El escritor francés Michel Houellebecq, nacido en isla francesa La Reunión, al este de Madagascar, en 1958, es una de las figuras más destacadas de la narrativa europea contemporánea. Es el escritor de entresiglos por antonomasia. Se dio a conocer con un ensayo sobre el autor estadounidense Howard Phillips Lovecraft en 1991, pero luego publicó su primera novela Ampliación del campo de batalla, donde ya establece los trazos distintivos de su narrativa: escepticismo, pesimismo, casi cínico, desenfado, humor, sexo, un lenguaje muy fluido y claro, personajes simples e historias asombrosas dentro de lo cotidiano.
Lo que en aquella época de la socialización de la informática se llamaba lenguaje amigable, le permirtió a Houellebecq una legión creciente de seguidores que se identificaban con su propuesta literaria y su actitud ante una sociedad que cambiaba de siglo para peor.
Luego, vendría también una buena cantidad de detractores y enemigos que veían en su forma irreverente, iconoclasta y políticamente incorrecta un espejo deformante en el que no les gustaba reconocerse.
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Houellebecq deconstruye los prejuicios, estereotipos y estupideces de la sociedad contemporánea que están sólidamente armados en gestos, lugares comunes, frases hechas, sobreentendidos, formalidades, políticas institucionales, tradiciones reinterpretadas y hasta causas justas, adecentadoras, civilizadoras y correctas.
Sus siguientes novelas: Partículas elementales (1998), Plataforma (2002), La posibilidad de una isla (2005), El mapa y el territorio (2010), ya fueron aclamadas por la crítica y su legión de lectores goza con su humor urticante, el desparpajo sexual y la irreverencia cínica de sus obras.
Su más reciente novela Sumisión, de la que a continuación ofrecemos un extracto del inicio, publicada por Anagrama, debió presentarse el 7 de enero de este año, pero el ataque terrorista al periódico satírico francés Charlie Hebdo provocó que se suspendiera por varias semanas la promoción.
No es para menos, no solamente la novela trata de una Francia que en el año 2022 es gobernada por un político musulmán, que impone el islamismo y busca expandirlo por Europa y Occidente, sino que la portada del semanario llevaba al mismo Houellebecq.
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