Datos recabados por la Encuesta Actualidades 2013 de la UCR indican que del total de viviendas del país, 615.357 (44.3%) utilizan gas GLP para alguna actividad. (Foto: Laura Rodríguez)
Aunque en el 85.5 % de las viviendas del país reside, al menos, una persona que conoce sobre las medidas de seguridad en el uso del gas licuado de petróleo (GLP), en el 79.4 % de los casos, el cilindro que se utiliza −principalmente para cocinar− sigue ubicándose en el interior de las casas, lo que conlleva un gran riesgo en caso de fugas.
Así lo determinó un estudio realizado por el estudiante Óscar Mario Carmona Arguedas, de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR), como parte de la Encuesta Actualidades 2013, del curso Diseño de Encuestas por Muestreo.
Según dicha encuesta, aplicada en el país del 19 de octubre al 16 de noviembre de 2013, los datos obtenidos son una importante señal de alerta, sobre todo si se considera que en 176.942 viviendas se reportó, al menos, un cilindro con fuga de gas dentro de la casa, situación que incrementa las probabilidades de accidentes por su ubicación.
A juicio de Carmona, estos resultados invitan a reflexionar acerca de la calidad de la información preventiva que se está proporcionando a los usuarios de gas, particularmente en lo que respecta a la manipulación del producto y a los lugares idóneos para la ubicación de los cilindros.
Las personas consultadas dijeron haberse enterado sobre las medidas de seguridad por medio de la televisión (74%), la radio (3.4%), el periódico (3.2%) y otros canales (4.9%).
Del total de viviendas del país, 615.357 (44.3%) utilizan gas para alguna actividad, especialmente en sectores con limitaciones económicas (48.9%) o que residen en la zona rural (47.7%).
Según el mismo estudio, en 581.676 viviendas este combustible es utilizado primordialmente para la cocción de los alimentos, lo que equivale a un 41.9% de las viviendas, estimación que coincide con la proporcionada por la Encuesta Nacional de Hogares del INEC, en el 2012 (37.5%).
Se consideró prioritario incluir este tema en la encuesta, debido a las características inflamables del gas y al aumento de las emergencias por fugas atendidas en el 2013 por el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Costa Rica.
La consulta reveló que, durante el 2013, el 61.7% de los consumidores de gas tuvo en su hogar un cilindro con alguna anomalía: carencia de etiqueta (38.2%), golpes o abolladuras (34.2%), corrosión (34.1%) o fugas (31.5%).
Datos aportados por el Cuerpo de Bomberos indican que el año pasado se dio un incremento del 133% en el número de emergencias reportadas por fugas de gas licuado de petróleo, con respecto al 2012. Del total de emergencias atendidas por los bomberos en el 2013 (51.491), el 13.28% (6839) se relacionó con fugas de gas, tanto en casas de habitación como en locales comerciales.
Cooperación interinstitucional
Con miras a evitar este tipo de emergencias, entre octubre y noviembre pasados, representantes de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP) y del Cuerpo de Bomberos iniciaron visitas a las plantas envasadoras para verificar que los cilindros no presenten corrosión, abolladuras o posibles fugas; además, saber si cuentan con marcas troqueladas con los datos de la compañía y verificar si las instalaciones cuentan con suficientes medidas de seguridad y sistema de alerta de incendios.
Asimismo, la ARESEP, la Fundación de la UCR para la Investigación (FUNDEVI) y la UCR suscribieron un convenio por cinco años, con el fin de que el Centro de Investigación en Electroquímica y Energía Química (CELEQ), la Escuela de Ingeniería Química y la Escuela de Ingeniería Mecánica realicen pruebas técnicas que garanticen la calidad del producto que expenden las distribuidoras de gas del país y la seguridad de los cilindros que adquieren las personas.
Carlos León, director del CELEQ, explicó que con este fin los especialistas del Centro harán pruebas dos veces al mes en cada planta distribuidora de gas. Aunque en total existen 14 plantas distribuidoras en el país, en la actualidad funcionan 7.
Las otras unidades académicas, dijo León, trabajarán en aspectos relacionados con la seguridad, certificarán que los cilindros reúnan los requisitos solicitados por la ley en cuanto a válvulas de seguridad y que no tengan abolladuras, herrumbre o fugas.