El VI Congreso Universitario proseguirá en junio sus discusiones, al margen del debate sobre las incidencias del neoliberalismo interno y externo.
Los congresistas estuvieron a favor de un modelo pluralista, de educación pública y humanista
Con la certeza de que en la Universidad de Costa Rica (UCR) sobrevivió el humanismo y su carácter público, proseguirá el 4, 5 y 6 de junio el VI Congreso Universitario, con plenaria final prevista a partir del 5 de agosto próximo.
El papel de la UCR frente al proceso de liberalismo fue esquivado por los congresistas, a pesar de que los participantes tenían el aval del Estatuto Orgánico para este tipo de discusión.
La máxima ley de la UCR la obliga a obtener las transformaciones que la sociedad necesita para el logro del bien común, «mediante una política dirigida a la consecución de una verdadera justicia social, del desarrollo integral, de la libertad plena y de la total independencia de nuestro pueblo».
Quizá por puntual en sus propósitos, no faltaron en este VI Congreso intentos por cambiar estos compromisos adquiridos con la población costarricense.
Así, por ejemplo, en la ponencia expuesta por ocho profesores de la facultad de Ingeniería, coordinados por José Joaquín Chacón, el mandato de obtener las transformaciones sociales quedaba reducido a » contribuir con el proceso de transformación de la sociedad…»La ponencia » Hacia una nueva etapa de la Universidad de Costa Rica, replanteamiento del título I del Estatuto Orgánico referente a principios, propósitos y funciones», eliminaba cualquier alusión a los sectores populares y creaba capacidades disminuidas, al incluir como propósito de la UCR » solo limitaciones por la capacidad inherente de cada individuo y los recursos de que disponga la institución en el cumplimiento de sus objetivos y metas».
De haberse aprobado esta propuesta, la UCR quedaba obligada a moverse dentro de los criterios de una supuesta «eficacia» y «eficiencia», posiblemente propia del mercado, pues el artículo cinco de dicha ponencia buscaba una reforma para que en el cumplimiento de los propósitos y los objetivos se demande de la Universidad » la búsqueda constante, inagotable y libre, de la verdad, la justicia, la eficacia, la eficiencia y la belleza».
Para el relator del Congreso, Oscar Mena, este cónclave reafirmó el compromiso con una Universidad pluralista y humanista. El mejor ejemplo fue cuando el congresista Gabriel Sáenz propuso que los Estudios Generales pasaran a impartirse por cuenta de las distintas unidades académicas. Al final, hubo acuerdo para que estuvieran coordinados por la Escuela de Estudios Generales, recordó Mena.
Criterio similar expresó el congresista Gerardo Contreras al advertir que los estudios generales salieron fortalecidos y que en ello todos los profesores de esa dependencia cerraron filas.
Dijo que el Congreso pudo ser mucho más rico. La UCR tiene 3000 empleados administrativos y 25 mil estudiantes, pero en el cónclave solo había cerca de 500 participantes inscritos y 39 ponencias», puntualizó.
Añadió que al inscribirse 500 personas, la comisión organizadora del Congreso creó una serie de ejes temáticos, pero solo se presentaron 39 ponencias y cerca de 28 de ellas eran relacionadas con la estructura de la institución.
Las pocas ponencias sobre otros tópicos de la vida universitaria ocasionaron la eliminación de las 4 comisiones que había aprobado la Asamblea Colegiada » y nos convertimos en comisión general», recordó Contreras.
TESIS GERENCIALES
Al hacer los participantes caso omiso a las disposiciones de la Colegiada (obligaba a crear comisiones), surge la pregunta sobre la legalidad de todo lo actuado, puesto que los reunidos estaban imposibilitados de reformar el reglamento del Congreso.
En todo caso, la legalidad tendrá que analizarse en las instancias correspondientes. Lo cierto es que los congresistas reafirmaron su vocación pluralista, lo cual quedó patentizado, por ejemplo, con la aprobación de la Radio U como un medio de comunicación social con orientación esencialmente estudiantil. Así, la Radio U, pareciera destinada a partir de ahora a enriquecer el pluralismo y el debate de ideas, y a la vez podría desaparecer el fantasma del cierre.
Para el proponente, el periodista Carlos Araya Rivera, este es un triunfo de la libre expresión y del compromiso que la UCR tiene con la sociedad costarricense.
Respecto al Congreso dijo que este alcanzó su cometido en cuanto a apertura y pluralismo. » Ha sido un Congreso que ha enriquecido a la Universidad como institución de educación superior», enfatizó.
El otro elemento por rescatar es que la visión de una universidad «gerenciada», como es la tendencia en algunas naciones industrializadas, careció de lugar en este Congreso.
Una de estas propuestas suscritas por funcionarios de la Contraloría Universitaria demandaba un plan operativo – presupuestario en forma quinquenal en el que las unidades definieran sus objetivos y necesidades de recursos a corto, mediano y largo plazo, en el que se indiquen proyectos y actividades de docencia, investigación y acción social por desarrollar, financiamiento con presupuesto ordinario y con recursos generados por la unidad.
El punto 7 de la propuesta establecía como requisito para la aprobación de programas o proyectos académicos, contar con los recursos y condiciones mínimas que garanticen su finalización y logros de los objetivos planteados.
Es decir, como estaba redactada la propuesta, se aprobarían programas o proyectos académicos a los que tendrían recursos y condiciones mínimas para garantizar la finalización de sus metas.
Desde esta perspectiva, quedaban dos opciones: las unidades con recursos y condiciones mínimas seguirían desarrollándose; las que carecían de esos recursos ni condiciones mínimas tendrían cinco años para buscarlos.
Iniciativa esta factible en otra institución como el Instituto Tecnológico, por ejemplo, pero no en la UCR donde el arte, la cultura, la ciencia, etc. debe llevarse a cabo independientemente de que tengan recursos o condiciones mínimas.
Entrevistado por UNIVERSIDAD, Mena dijo que los congresistas acogieron la propuesta de una nueva estructura de la UCR impulsada por la educadora Olimpia López; además aprobaron un nuevo sistema de admisión estudiantil y de ampliación de la democracia universitaria.
Asimismo informó que acogieron la ponencia sobre desafíos de la Universidad en cuanto al sistema de bibliotecas, documentación e información, la propuesta para la actualización y ejecución de políticas de conservación del ambiente, así como la de igualdad de oportunidades a los estudiantes de bajos recursos y no reproducción de procesos de exclusión en el acceso al sistema de educación superior pública.
Se creó una comisión para analizar reformas totales al Estatuto Orgánico y para reestructurar órganos superiores en cuanto a la rendición de cuentas, entre otras.