Resultados de encuesta revelan una modesta recuperación de la confianza del consumidor, sin embargo son más optimistas respecto al futuro de la economía que al momento actual.
El fantasma del desempleo es una de las mayores preocupaciones de las personas consumidoras costarricenses según la última encuesta sobre el Índice de Confianza del Consumidor de agosto de 2009, realizada por la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica. Un poco más del 20% de las personas consultadas piensan que podrían perder su trabajo en el transcurso de los próximos 12 meses.
Si bien lo anterior es un índice aún bajo (21,1 en una escala de cero a 100) este aumentó en casi 7 puntos en relación con la encuesta del trimestre anterior (13,4) y no había alcanzado esos niveles ni aún en los picos más altos de la crisis económica mundial.
No obstante, el índice de confianza del consumidor (ICC) mostró una leve recuperación al ubicarse en 41,1, solo 10 puntos más alto que el año anterior cuando el ICC cayó a 31,5, cifra más baja desde el año 2005, mientras que del 2007 al 2008 se registró una caída de 24 puntos en el ICC.
De acuerdo con Johnny Madrigal, coordinador del estudio, los consumidores nacionales están percibiendo la evolución de la economía de una manera modesta pero positiva. En este sentido destaca que el grupo de optimistas se fortaleció al incrementar más del doble (de 7% a 16,1%) durante último año, mientras que el de los pesimistas se redujo de 42,2% a 27%. Aunque este grupo continúa siendo el más numeroso, va en descenso sostenido.
En el estudio se identificó que el incremento del ICC es mayor en hogares cuyo principal sostén económico son hombres y mujeres mayores de 35 años. Por el contrario, la confianza de los jóvenes jefes de hogar de 34 años o menos está descendiendo. De ubicarse en 63 en el 2007 bajó hasta 44,5 en este periodo, mientras que el ICC va en aumento en los grupos etarios mayores.
RECUPERACIÓN DE LA ECONOMÍA
Los resultados de la encuesta revelaron que la recuperación de la confianza de los consumidores se debe a que están esperanzados en un futuro más próspero y no porque perciban positivamente el momento actual.
El Índice de Expectativas Económicas (IEE) obtuvo un valor de 50 puntos, al mismo tiempo que el Índice de las Condiciones Económicas Actuales (ICEA) se ubicó en 27,9 registrando la mayor diferencia entre estos índices desde setiembre de 2002.
De acuerdo con Madrigal, lo anterior se debe a las muestras de recuperación de la economía mundial y a un incremento en la producción de los países desarrollados.
El estadista explicó que en el caso de Costa Rica la crisis tuvo un bajo impacto respecto de lo que se esperaba, sin desestimar los problemas de desempleo y pobreza que pudo desencadenar, así como el golpe a los sectores de turismo y construcción.
Otros posibles incentivos para la recuperación de la confianza del consumidor son las noticias relacionadas con la disminución de la inflación para este año, la reactivación de la producción nacional, así como también el ambiente electoral, el cual está asociado con cambios.
PESIMISMO PERSISTE
Pese a la ligera recuperación de la confianza y el optimismo por el futuro de la economía, hay varios factores que inciden en una percepción negativa de los momentos actuales. Entre ellos sobresalen que el 82% de los consultados creen que los precios de los combustibles van a incrementar, al mismo tiempo que el 80,4% espera un aumento en el tipo de cambio del colón respecto al dólar.
Del mismo modo un 67% considera que las tasas de interés de los préstamos serán más altas en los próximos 12 meses, además de que los consumidores esperan una pérdida en su capacidad de compra.
Las expectativas también son pesimistas en el campo de la política social, el 58,7% los encuestados espera un aumento en el desempleo y el 66,1% cree que la pobreza será mayor durante en un año.
Si de comprar bienes duraderos se trata, las cifras no son más alentadoras. El 65,7% afirma que son malos tiempos para comprar casa y 77,3% considera que no es un buen momento para comprar carro. Esta última cifra subió casi 6 puntos en comparación con la encuesta del trimestre anterior.
El índice de confianza según la capacidad de las familias para realizar gastos discrecionales como la compra de terreno, viajes de placer o artículos grandes para el hogar, aumentó tanto en los grupos que tienen ese tipo de gastos (52,7) como los que no (35,8).
El ICC de quienes tienen dificultad para ahorrar es de 24,1, mientras que la confianza de los jefes de hogar que aseguraron tener capacidad de ahorro es de 58,4, más del doble.
Esta brecha refleja que “los que tienen, se sienten cómodos, mientras que los índices de las personas que menos tienen es bajo, es decir cada vez desconfían más” aseguró Edgar Gutiérrez, director de la Escuela de Estadística.
En términos generales los resultados de la encuesta arrojaron que las familias que presentan mayores dificultades económicas no muestran una recuperación de la confianza en la economía.
2-Set-09