De la mano del profesor Carlos Sánchez Avendaño, docente de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura, estudiantes de diversas carreras se dieron a la tarea de producir un conjunto de materiales para la retención, promoción, documentación, visibilización, revalorización, y enseñanza de las lenguas autóctonas costarricenses, como el Bribri, Malecu y Térraba.
Fruto de ese esfuerzo se produjeron dos discos. El primero de ellos se titula “Porétecá. Maráma orapchá óra aja”, que incluye 12 canciones didácticas creadas en las mismas comunidades malecus, con la asesoría lingüística del equipo investigador de la UCR. El disco está dirigido a la población infantil para promover el aprendizaje de dicha lengua en los hogares.
La segunda producción es de música juvenil, para la cual se acompañó Abraham Montiel Mejía, un joven que se ha propuesto generar un movimiento musical entre la juventud malecu para revalorizar la lengua heredada de sus abuelos. Él compone e interpreta canciones con ritmos y temas contemporáneos e instrumentos “no malecus”. “Estamos pobres en nuestra lengua, solo un 40% la habla y son personas mayores”, aseguró el músico.
“En la escuela y más en el colegio a los jóvenes los discriminan si hablan en malecu, les dicen indios, come yuca, come tortuga, come iguanas. Aunque ahora algunos los enfrentan, la mayoría prefiere hablar español”, denunció Raquel Fonseca Marín, artesana y líder malecu.
El proyecto “Diversidad lingüística de Costa Rica», está adscrito a la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura y cuenta con el apoyo de la Vicerrectoría de Acción Social. Con sus acciones colabora con diversas comunidades etnolingüísticas nacionales con el objetivo de fortalecer la presencia de sus lenguas, para lo cual se mantiene en consulta con miembros de los respectivos pueblos y con la participación activa de adultos, jóvenes y niños.
Los Malecu son una de la comunidades originarias que viven en territorio costarricense y su territorio está ubicado al norte del país, en los alrededores del río Frío y el río Guatuso.
Entre los elementos distintivos de otras comunidades originarias los malecu conservan su idioma, tienen además un sistema de entierros propio, cantos y danzas autóctonas, formas de preparar los alimentos y de criar a los niños propias, manera de llevar la carga, uso del tambor, del arco y de las flechas, así como el empleo de hamacas y bolsas hechas de tejidos de fibras vegetales. También conservan su propio sistema de cultivo de plantas medicinales.
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