Mariano Salas, politólogo, estudiante de derecho y actual presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR), quiere reelegirse con el partido que lo llevó al poder, “Progre”, con una propuesta muy clara: se debe mejorar el sistema de becas y la asignación de cupos estudiantiles.
Este estudiante de 24 años, que ubica ideológicamente a su partido como de centro-izquierdista destacó la participación diversa de estudiantes en su partido.
A continuación, un resumen de la entrevista al candidato de “Progre” dada a UNIVERSIDAD:
¿Cuáles serían las prioridades de su partido en un eventual Gobierno y cuál es su principal proyecto?
-Le apostamos a una Universidad y una federación accesible, eficiente y crítica. El tema de matrícula es esencial, porque sabemos que la UCR es ineficiente a la hora de asignar cursos y distribuir los cupos. Queremos que la “U” abra cursos sábados y domingos para aprovechar por más tiempo la infraestructura.
En becas, proponemos un porcentaje mínimo del presupuesto anual de la Universidad para que se destine a becas, ya que actualmente esto solo depende de la administración. A la vez que queremos fiscalizar los procesos de planificación de la Universidad, con el fin de ser autocrítica: que a nivel interno pueda resolver problemas de becas y matrícula; y a nivel nacional, discuta temas como el financiamiento a las universidades públicas.
¿Cuál es la principal diferencia de su partido con los otros?
-“Progre” nació para cambiar el estado de las cosas en la federación, ya que nos encontramos –en el 2010– con una FEUCR desorganizada, sin información y descoordinada. Nos distinguimos porque nos preocupa construir un modelo estudiantil fuerte, dinámico, que incluya la participación estudiantil. Además, somos un grupo pluralista a nivel interno, lo cual es una gran virtud.
¿Recibe el apoyo de grupos políticos externos? ¿Con qué recursos financian su campaña?
-Nosotros tenemos gente que milita en partidos como el Frente Amplio, Acción Ciudadana, Vanguardia Popular, al igual que personas de movimientos ambientalistas y de ONGs.
De todo esto nos nutrimos, nos influye las propuestas de ideas, pero no en la imposición de estas; en este sentido “Progre” es la suma de todas las visiones.
Nos financiamos con dineros que ponemos cada uno, aquí les pedimos plata a familiares, por ejemplo; muchos de nosotros trabajamos y de ahí aportamos.
Hemos planteado hacer actividades, pero no es nuestro estilo; aunque no descartamos las rifas. También, utilizamos el fondo que el Tribunal Electoral Estudiantil Universitario destina a cada partido. La realidad es que una campaña es muy cara.
¿Cómo abordaría “Progre” la imagen negativa del movimiento estudiantil de la UCR por parte de algunos sectores?
-El estigma es fuerte, durante seis años una misma agrupación política estuvo en la FEUCR, se fraguó, hacia el movimiento estudiantil, un estigma mediático, social y político; se etiquetó al movimiento de vagabundo, “chancletudo”, “tirapiedras”; cuando la mayoría de estudiantes no somos así. Para lavar esta imagen, debemos estudiar los problemas, encontrar las verdaderas causas que están provocando los fenómenos, para informar a la población e incluirla. Creemos que existen otras formas de protestar: como artículos de opinión, manifestaciones pacíficas, pasacalles, entre otras.
¿Cómo piensan llamar a la mayor cantidad de estudiantes a votar, cuando el abstencionismo ha superado el 70% en los últimos años?
-Lo principal es devolverle a los estudiantes su confianza y su credibilidad en la Federación, por eso nuestro trabajo se concentra en poner al estudiante en el centro, porque cuando el estudiante ve que hay una FEUCR trabajando para ayudarle: entonces él o ella comienza a ver y comprender la utilidad de la FEUCR. Este año hemos hecho esfuerzos para que la gente se sienta incluida y vuelva a creer en ella.
¿Cómo ve el panorama presupuestario al que se enfrenta la UCR en los próximos años?
-Las universidades públicas viven un proceso de debilitamiento financiero, esto puede representar amenazas a los derechos estudiantiles (cupos, becas, giras, etc.). Aunque todavía no tengo elementos suficientes para constatar el rumbo hacia la privatización.
Sin embargo, la UCR tiene un estado financiero más sólido que otras universidades, el escenario no es positivo. Debemos luchar por un financiamiento más justo.