Con la destitución la semana pasada del vicerrector de Investigación, Henning Jensen, por parte de la rectora de la Universidad de Costa Rica (UCR), Yamileth González, se destapa la lucha electoral que en marzo del próximo año culminará con la elección de un nuevo jerarca institucional.
A Jensen lo destituyó la rectora González el viernes de octubre, tras argumentar un deterioro en su relación y pérdida de confianza.
Cabe recordar que Jensen publicó algunos de artículos de opinión en la prensa nacional. En estos, cuestiona las condiciones en que la UCR y las demás universidades estatales estarían aceptando un préstamo por $200 millones otorgado por el Banco Mundial (BM).
El ahora exvicerrector dijo en sus artículos que es práctica común del BM imponer una serie de condiciones a la hora de otorgar los préstamos, de acuerdo a su particular visión de desarrollo. A su parecer, esto representa una clara amenaza a la autonomía universitaria.
“Tenemos aquí un tema especialmente sensible relativo a la autonomía de gobierno de las universidades. ¿Quién prepara el texto de los acuerdos de mejoramiento institucional? En este caso, se practica un modelo tripartito, pero es claro que tanto el Gobierno de la República como el BM adquieren un gran poder de injerencia”, expresó Jensen.
La rectora González respondió a estos señalamientos en un artículo publicado en UNIVERSIDAD el 12 de octubre, en el cual aseguró que ni ella como representante de la UCR ni el Consejo Nacional de Rectores (CONARE) están aceptando condición alguna que afecte la autonomía universitaria.
“Los proyectos que se financiarán con recursos provenientes del BM son planteados por las universidades y no se ha aceptado ninguna imposición ni del Gobierno ni del BM. La noción de autonomía universitaria siempre ha sido un referente. Así fue durante todo el proceso de negociación del FEES y lo es ahora, de manera contundente”, comentó González.
“No es aceptable que algunos funcionarios, como el vicerrector de investigación -ausentes del proceso o indiferentes a estos contextos-, pretendan sostener posiciones contrarias e infundadas que más parecen obedecer a sus intereses personales que a los de la Universidad y el país”, añadió la Rectora.
Tras este intercambio, el 12 de octubre González remitió una carta a Jensen comunicándole su destitución y reprochándole el hecho de que nunca le manifestó abierta y directamente las críticas hacia su gestión.
“Como parte de mi equipo de trabajo, hubiera deseado que, en una actitud solidaria y leal, esas diferencias las hubiese manifestado en el seno del Consejo de Rectoría y no lo hizo así”, indicó la Rectora en su carta.
La destitución se da a pocos meses de que arranque la campaña electoral hacia la Rectoría de la UCR, a la cual Jensen ha dicho abiertamente que aspirará.
González designó como nuevo vicerrector de Investigación al doctor en genética humana, Ramiro Barrantes, quien ya esta semana asumió el cargo por los siete meses que le restan a la presente administración.
Henning Jensen:
“Es evidente que doña Yamileth favorece a Héctor González”
Tras conocer su destitución como vicerrector de Investigación de la UCR, Henning Jensen conversó con UNIVERSIDAD sobre los detalles de su separación.
¿Por qué se da su destitución?
-Creo que el último año se ha ido gestando un distanciamiento entre la Rectora y mi persona, que empiezo a percibir como algo que se da después de la negociación del FEES. La señora rectora empieza a ser objeto de versiones maliciosas acerca de cosas que yo supuestamente he dicho; le dicen que yo la critico o me expreso mal de la negociación del FEES. Esa es la impresión mía; no tengo pruebas.
Empieza a darse un clima adverso a mi persona en el Consejo de Rectoría, y eso va creando distanciamiento. En el proceso del FEES, yo no soy involucrado ni otros vicerrectores como Carlos Villalobos y Libia Herrero. Somos periódicamente informados, pero no formamos parte del proceso. Al irse dando estas cosas, fui sintiendo un enfriamiento simplemente, y tengo la percepción de que doña Yamileth favorece a Héctor González. Eso lo doy por hecho aunque no lo ha dicho, pero es evidente. Eso empieza a marcar distancia y termina con las publicaciones sobre el Banco Mundial.
¿Qué cuestiona usted sobre ese préstamo?
-Se ha interpretado mal lo que yo he dicho. No ataco a la Rectora, al empréstito ni al CONARE. Los dos artículos que salieron en la prensa contienen análisis, reflexiones, observaciones sobre un tema específico que son las condicionalidades del Banco Mundial. El Banco Mundial siempre da dinero, pero con condiciones, que no tienen que ver con la infraestructura sino con el gobierno, la política académica de la institución. Estas condicionalidades tienen que ser analizadas y tienen que ser objeto de debate.
¿Cuáles son estas condiciones?
-Tiene que hacerse una priorización de carreras. Incrementar el acceso, la cobertura, y mejorar la pertinencia del sistema de educación, la focalización de los recursos en áreas seleccionadas como relevantes para el país. ¿Quién define eso? ¿Relevante para quién? ¿Será relevante tener ingenieros, comunicadores o químicos?
En los artículos y ahora, no doy estas condiciones como algo terminado y hecho; está en proceso de negociación. Por eso, al final del artículo digo que ojalá exista un CONARE unido, porque estuvo desunido el año pasado con el FEES. Cuando escribí el artículo no existía el documento final; es más, creo que no existe el documento final. Me baso en este documento parcial, pero lo utilizo para señalar: “ojo, aquí hay algo, tenemos que prestarle atención”.
¿Por qué prefirió hacer esa advertencia a la opinión pública antes de hacerlo con la Rectora?
-Es una buena pregunta. Yo partí ingenuamente del supuesto de que yo con esto estaba apoyando toda la defensa de la autonomía que hace la señora Rectora, porque en eso ha habido siempre una concordancia muy clara. También, me di cuenta que la preocupación por la autonomía no es compartida con las otras universidades del CONARE. Las otras universidades del CONARE lo que les importa es la plata, no la autonomía, porque están en una situación económicamente precaria.
¿Pero al decir estas cosas, usted está diciendo directamente que la Rectora se dejó condicionar por el Banco Mundial?
-No totalmente. Siempre consideré que estos son documentos de trabajo, de una negociación que está en proceso, siempre teniendo en claro que existe una tradición institucional de defensa de la autonomía; no puse en duda eso.
¿Hubo violación a su libertad de expresión y cátedra?
-Sí, claro. Considero que efectivamente debe haber comunicación entre la Rectora y sus vicerrectores; diferentes circunstancias han ido provocando que esa fluidez de comunicación se haya perdido. Por otro lado, dice que he sido desleal en varias ocasiones, pero la verdad no sé en cuáles otras. Tampoco considero que esta haya sido una deslealtad. En muchas oportunidades, le envío a ella antes las cosas que escribo; esta vez no se la envié, es cierto. Pero yo sí pensé que estaba poniendo sobre la mesa un tema de capital importancia nacional.
Si usted fuera rector, ¿cómo hubiese resuelto usted una situación como esta?
-Llamo a mi subalterno. Doña Yamileth no me llamó; no he hablado con ella desde hace rato, dos meses tal vez. La comunicación de doña Yamileth con sus vicerrectores, o por lo menos conmigo, no es frecuente.
Si usted llega a la Rectoría, ¿qué pasaría si las condiciones del préstamo se mantienen como usted dice?
-Esto tiene que ser aprobado por la Asamblea Legislativa. Creo que hay espacio todavía para renegociar los términos del convenio con el Banco Mundial. Reformularía el proyecto, en el sentido de que permita avanzar en la articulación entre la academia, el sector público y el sector privado.
Dice usted que pensaba retirarse de la Vicerrectoría para concentrarse en su candidatura…
-Fue una consideración que estaba presente. Algunas personas me lo han demandado, de manera que era una consideración presente. Pensaba en enero; en términos reales faltaba poco. Creo que es sano para la Universidad que los candidatos no ostenten cargos de decisión administrativa o política, al menos no hasta el día de las elecciones.
Yamileth González:
“Yo no estoy entregando la Universidad y la autonomía al Banco Mundial”
La rectora de la Universidad de Costa Rica, Yamileth González, conversó con UNIVERSIDAD luego de que se conociera la destitución de su vicerrector de Investigación, Henning Jensen, la cual atribuyó a un deterioro en la relación desde hace muchos meses, y no a una censura a sus ideas.
¿Por qué decide destituir a Henning Jensen?
-Desde hace bastantes meses, sobre todo en este segundo periodo, se han venido dando diferencias entre don Henning y el equipo de trabajo. Observé cómo ha visto cómo se ha ido alejando y poniéndose de alguna manera en la acera del frente, haciendo observaciones, críticas externas, al trabajo de la Rectoría en relación a los megaproyectos, al FEES y diferentes aspectos que sin duda van generando un distanciamiento.
Las declaraciones últimas son una gota que derrama un vaso, en el sentido de que implícitamente está insinuando que quien dirige la negociación con el Banco Mundia está entregándole la autonomía al banco y eso no es cierto. He informado en diferentes foros y al Consejo Universitario, reiteradamente, sobre el proceso, sobre lo difícil que son las negociaciones. Llegué a la conclusión de que un vicerrector es una persona de confianza y si yo pierdo confianza en esta persona, como dice el Estatuto Orgánico en el artículo 40 h bis, puedo separarlo también.
¿En qué momento se empieza a dar este distanciamiento? ¿Cuándo manifestó sus aspiraciones electorales?
-Yo no sé cuándo se empieza a dar, si es una estrategia de parte de él. Uno podría suponer que hay un asesoramiento. Para que tome distancia de la Administración, pero no lo puedo asegurar.
Jensen dice que esta destitución se da porque usted apoya la candidatura de Héctor González. ¿Es esto así?
-Uno como rectora tiene que tener cuidado, más que hay dos miembros del equipo que están aspirando. Yo no he manifestado nunca inclinación con ninguna candidatura, nadie me ha escuchado decir que favorezca a un candidato o a otro. Por la oficina han pasado muchas personas que hablan de uno y hablan de otro, pero yo siempre he guardado silencio. El distanciamiento lo marcó él desde hace bastante tiempo. Tiene bastantes meses de no asistir al Consejo de Rectoría y no poner un pie en la Rectoría; más del 50% de las reuniones del Consejo de Rectoría que hemos hecho él no ha asistido.
Dice don Henning que a usted la presionó el grupo afín a don Héctor para que lo destituyera.
-No. Lo que ocurre es que hay muchas personas en la comunidad, algunas del grupo de don Héctor y otras de su propio grupo, que me han dicho que él hace manifestaciones verbales contrarias a mi gestión. Hay gente que lo quiere mucho a él, pero también me quiere a mí. No son presiones del grupo de don Héctor, porque no estoy cercana a ningún grupo.
¿Existen esos condicionamientos del Banco Mundial que cita don Henning, por ejemplo que la Universidad tenga que priorizar carreras?
-No es cierto. Nunca ha habido ni de parte del Gobierno, ni del Banco, una demanda por priorizar las áreas o carreras. De hecho los proyectos los hemos presentado las universidades; las más de 40 iniciativas que hay ahí, 14 son de la UCR, y las hemos elaborado las universidades. Ha habido momentos de fricciones fuertes, en que he llegado al Consejo Universitario y he dicho-: creo que hasta aquí llegamos, porque hay cosas que uno puede admitir y cosas que no.
¿Qué condiciones pide el Banco Mundial?
-No pide condiciones, pero sin duda cualquier ente que dé un préstamo le quiere dar seguimiento. Para valorar ese seguimiento, el banco plantea ir viendo que las universidades incrementen el número de carreras acreditadas o carreras nuevas, todas acreditadas ante SINAES; eso a nosotros no nos ha parecido nada mal, porque es una política de la UCR. Quieren que fortalezcamos la gestión de recursos humanos, que más gente se vaya a hacer doctorados al extranjero. Eso a mí no me ha preocupado, porque es una política de esta administración. Cuando el banco nos pide cosas que ya estamos haciendo, nosotros aceptamos. Cuando pidió incrementar la venta de servicios (que fue uno de esos momentos difíciles de la negociación), la UCR no lo aceptó y eso se fue a Washington como un desacuerdo que tuvieron que aceptar. No vamos a aceptar nada que cambie el modelo de universidad que tenemos. Ellos querían evaluar toda la “U” y les dijimos: “no, el seguimiento se da sobre la donación del Gobierno, no a la Universidad en su conjunto”.
Creo que en esta discusión don Henning confunde el documento de “Competitividad en Costa Rica” que el Banco Mundial sacó hace algunos años, y que yo lo repartí en un Consejo de Rectoría, porque había que tener claros esos planteamientos cuando estábamos negociando el FEES. El acuerdo al que vamos a llegar es muy diferente, pues ahí los cuatro rectores estamos muy alertas. He estado dando toda mi energía en la defensa de esta universidad como institución pública, autónoma, crítica; no voy a cederlo por $50 millones.
¿Intentó llamarlo antes de la destitución?
-Sí, pero él estaba fuera del país y entonces no pudimos conversar sobre este asunto.
Don Henning afirma que su destitución es una censura. ¿Usted que dice?
-Los universitarios tienen la evidencia que durante 40 años de vida universitaria, jamás le he coartado el derechos de libertad de expresión a nadie; la libertad de expresión y cátedra son principios que siempre hemos defendido. A Henning Jensen no lo estamos censurando, sino que perdió la confianza que yo deposité en él inicialmente, y no podíamos seguir trabajando juntos.