El Parque Nacional Volcán Turrialba reabrirá sus puertas a turistas el próximo viernes 22 de julio, pese a las advertencias emitidas por el Comité Asesor Técnico de Vulcanología y Sismología, coordinado por la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE).
El Comité, que se reúne una vez al mes, califica la decisión de “apresurada”, en tanto aún no existen las condiciones adecuadas para recibir turistas en la zona, como el mal estado del camino, la vigente actividad volcánica del coloso y los persistentes riesgos de lluvia ácida.
Por su parte, el director del Área de Conservación de la Cordillera Volcánica Central –Rafael Gutiérrez- arguye que se tomarán precauciones para controlar las probabilidades de erupción, las cuales considera bajas.
Entre las medidas que tomarán se encuentran: restringir las visitas de niños, personas con afecciones cardíacas o respiratorias, alergias o problemas de movilidad física; la obligatoriedad de contar con la compañía de un guía acreditado y capacitado para emergencias; la dotación de cascos y mascarillas a los visitantes, y la habilitación de un único vehículo de doble tracción propiedad del Parque, para el traslado de los grupos de turistas hasta la cima del volcán.
Para Raúl Mora, geólogo del Centro de Investigaciones en Ciencias Geológicas de la Universidad de Costa Rica (UCR) y vulcanólogo de la Red Sismológica Nacional, la decisión es errada, dado a que el grado de actividad no ha descendido desde enero del 2010, cuando el volcán presentó una erupción de ceniza y posteriores lluvias ácidas, que obligaron a los pobladores del área a abandonar sus hogares.
“El Comité Asesor Técnico se reúne una vez al mes; se les dijo que para abrir el parque se requiere una serie de condiciones. Esas condiciones no se han dado al momento”, afirmó Mora, quien ha visitado las últimas tres semanas seguidas el coloso.
A su parecer, aún la carretera es peligrosa y el volcán sigue realizando “erupciones freáticas”, es decir, todavía expulsa materiales no incandescentes de sus fumarolas periódicamente.
“El volcán está en una actividad constante desde que se dio la erupción en enero del año pasado; la actividad no ha descendido, sigue muy activo y el Sistema de Parques tomó la decisión por su cuenta”, dijo a UNIVERSIDAD el experto.
Respecto a una fecha concreta en la que se podría dar una apertura segura, Mora enfatizó en que “los volcanes no tienen fecha y que hay que mantener el seguimiento de la actividad del coloso, hasta que sea seguro”.
En referencia a la decisión de reabrirlo prematuramente, el especialista teme que existan presiones políticas y económicas que provoquen que se obvien las claras señales de peligro del Turrialba, y alega que las comparaciones que se han hecho entre las capacidades turísticas de este volcán y el Arenal “son absurdas”, por encontrarse ambos en momentos geológicos diferentes.
Entre las presiones que se han recibido para la apertura del Parque Nacional, Mora citó al empresario turrialbeño Walter Coto, dueño de hoteles en la zona y miembro de la Cámara de Turismo de Turrialba, quien ve en el cierre del lugar un inconveniente para sus negocios y solicitó reabrir el volcán en febrero pasado.
LAGUNA NO ES NUEVA
Mora también se pronunció en contra de la información que ha sido diseminada en medios de comunicación, acerca de la formación de una laguna ácida “nueva”, en la fumarola principal del volcán Turrialba.
“Nosotros hicimos mediciones la semana pasada en el sitio, que es un lago de agua fría, de origen pluvial y que depende de si está cayendo agua o no para formarse”, señaló.
El geólogo argumenta que es una laguna estacional que habían descubierto desde el año pasado, y que es de origen netamente pluvial; es decir, consecuencia de las mismas precipitaciones en el lugar.
“En el volcán Turrialba es común que se formen lagunas efímeras, debido a la caída de lluvia; es muy común que se forme en el cráter central. Ese lago estaba formado desde mucho tiempo atrás; a veces se seca y a veces se forma”, reiteró.