con figuras como la mexicana Paz Alicia Garcíadiego, o el colombiano Daniel Samper, consideró que se trata de «una obra completa, en la que caben la tragedia y el humor, las pasiones más bajas y los sentimientos más altruistas, la crueldad y la solidaridad. Un caleidoscopio de la sociedad moderna, centrado en la realidad compleja y exasperada de Colombia».
El concurso recibió 635 manuscritos, 444 de Latinoamérica, para esta su VII convocatoria y está dotado de 175.000 dólares.
Laura Restrepo no es una autora desconocida, por el contrario, se la considera entre las más destacadas actualmente en Latinoamérica. Coincide con otros autores de su generación en tener una formación vinculada al periodismo, profesión en la que ha trabajado por más de 20 años.
En 1983 fue designada por el presidente Belisario Betancour para participar en el proceso de paz con el movimiento guerrilelro M-19. A raíz de esa experiencia publicó suprimer libro Historia de un entusiamo, pero también le costó el exilio en México por las constantes amenazas de muerte, de parte de quienes se oponía a la salida pacífica. Cuando el M-19 abandonó las armas en 1989, volvió a su país, donde alternó su labor periodística con la literaria.En sus novelas Leopardo al sol, trata el tema de la violencia y la disolucion familiar en la sociedad colombiana.
Aborda, desde dentro, el mundo de una familia dedicada a tráfico de drogas y retrata ahí la terrible lucha fratricida de la sociedad de su país.
Reconoce que pertenece a la generación de escritores que tuvieron que enfrentar la sombra que les hacía el «boom» latinoamericano y, como sus contemporáneos, optó por una narrativa urbana, inmediata y cotidiana.
Delirio, la novela ganadora del Alfaguara 2004, echa mano a elementos de amor, locura y misterio. Es una historia de amor, de evocaciones de una familia, en los años 90, cuando la figura de Pablo Escobar se siente todopoderosa sobre la sociedad colombiana.
El nivel dramático de la narración lo expone desde el inicio, cuando Aguilar regresa a su casa y encuentra que su amada Agustina ha enloquecido.
Como es característico en la narrativa de Restrepo, su fuerte es la construcción de personajes y la elaboración de un entramado de acción continuo.
En este caso el misterio y la tensión se sostienen alrededor de los motivos de la locura de Agustina, pero a la vez, mediante evocaciones de la protagonista y otros personajes construye un retrato de la sociedad colombiana en esos años.
Como en La isla de la pasión, novela ambientada en México, Restrepo expone una historia de amor frente a la adversidad, la fragilidad de las vidas simples frente a los grandes desafíos del poder en una sociedad confusa y corrupta. Como ella misma lo explica, son personajes que protagonizan su propia epopeya en la discreción del anonimato.
La autora tiene un interés por personajes marginales o simples, casi olvidados por los grandes pasos de la historia. En La novia oscura, su personaje central es una prostituta en un campo de explotación petrolera. La presencia de las propuestas literarias de autores como Mario Vargas Llosa es clara y la escritora no tiene dudas para reconocerlo.
Sin embargo, más que influencias literarias, Restrepo ha marcado su propia huella, posiblemente con mayor presencia de sus indagaciones periodísticas.
A la manera de autoras como la mexicana Elena Poniatowska, recoje mediante múltiples entrevistas y observaciones directas de las realidad que la rodea, la materia prima de su trabajo.
Reconoce la necesidad de contar las historia que ve y escucha en la realidad y acepta en ello una necesida de la literatura.
Su estilo es directo, fluido, conciso y con vetas de humor a veces sarcástico. Muchas veces sus personajes están en situaciones extremas, llevados al límite, donde deben echar mano de sus posibilidades.
Con su humor irónico dice que la supervivencia en sociedaddes como la colombiana constituye un «deporte extremo».
El premio Alfaguara se suma en la carrera de Restrepo a otros reconocimientos, como el Sor Juana Inés de la Cruz por Dulce Compañía, Arzobispo San Clemente por Leopardo al sol, o el Prix France Culture.
En la actualidad es directora del Instituto de Turismo y Cultura en su país.
