Jóvenes costarricenses dirigen su talento hacia el espacio sideral

Entusiastas de la astronomía y la tecnología de diversas edades tuvieron la oportunidad de compartir y generar conocimientos.

“Ha sido impresionante, los chicos están muy emocionados. Es la primera vez que se hace algo así en el país, así que ellos son pioneros en el campo”, dijo Alejandra Sánchez, una de las coordinadoras del primer Campamento Aeroespacial organizado por la Escuela de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Costa Rica (UCR).

La actividad reunió a estudiantes, docentes nacionales e invitados, conferencistas y entusiastas de la ingeniería aeroespacial, entre el 20 y 22 de julio pasado en la sede universitaria de Guanacaste, ubicada en Liberia.

“Nuestro interés principal era motivar a jóvenes de colegio y a universitarios a que se interesen en temas relacionados con la ingeniería aeroespacial”, comentó Leonora de Lemos, coordinadora general del evento que reunió a más de 50 jóvenes de distintos centros educativos. Ella explicó que esa carrera no existe en la UCR, por lo que están motivando a que estudiantes de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Física y Computación se interesen por esta área.

Por su parte, Sánchez explicó que el primer día del campamento las personas participantes tuvieron una jornada de conferencias con figuras destacadas, como la científica costarricense de la NASA, Sandra Cauffman. En la noche, los campistas tuvieron la oportunidad de observar el cielo con ayuda de astrónomos que los guiaron.

Erick Sánchez, funcionario del Planetario San José de la UCR, fue uno de los encargados de dirigir la guía astronómica. Los participantes lograron ver –con ayuda de un telescopio– distintos cuerpos celestes. “Yo sería uno de los entusiastas de que en la UCR se inicie la carrera de Ingeniería Aeroespacial”, comentó Sánchez.

Como parte de las actividades, Andrés Mora, experto en robótica, impartió una clase sobre historia y fundamentos de cohetería, en la que los participantes pudieron simular mediante un software especializado el comportamiento de sus cohetes. Fue importante hacer la distinción entre un cohete a escala y uno modelo. Además, Mora enseñó a los muchachos sobre aspectos más técnicos, como terminología y nomenclatura.

También se llevó a cabo el lanzamiento de los cohetes que los campistas ensamblaron –con ayuda de un kit– por equipos. Cada grupo decoró y bautizó su cohete, pues tenían como fin desarrollar una misión (ficticia) que las agrupaciones desarrollaron. Por ejemplo, uno de los cohetes se dirigiría a Marte, con el objetivo de reactivar el campo magnético de dicho planeta y hacerlo apto para una futura exploración humana. Con este tipo de ejercicio, se trabajaron las capacidades de comunicación y creatividad.

Los estudiantes ensamblaron seis cohetes con propulsión de combustible sólido, como es normal en este tipo de aeronaves, ya que no necesita aire para funcionar. Cuatro de los cohetes alcanzaron altitudes de 132, 133, 139 y 168 metros de altura. De dos no se supo su elevación, pues a uno le falló un sensor y el otro no se pudo recuperar.

La misión también permitió el lanzamiento de un cohete tipo S4, como parte del proyecto Ditsö, a cargo de Andrés Mora, quien espera presentar en octubre los resultados de sus investigaciones. En este proyecto también participaron estudiantes de la UCR: Jennifer Solís y Mariela Rojas (Ingeniería Mecánica), Roberto Aguilar (Computación) y los ingenieros Mariano Jiménez y Luis Diego Monge.

Henning Jensen, rector de la UCR, dijo que este evento es una oportunidad de vínculo muy valiosa entre los estudiantes colegiales y universitarios, pues los prepara a todos para adentrarse en áreas de estudio y trabajo de alta tecnología. “Sabemos que Costa Rica tiene, gracias a nuestras universidades públicas, una capacidad muy grande de absorción de tecnología de alto nivel”, agregó.

El físico José Alberto Villalobos combina la ciencia, la literatura y la ficción de una forma didáctica y entretenida.
El físico José Alberto Villalobos combina la ciencia, la literatura y la ficción de una forma didáctica y entretenida.

Ciencia+ficción

José Alberto Villalobos, físico pensionado de la UCR, fue invitado especialmente por la organización del campamento para llevar a cabo la guía astronómica por dos noches.

Él, con toda su experiencia docente y mucha imaginación, encontró una manera distinta y divertida de enseñar astronomía: con la literatura.

“La parte de ciencia es mayor a la parte de ficción”, expresó Villalobos al referirse al contenido de sus textos, pues sostiene que “es una oportunidad para enseñar astronomía de verdad de una manera agradable”.

El laberinto de la noche –su primer cuento– narra la historia de unos astronautas que se pierden en Marte. Luz y tinieblas eternas, su segunda creación, cuenta cómo dos exploradores de la Luna están en un cráter en el polo sur del satélite natural. En esta región, los rayos solares inciden de forma paralela, de modo que se está en una completa oscuridad. Su tercera historia –que concluyó un día antes del campamento– cuenta acerca de una carrera de “go-karts” que tiene lugar en Mercurio.

Villalobos dispone de varios blogs donde publica material científico y literario; además, tiene publicaciones sobre ciencias naturales de primer y segundo ciclo, física general, astronomía y mariposas. Sus cuentos espaciales se encuentran en línea en el enlace: http://astrovilla2000.blogspot.com/

 

Sandra Cauffman, científica de la NASA
Sandra Cauffman, científica de la NASA

Sandra Cauffman, científica de la NASA:“Estas iniciativas inspiran a los jóvenes”

¿Cuál es la importancia de estas actividades que acercan a los jóvenes con la ciencia y la tecnología para el país?

−Esto hace ver a los muchachos que las cosas no son tan complicadas como ellos piensan que son y que con un poquito de esfuerzo y dedicación pueden aprender que no son inalcanzables.

 

¿Considera usted que es viable o se puede lograr tener una base de aeronáutica en Costa Rica?

−Claro que sí, es posible y no se necesita tener cohetes lanzándose al espacio. Hay muchas otras maneras de involucrarse en este tipo de actividades y de industria. Se pueden establecer compañías distribuidoras de partes o de aviones o para cohetes, o eventualmente las universidades pueden construir instrumentos que puedan volar en satélites de otros países.

No necesitan tener un campo de lanzamiento con cohetes y de todo aquí en Costa Rica; eso no es necesario, pero hay la habilidad y la posibilidad de atraer esa industria al país.

 

¿Cuál es la percepción en la NASA sobre los esfuerzos de Costa Rica por desarrollar una industria aeroespacial?

−Costa Rica no ha demostrado todavía que tiene esa capacidad. Se sabe que Costa Rica tiene una educación muy alta y que los muchachos tienen mucha capacidad para aprender y la NASA está tratando de establecer una cooperación con el Micitt, para proveer pasantías para los muchachos costarricenses. La NASA estaría muy dispuesta a ayudar en el departamento educativo o si hay algún satélite pequeño que Costa Rica quiera desarrollar.

 

¿Cuál es su opinión sobre el proyecto de Franklin Chang con el Ad Astra Rocket?

−Es un principio muy bueno, aplaudo todos los esfuerzos que están realizando, pero mucha más gente tiene que darle apoyo a él, para también salir adelante. No solamente depende de Franklin; todo mundo lo ve a él como si fuera el único responsable, pero depende del gobierno costarricense, las universidades, los ministerios… todos tienen que darle apoyo. Hay mucha gente con dinero en Costa Rica que puede ayudarle con inversiones para promover más la educación, la ciencia y la tecnología y, así, poder atraer más industrias de este tipo al país.

 

¿Qué papel juega la relación entre la academia y la industria en Costa Rica?

−El gobierno costarricense tiene que apoyar las universidades y mejorarlas para que los que puedan ir a esas universidades salgan con buenos grados y que esos grados sean reconocidos en todo el mundo, así como sucede con los grados obtenidos en Estados Unidos.

 

¿En qué está trabajando ahora?

−La Sonda Maven llegó a Marte y está obteniendo datos increíbles. Ahora, como ya mi trabajo en Maven acabó y a menos de que haya un problema no me llaman, tengo otro trabajo. Soy subdirectora de todo el programa de satélites geoestacionarios en cooperación con la NOVA, que son satélites meteorológicos que se usan en todo el hemisferio del continente americano, para obtener datos meteorológicos.

U-96-EXPERIENCIA

 

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