El próximo 15 de mayo, la Universidad Nacional (UNA) llevará a cabo las elecciones para escoger entre el politólogo Alberto Salom y el economista Leiner Vargas, al que será nuevo rector de la institución y que ocupará el cargo del 2015 al 2020.
Para dicha elección participarán cerca de 19 mil estudiantes, así como 640 académicos y 1.148 funcionarios administrativos, de acuerdo con Óscar Salas, presidente del Tribunal Electoral de la Universidad Nacional. El ganador sustituirá a Sandra León Coto.
A continuación se ofrece un extracto de las conversaciones de ambos candidatos con UNIVERSIDAD.
Mejora con rumbo definido
Alberto Salom Echeverría es un politólogo que ha formado parte de la Universidad Nacional a lo largo de 39 años. Cuenta con un doctorado en Gobierno y Políticas Públicas y una licenciatura en Ciencias Políticas.
Es padre de tres hijos, José Carlos, Rodrigo y Esteban, tiene un pequeño nieto llamado Ignacio y su esposa es Isabel Castro; sus principales pasatiempos son la lectura, la natación y viajar.
¿Dónde nace el deseo de ocupar el cargo de rector de la UNA?
−Soy parte de un movimiento que quiere recuperar a la UNA; creemos que llegó la hora de plantear una nueva ruta que pretende corregir los problemas, buscando un diálogo entre los distintos saberes, para que sea una Universidad multidisciplinaria, más conectada e interrelacionada.
¿Desde su punto de vista, cuáles son los principales problemas que tiene la UNA?
−La UNA está fragmentada con un sistema organizativo que ha producido el desarrollo lineal de las disciplinas. No hay interconexión entre docencia, investigación, extensión y producción. En muchos casos la investigación tiende a disminuir en importancia y es sabido que el desarrollo del conocimiento está intrínsecamente vinculado con la investigación y la concatenación de las actividades sustantivas. Esto afecta la calidad. Aunado a eso hemos experimentado una tendencia cortoplacista y mecánica, que tiene a la Universidad postrada en una maraña de procedimientos y normativas.
¿Ante esta realidad, cuáles son las propuestas de su movimiento?
−Hemos desarrollado un planteamiento claro e integral, con propuestas puntuales que permitan la gestión de la Universidad con énfasis en lo académico, en el desarrollo de la docencia, con un verdadero fortalecimiento de la investigación y la generación del conocimiento propio, donde se ponga en relieve lo cualitativo y no solo la producción numérica de estudiantes y profesores.
De la mano con estas iniciativas desarrollaremos una gestión volcada en las personas, con criterios de desconcentración máxima, es decir, que sean las unidades académicas, facultades y sedes las que tomen las riendas de sus funciones y ejecuten sus recursos con la mayor autonomía posible.
Otra aspiración es garantizar la formación integral de los estudiantes, no solo con la formación técnica y académica que reciben en el aula, sino potenciando la cultura, el arte, el deporte, el debate de ideas, el voluntariado. Deseamos poner en el centro de la pedagogía de la UNA la formación de “Aprender haciendo”.
Esas dimensiones irán acompañadas del impulso a una mayor cooperación internacional, sobre todo con Centroamérica, el Caribe y la región latinoamericana, sin disminuir o dejar caer convenios con zonas del Primer Mundo.
También enfatizaremos en la regionalización, para dar la misma importancia a todos los campus, sedes y recintos, fortaleciendo en ellos la calidad académica y procurando una mejor distribución de los recursos.
Además mantendremos un diálogo con la sociedad, para responder a sus necesidades y buscar soluciones en temas vinculados a derechos humanos, personas con discapacidad, la no violencia contra mujeres, niños y adultos mayores, la discriminación de minorías, desigualdad social y pobreza.
Por último tendremos una línea de transparencia total: todos los datos estarán online, demostrando nuestro compromiso con la sostenibilidad del desarrollo de la institución; hay que corregir las “buchaquitas” que se derivan de la administración centralista y clientelar y establecer una clara rendición de cuentas.
De cara a los retos y oportunidades
Leiner Vargas Alfaro tiene un doctorado en Economía del Cambio Tecnológico e Institucional, una maestría en Comercio y Finanzas Internacionales y una licenciatura en Economía.
Es oriundo de Santa Gertrudis de Grecia, tiene dos hijas, Mariela y Luciana, y su pareja es Diana Vargas. Sus pasatiempos son escribir, leer, jugar tenis y experimentar con las nuevas tecnologías.
¿De dónde nace su interés por ocupar la rectoría?
−Nace de mi preocupación por las condiciones de la Universidad; cuando uno conoce a la UNA ve las grandes oportunidades y los desafíos que tiene; por eso el movimiento “Juntos por la U”, que encabezo, trata de darle rumbo a la institución, para llegar al bicentenario como una Universidad competente del siglo XXI.
¿Cuáles considera que son los principales problemas de la UNA?
−Hay un conjunto de retos; el más significativo es el tema académico, pues la institución está en un proceso de cambio en todas las facetas de su quehacer. Vivimos un proceso de modernización de la infraestructura que se debe terminar, un proceso de modernización tecnológica y de relevo académico, de formación de cuadros que requiere fortalecerse. Estamos inmersos en una redefinición de reglas que dan sustento a la Universidad. Hay que actualizar el cuerpo reglamentario.
¿Cuáles son sus principales propuestas?
−Tengo tres grandes prioridades: Fortalecer las competencias académicas de la Universidad, especialmente de la investigación, que es el eje temático de nuestro trabajo académico y que se traducirá en renovación de la oferta académica y la mejora de la extensión o acción social.
El segundo eje es el proceso de internacionalización del quehacer universitario; esta institución no tiene que ser la más grande, pero sí la mejor en su quehacer académico, y la internacionalización es vital para fortalecer las competencias de nuestros académicos y estudiantes. En este sentido, queremos que en una década todos los estudiantes tengan la posibilidad de hacer una pasantía fuera del país, de al menos seis meses y ojalá en un idioma distinto.
Otro eje es la transformación de la forma en que la Universidad se relaciona con la sociedad; nosotros nacimos con una gran debilidad en materia de comunicación universitaria; queremos crear una radio, una televisión y un periódico digital universitarios, y que sean instrumentos manejados desde las facultades, unidades académicas y estudiantes.
Queremos tener un cambio sustantivo en la rendición de cuentas; para esto vamos a producir un Estado de la Universidad, que sustituirá al informe del rector y será un documento validado por personas del Estado de la Nación y entidades externas, con la información de la institución.
¿En el ámbito educativo y administrativo, cuáles son sus planeamientos?
−En el ámbito educativo pretendemos aumentar, incluso duplicar, las becas estudiantiles durante el quinquenio, fortalecer el aporte al fondo de becas, duplicar el número de horas de colaboración con cualquier organización de la sociedad, porque no creemos que los estudiantes tengan que hacer trabajos forzados, sino que den su trabajo a organizaciones de desarrollo social y comunal, según sus preferencias.
En la parte administrativa miramos al equipo de apoyo como un equipo muy valioso, pero por muchos años se ha dado un conflicto entre lo administrativo y lo académico; vamos a hacer esfuerzos de reorganización, para darles mayor agilidad y desatar nudos que nos hemos puesto, de manera que florezca la innovación y el desarrollo académico.
También trabajaremos en la conversión de la flotilla de transporte, para ser carbono neutral, reducir nuestro impacto en la huella de carbono y que los edificios tengan energía solar y reducir el uso de recursos. Así como el impulso de una incubadora y aceleradora de proyectos de emprendimiento de negocios.
