La Sede de Occidente reclama su derecho a decidir cómo organizarse y gastar su presupuesto, así como a escoger las carreras que imparte.
José Angel Vargas, coordinador docencia y Ronald Sánchez coordinador administración, junto con la directora de la Sede Mariana Chávez. (foto Lisbeth Huertas Jiménez)
La Sede de Occidente de la Universidad de Costa Rica (UCR)tiene un reglamento que está totalmente caduco, por lo que hace 18 años se dieron a la tarea de redactar uno nuevo, que el Consejo Universitario (CU) no termina de aprobarles.
Así lo denunció su directora Mariana Chaves, quien alega que esto se debe al desconocimiento de parte de quienes integran ese Consejo de lo que son las sedes regionales, las cuales tienen sus particularidades.
«Desde 1987 nombramos una comisión para elaborar un nuevo reglamento, porque el viejo no responde a lo que es hoy la Sede, lo redactamos y la asamblea de la Sede lo vio y lo aprobó. El problema es allá (en el CU) porque lo mandan a la Oficina Jurídica y nos lo devuelven y lo volvemos a mandar y lo pasan a la Contraloría Universitaria y nos lo devuelven y lo volvemos a mandar y lo archivan por largos períodos», explicó.
Agregó que todo esto se debe a que tratan de meter a las sedes regionales dentro del Estatuto Orgánico, cuando en este no se define con detalle la organización de estas, las cuales tienen una estructura diferente a la sede central de la UCR.
Dicho órgano devolvió hace dos años el mencionado reglamento, por considerar que tenía una serie de aspectos que no iban con algunos artículos del Estatuto Orgánico, como por ejemplo que se habla de que en la asamblea de la Sede el sector administrativo tiene una representación del 10%. «Aquí eso está clarísimo, ese es uno de los sectores que integran la comunidad universitaria, aquí trabajamos todos, sobre todo ahora que estamos con el plan de desarrollo estratégico».
La tardanza del Consejo motivó el reclamo de las autoridades de la Sede durante la visita que el viernes 20 de mayo realizaron quienes integran esta instancia a ese recinto universitario.
CONSEJO SE COMPROMETE
Ante el reclamo, Yollyanna Malavasi Gil, actual directora del Consejo, manifestó que cuando el reglamento se devolvió la respuesta no fue la más adecuada, por cuanto no provocó que la Sede mandara una nueva propuesta y se dio un congelamiento que «yo no lo noté durante los dos años que dirigí la Comisión de Reglamentos. Quienes quedamos de ese Consejo estamos muy comprometidos con las sedes regionales. Lo que creo es que estábamos todavía muy nuevos y no lo entendimos en ese entonces». Se trata de Manuel Zeledón de la antigua área de ingenierías y agronomía, Margarita Mesenguer representante de las sedes regionales y Víctor Sánchez Corrales del área de Letras, quienes terminan sus labores en octubre.
Alfonso Salazar, actual coordinador de la Comisión de Reglamentos, aseguró que las explicaciones enviadas por la Sede nunca llegaron al Consejo, por lo que ahora se les va a dar audiencia a fin de que el reglamento «que pueda salir sea construido por ustedes y nosotros y encontremos alternativas para construir. Quiero que tengamos conciencia de que si hay algo que va en contra del Estatuto Orgánico no se pone», aseguró.
Walter González afirmó que cuando visitó la Sede de parte de la Comisión de Reglamentos a fin de investigar la situación, no encontró motivos para que este no fuera aprobado, más que razones personales.
ATADOS DE MANOS Y PIES
Otra queja de la Sede fue la dependencia que se les ha impuesto desde la Sede Universitaria Rodrigo Facio, pues no pueden tomar decisiones que les competen sobre su presupuesto o sus instalaciones, debido al poco avance hacia el proceso de desconcentración que desde hace años se predica, pero no se aplica.
Como muestra de ello, Ronald Sánchez, coordinador de administración, relató la dependencia que tienen de la Oficina de Servicios Generales de la sede central a tal grado que llegó el invierno y siguen sin la canoa del frente de la biblioteca, que se colocó en diciembre y se cayó por los fuertes vientos.
Otro ejemplo de esta situación es la elaboración de edificaciones, las cuales son supervisadas por la OEPI (Oficina Ejecutora del Plan de Inversiones) cuando se trata de montos superiores a los ¢60 millones, como es el caso actualmente del módulo docente que se construye detrás de la biblioteca.
También refirió al problema de la rampa para evacuar en una emergencia al estudiantado de la biblioteca, pues el presupuesto fue aprobado, pero no se ejecutó la obra y ahora tendrán que presentar de nuevo el proyecto. Esta obra es de suma importancia, por cuanto las escaleras de emergencia del edificio están al otro lado de las salas de estudio y consulta.
Una situación extrema del problema de concentración la constituye la limitación de supervisar la atención o tramitar las quejas por el servicio de la soda estudiantil, debido a que solo se pueden hacer por escrito y enviar a San Pedro de Montes de Oca.
«Nosotros no tenemos derecho a decir nada ni a tener la llave, pese a que es un local nuestro», recalcó la directora de la Sede.
CARRERAS EN MANOS DE FACULTADES
En cuanto a docencia, planteó que continúa el problema de lentitud de desconcentración de las carreras, pues las unidades académicas de la sede central se consideran sus dueñas. Aseguró que la mayoría de los planes que se imparten en las otras sedes regionales son desconcentrados de la de Occidente. «Nosotros (Occidente) dependemos de la buena voluntad y buenas relaciones que tengamos con personal de las escuelas y facultades», enfatizó.
Además, hizo referencia a la dificultad que enfrentan con la ejecución del convenio de articulación con los colegios universitarios. «Pido a la escuela o facultad dueña de la carrera correspondiente que revise el plan de estudios del colegio de Puntarenas para ver cómo aceptamos esos estudiantes y me responden que no porque no han realizado el examen de admisión, cuando precisamente este convenio les faculta el ingreso sin ese requisito».
Por su parte, el coordinador docencia, José Angel Vagas, denunció que algunas escuelas solo desconcentran sus carreras si las imparten los docentes de la sede central, pese a que en Occidente hay personal capacitado, mientras que otras piden que se les envíe los exámenes para revisarlos.
Al respecto la directora del Consejo Universitario aseguró que «todas las carreras son de la Universidad, por lo que se tiene derecho a que se den en todas sus sedes, cuyo único requisito debe ser que existan las condiciones para la excelencia académica».
Respecto al manejo presupuestario, Malavasi solicitó a Wálter González, coordinador de la Comisión de Presupuesto y funcionario de la Oficina de Planificación Universitaria, ver las barreras presupuestarias que tiene la Universidad «pues hay que enfrentarlas y ver que soluciones se pueden tomar». Así mismo, revisar la formulación presupuestaria para encontrar nuevas alternativas, «es claro que hay que desconcentrar, pero de una forma ordenada», enfatizó.
González aseguró que en la Universidad no ha existido voluntad para entrar a definir el presupuesto de otra manera a fin de poder responder a las necesidades de las distintas sedes y áreas que conforman la UCR.
