Una ventana al mundo

El libro Condenado sin proceso llegó a mis manos en un sobre de manila, cuyo remitente decía: De Omar Ben Larbi

Condenado sin proceso

Por Nacer Wabeau

Novela

Uruk editores

2015

El libro Condenado sin proceso llegó a mis manos en un sobre de manila, cuyo remitente decía: De Omar Ben Larbi (personaje principal de la novela). En cierto modo, me alegró ver ese remitente porque a partir de entonces me dije: si Omar Ben Larbi me lo envió, es porque salió con vida del relato… o al menos fue lo pensé en ese momento… para no restarle al lector el entusiasmo de leerlo.

La historia transcurre en tres entornos igualmente ricos e interesantes: primero, se narra la vida de los personajes en Argel y la guerra civil de los años noventa entre el gobierno y grupos islámicos fundamentalistas, y de cómo la vida de Omar transcurre como periodista clandestino en su propio país para proteger su vida, ya que fue un hecho que en el conflicto armado argelino, murieron muchos periodistas en manos de los rebeldes y también del mismo gobierno.

Omar vive con un perfil bajo, aparentando ser un estudiante cuando en realidad es un profesional y un ser humano con un enorme potencial. Este se va a ir revelando conforme avanza la novela, en un sinfín de experiencias que debe vivir: un secuestro, el exilio en Francia para proteger su vida; la infranqueable distancia con su amada esposa y más tarde con su hija, su traslado a Nueva York para emprender un nuevo negocio, y la desgarradora experiencia que vive allí a raíz de la tragedia del 9/11 en el World Trade Center, en donde es tomado preso por la CIA,  llevado por la fuerza y torturado de diversas formas. De tal modo, se observa en esta obra que ningún sistema es inocente, y que también, de quien uno menos espera a veces, surge la esperanza…

En la novela también se hacen fuertes críticas a Occidente; se señala que el mundo musulmán es el espejo donde el mundo occidental proyecta sus propios fracasos y sus defectos; que se enfoca solo el aspecto negativo de la religión, que se extirpan todos los elementos identitarios de las diversidad desde Marruecos hasta Indonesia, y que se dibuja el rostro del musulmán como odioso y amenazante, peligroso y omnipresente. “En una palabra, terrorista”.

Por otro lado, el asunto del género en la novela, no podría decir que sea un tema principal, pero se muestra claramente la posición de desventaja en que se encuentran las mujeres hasta en las clases más educadas, lo cual sucede no solo en Argelia sino en muchos países del mundo (¿o en todo el mundo?). Particularmente, se muestra la escandalosa discriminación que viven las mujeres en el seno del islamismo más conservador en tanto los Grupos Armados Islámicos Federados y Unidos para la Salvación (Gaifus), en su manifiesto sobre el velo, dicen que toda mujer que salga sin velo, vestida en forma indecente como las mujeres de costumbres ligeras de Europa, será severamente castigada; que deberán ser pañuelos que cubran desde la cabeza hasta el tobillo, y que tal cosa exigen para evitar la tentación del hombre que no puede resistir la belleza que se expone y que “provoca intencionalmente a los creyentes honrados”.

La historia empieza a mitad de año en 1992, con la muerte por atentado del presidente de Argelia. Omar, desde su cómodo apartamento en la ciudad de Telemny, dice: “es injusto, es injusto, es injusto”. A partir de entonces se desencadena una trama multicultural, multilingüe y multiespacial.

También se muestran en ella el dolor, el odio, la violencia desgarradora, el terrorismo en varias de sus versiones. Entre el vino, la música, los buenos libros, la buena mesa, el amor, los sueños y proyectos de vida, se convive con las pesadillas, los grupos armados islámicos radicales, la separación, la infidelidad, el miedo aterrador, la tortura; y luego, la libertad, el retorno, la familia, y vivir de nuevo el sueño que dice la novela de una  tierra noble, rica y hermosa: Argelia.

Para finalizar pienso que la novela, aunque se ambienta en la década de los años noventa, presenta una vigencia extraordinaria: solo pensemos, por decir algo, en las violentísimas acciones del grupo yihadista suní Estado Islámico, manejado por musulmanes radicales o, por el contrario, en el movimiento xenófobo alemán Pegida, iniciado en Dresde, y cuya misión es oponerse por todos los medios a lo que ellos llaman “la islamización de Occidente”.

Felicito a Nacer Wabeau por habernos obsequiado esta novela que ha sido como abrirnos una ventana al corazón de Argelia y un abrir de ojos a otras realidades del mundo.

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