El estudiantado celebrará el próximo 9 de marzo, al iniciar el I ciclo lectivo del año 2015, una nueva conquista para sumar a su historia. Se trata de la entrada en vigencia del nuevo Reglamento de Becas, el cual mejora notablemente las condiciones de estudio, permanencia y graduación de las y los estudiantes en riesgo social.
Este logro, que incluye −entre otros aspectos− la eliminación de las horas de trabajo obligatorio para la población becaria, es resultado de un arduo trabajo realizado por diversos sectores del Movimiento Estudiantil, en un proceso que se remonta a una asamblea estudiantil celebrada en el año 2009 y a inquietudes conscientes del estudiantado muchas generaciones atrás.
Como todos los logros impulsados por estudiantes en nuestra Alma Máter e históricamente en el mundo, el proceso no ha sido para nada sencillo.
Incluso hoy, luego de un año y cinco meses de haberse aprobado este nuevo reglamento, nos encontramos en proceso de aprobar una enmienda que corrige varios errores del texto en este reglamento.
Estas correcciones se hacen explícitas en la nueva redacción, en el sentido de que la beca es un derecho del estudiantado para todas las carreras en las que se encuentre matriculado y no solamente para una sola. Esto lo celebramos hoy día como la principal gran modificación a la interpretación del nuevo texto.
El directorio de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR) apoya decididamente la reforma, la cual no es sólo un avance formal al aumentar los montos asignados por concepto de ayuda socioeconómica y la institucionalización de la beca por pobreza extrema, sino que también significa un avance de fondo al dignificar la beca como un derecho del estudiantado y no como un beneficio.
No obstante, persisten en el sistema de becas de la Universidad una serie de retos que se mantienen a pesar de los grandes avances de la reforma que pronto entrará en vigencia.
Es necesario realizar una revisión de los indicadores económicos por medio de los cuales se asigna la categoría de beca, así como mejorar los beneficios complementarios de alimentación, transporte y gastos por carrera. Otros aspectos que deben trabajarse son la redefinición de los incentivos para rubros como la excelencia académica, la conformación de mecanismos de seguimiento a la población becada, la revisión de la distribución de dormitorios dentro de las residencias estudiantiles, entre otros.
Todos estos retos serán la base del trabajo de la FEUCR en materia de becas durante el presente año, para mejorar las condiciones de vida y estudio de la población estudiantil de nuestra UCR.
La lección aprendida de esta conquista que hoy celebramos es que para impulsar los cambios estructurales necesarios, tanto a lo interno como a lo externo de nuestra casa de educación, requerimos de una población universitaria informada, unida y dispuesta a luchar.