Periodistas españoles afirman que debe haber lealtad con la ciudadanía.
La ética del periodista debe representar un contrapoder para defender a las personas débiles, al tiempo que con el auge de Internet los medios de comunicación comerciales forman asociaciones para protegerse contra la competencia de estos sitios, considerados por algunos especialistas como periodismo ciudadano.
Estas fueron las principales conclusiones del foro Desafíos éticos del periodista en los inicios del siglo XXI que los periodistas españoles Alfredo Semprún y José Luis Sentís llevaron a cabo con estudiantes de bachillerato y licenciatura de periodismo de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Semprún, quien es subdirector de la sección de opinión del diario español La Razón, y Sentís, director del también español diario digital El Imparcial, llevaron a cabo este foro en el marco de la Cátedra Vicente Sáenz la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva el pasado miércoles 22 de abril. El foro fue moderado por los periodistas Giselle Boza y Elbert Durán, ambos de Radio Universidad.
“EL PERIODISMO DEBE SER UN CONTRAPODER”
En su participación, Alfredo Semprún mencionó, parafraseando al también periodista Luis María Ansón, que el periodismo no debería ser considerado como un cuarto poder, sino como un contrapoder. La tenencia de un poder y la defensa de los más débiles sería la diferencia entre estos dos términos.
“Si el periodismo se torna un cuarto poder, lo que hace es que personas se sirvan de esta profesión para fines que nada tienen que ver con el periodismo”, mencionó Semprún.
Según el editor de La Razón, desde la experiencia española y europea se ha visto que los medios de comunicación son utilizados como vehículos o medios para otros asuntos, y mayoritariamente debido a que forman parte de grupos de empresas con diversos intereses.
“En el momento en que un medio de comunicación entra a formar parte de un grupo de empresas en donde hay intereses por comercializaciones varias, son tantos los intereses cruzados que es posible que se prioricen ciertos temas sobre otros o lo contrario, se callen”, explicó Semprún. “Pero ¿en dónde quedamos los periodistas en esta situación? Sólo hay una ética, y ésta es la búsqueda de la verdad”.
De acuerdo con el madrileño, la verdad se debe decir de la forma más objetiva posible, independientemente de la opinión de los periodistas. “Dar una opinión no es malo; lo que no se debe hacer es dar gato por liebre y engañar a las personas”, agregó.
Según Semprún, en el momento en que el periodista tiene la presión de estar en una superestructura empresarial que le dice qué decir y qué no decir, puede haber problemas ya que debe primar la lealtad no sólo con sus jefes sino también con el público a quién le escribe.
“LA LENGUA ES LA HERRAMIENTA DE TODO PERIODISTA, AÚN EN INTERNET”
Por su parte, José Antonio Sentís mencionó que Internet viene a combinar todo lo documental, lo audiovisual, lo escrito y mucho más. Sin embargo, comentó que en este momento nos encontramos en una “fase de liberación de ataduras clásicas en el periodismo”, en donde hay editores y editoras de medios que están condicionadas por intereses económicos.
“Los editores por tendencia natural han venido a seleccionar información que responda a sus intereses, pero el periodismo como profesión ha sobrevivido puesto que no todo el quehacer de los periodistas está condicionado por intereses, sólo una parte”, mencionó Sentís. “Y estos intereses pueden o no ser legítimos”.
De acuerdo con el director de El Imparcial, con el auge de Internet se vuelven atractivas las posibilidades de que figuras públicas lo utilicen como medio de comunicación, pero la ciudadanía no se ha formado para rechazarlos. “Si los poderes públicos hubiesen instalado una ética mundial de rechazo a aquellos que perturban los valores de la ética social no habría problema en el periodismo”, indicó.
Sentís afirmó que los medios de comunicación grandes han formado asociaciones para protegerse contra la competencia inminente que representan los sitios diversos que hay en Internet, cual “dispersión viral”, información que es accesible a todos y se transmite rápidamente.
“La tendencia de los grandes medios será frenar esa propagación porque representa un peligro, aunque ¡no sé cómo lo harán! (…) La diferencia entre periodismo ciudadano y periodismo profesional es el lenguaje y lo que podamos transmitir con él”.
En opinión de ambos profesionales, los desafíos de los periodistas surgen con la adaptación a Internet, porque los ciudadanos empezarán a buscar información alternativa que llegue libre de influencias por conflictos de intereses.
Los medios tradicionales no desaparecerán, pero sólo sobrevivirán aquellos que logren desechar esas influencias.