Los recientes terremotos de Haití y Chile no tienen repercusiones en la actividad sísmica de Costa Rica, en donde es imposible que ocurra un sismo de una magnitud superior a 7,9 grados, según los expertos.
Si bien Costa Rica es un área de alta sismicidad y con una gran variedad de fuentes sísmicas, los terremotos en Haití y Chile son procesos sísmicos independientes y no afectan al país desde el punto de vista tectónico.
Así lo aseguró Wilfredo Rojas, geólogo y sismólogo de la Red Sismológica Nacional, conformada por especialistas de la Universidad de Costa Rica y el Instituto Costarricense de Electricidad, quien aseguró que las mayores amenazas sísmicas de la región centroamericana están ubicadas en el sur de Costa Rica, en donde convergen las plazas Nazca, Coco y Caribe, y en el oeste de Guatemala.
Este sismo no tiene ninguna relación con Costa Rica, ya que el proceso de ruptura, la dirección de la energía liberada y la provincia sísmica en donde se originó son diferentes y se encuentran muy distantes de nuestro país.
“Ese tipo de esfuerzos que se liberan con un sismo de esa magnitud pueden activar otras fallas, pero tienden a ir desapareciendo a los 200 km de distancia y Costa Rica se encuentra a cientos de kilómetros de Haití”, puntualizó Rojas.
El sismo de Haití, con una magnitud de 7,0 grados en la escala de Richter, tuvo su origen a unos 20 km. al suroeste de Puerto Príncipe, la capital haitiana, en la falla geológica que sirve de límite entre la microplaca de Gonave con la placa Caribe, de la cual forma parte Costa Rica.
El rozamiento lateral entre ambas placas provocó que el terremoto fuera muy superficial y provocara una ruptura en un sector de 45 km. de longitud, quedando otras partes de la falla sin romperse.
De allí que científicos del Servicio Geológico de Estados Unidos modelaron este fenómeno basándose en la teoría denominada Esfuerzos de Coulomb, y determinaron que existen probabilidades de que ocurra un nuevo rompimiento en el sector este de la falla, más cerca de la ciudad de Puerto Príncipe.
“Esta teoría ha sido probada en otras regiones del planeta, pero no implica que se vaya a comportar igual en Haití”, aseveró Rojas, pues para que se cumpla, esa parte de la falla tendría que estar en su punto máximo de ruptura, información que se desconoce.
Además, otro aspecto valorado por los sismólogos es que uno de los terremotos ocurridos en Haití en el pasado se comportó como un “duplo”, pues unas semanas después sobrevino uno similar.
LEJOS DE COSTA RICA
Aunque Costa Rica comparte con Chile la placa Nazca, la cual en su extremo norte llega hasta nuestro país, el proceso sísmico iniciado en dicho país tiene características muy diferentes al entorno tectónico costarricense.
Además, “la deformación causada en Chile está sumamente lejos de Costa Rica y se atenúa con la distancia”, aseguró Rojas.
A solo 54 días del terremoto de Haití, Chile también fue devastado por un terremoto de mayor magnitud y profundidad, originado por la subducción de las placas Nazca y Suramericana.
El sismólogo dijo que lo ocurrido en Chile fue “un fenómeno de movilización de masa muy fuerte para el planeta”, ya que la ruptura abarcó una distancia horizontal de 350 km. y produjo un deslizamiento de casi diez metros. Incluso, esto provocó una variación de casi 8 cm. en el movimiento de fluctuación del eje de rotación terrestre, al cual se le conoce como movimiento de Cabeceo de Chandler.
“Este fenómeno ocurre únicamente cuando hay un terremoto gigante, una o dos veces en un siglo”, comentó el especialista de la Red.
A diferencia del terremoto de Chile, en donde el acople entre las placas fue muy parejo y se extendió a lo largo de grandes distancias, en Costa Rica no podría ocurrir un sismo similar.
Ello por cuanto la zona de subducción del país, en donde se encuentran las fallas mayores, está fraccionada debido a tres causas: la existencia de montañas submarinas, de contorsiones o doblamientos y de cambios de dirección de las placas durante su proceso de deslizamiento.
Es por eso que los sismos en Costa Rica no alcanzan una magnitud superior a 8 grados, ya que las placas se mueven en fracciones inferiores a 100 km. de ruptura.
Rojas aclaró que un sismo de magnitud 7,5 grados, producido por subducción, puede ser tan dañino como el de Chile, de encontrarse su epicentro muy cercano a los principales centros de población del país.
ACTIVIDAD VOLCÁNICA
Por otra parte, en relación con la actividad de los volcanes de Costa Rica, el geólogo enfatizó en que esta responde a un comportamiento normal de una cadena de volcanes activos. Recordó que Costa Rica forma parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, cuyos volcanes poseen períodos de moderada a menor actividad.
“No podemos hablar de una situación anómala en el comportamiento volcánico, sino de un proceso evolutivo desde el punto de vista geológico, por lo que debemos aprender a convivir con esto y a incorporar la gestión del riesgo en el ordenamiento territorial”, afirmó.