Mamá salió a trabajar

Hace cincuenta años o algo más mamá salió del hogar para bien o para mal; depende de cómo lo veamos: perdimos algunas cosas irrecuperables

Hace cincuenta años o algo más mamá salió del hogar para bien o para mal; depende de cómo lo veamos: perdimos algunas cosas irrecuperables y por otra parte tenemos otras… casi todas materiales.

Los niños de hoy no saben si son ricos o pobres, se les compra de todo lo que piden; van en carro o buseta, ya no deben que caminar para ir a la escuela o colegio.  Ya no deben esperar para llegar a casa para comer algo hecho por mamá, porque todos llevan merienda;  es otro mundo dentro del “mismo mundo”.

Los de antes tenía dos pares de zapatos: el de la escuela y el de domingos. Cuando el de la escuela se gastaba el del domingo lo reemplazaba y se compraba el del domingo.

Hoy los más pobres tienen cuatro o cinco pares y a ninguno le falta el par de tenis.

Las mamás pasan alteradas y no es para menos, trabajar con todos los problemas que eso conlleva y atender el hogar bien o mal no es fácil.

Yo fui, creo, de las primeras mujeres del país en trabajar en el comercio, con la suerte de que el negocio era nuestro y yo podía llevar a los hijos al trabajo.

Junto con mis hijos hicimos las tareas, mapas y todo que se presentara entre cliente y cliente.  Así saqué adelante un matrimonio de sesenta años y cuatro hijos profesionales.

Yo trabajé durante cincuenta y cinco años en el negocio (zapatería), y no fue para nada fácil, pero no me arrepiento de la gran oportunidad que la vida me dio.

Pero ahora la mayor parte de las señoras que trabajan no cuentan con la facilidad mía y los niños quedan en manos extrañas: guarderías o empleadas.  Claro, ahora en las casas hay más solvencia económica y hay televisión, celulares y toda clase de tecnologías, pero…. ¿y mamá? ¿Dónde está ese calor y ese amor que sólo mamá sabía dar?  Tal vez, no les hace falta lo que no han tenido, pero creo que todo ser humano sigue en pos de eso que se llama “amor”. Y lo peor de todo es que aquellos que no lo consiguen tratan de llenar ese vacío con licor, drogas o sexo.  Los pobres jóvenes no saben que ese vacío solo lo llena el amor, primeramente de un hogar firme y después de su propia familia.  Todo lo demás es pasajero en la vida del ser humano…

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