La Selección Nacional de Fútbol Salón se clasificó para el Mundial de Paraguay
Acción del juego final de la triangular premundialista de fútbol salón entre Costa Rica y México en el Gimnasio Nacional; el tico Adonay Vindas disputa la redonda.
Cerca de seis mil espectadores vibraron el fin de semana anterior en el Gimnasio Nacional, durante la triangular premundialista que la Asociación Internacional de Fútbol Salón asignó a Costa Rica, en busca de un campo para el Mundial de esa disciplina que se celebrará en Asunción, Paraguay del 17 al 29 de noviembre de este año.
En el congreso previo para asignar la sede, la potencia del área, México, hizo fuerza para jugar la eliminatoria en el Distrito Federal, pero las federaciones suramericanas se volcaron por Costa Rica, de manera que el representativo de México (Norte) y el de Antillas Holandesas (Caribe), viajaron a nuestra patria en procura de ese único campo, que fue ganado por la tricolor, con dos victorias contundentes: 5-0 contra los antillanos y paliza de 11-2 ante los aztecas.
Llegar a este par de triunfos inapelables y envolventes tiene su historia, que es la que narró a UNIVERSIDAD el director técnico de la Selección Nacional, Carlos Ballestero.
¿Cómo se forja esta amplia clasificación?
– Hace año y medio aproximadamente, un grupo de entrenadores que trabajábamos en el campeonato nacional y Juegos Nacionales, le pedimos a la Federación Costarricense de Fútbol Salón, presidida por el abogado José Luis Monge, un cambio radical en la manera de trabajo.
Estábamos estancados y si bien es cierto se clasificaba a unas justas de renombre planetario, los resultados no eran favorables para nuestros seleccionados.
Había que buscar otra filosofía de juego, de preparación del juego, con sangre nueva, con futbolistas que vinieran de la selección Sub-20 y de Juegos Nacionales; personas con una nueva actitud y abiertas a asimilar otro tipo de preparación.
¿Esta preparación sería técnica o física?
– Las dos, pero lo que se hizo fue copiar el modelo brasileño que trabaja y refuerza la parte física con balón y no con exceso de ejercicios, pesas, playa o gimnasio.
Le dimos el balón a los jugadores, que entrenaran, practicaran, lo supieran conducir en prácticas rigurosas que fortalecieron su técnica pero a la vez, la condición física. Mucho ejercicio con bola; futbolista y bola en comunión diaria, algo vital en este deporte de espacio reducido, marca implacable que requiere de mucha técnica y movilidad y por ahí empezamos a trabajar con un nuevo perfil de futbolista que nos lleva por el camino correcto como lo prueba esta holgada clasificación.
¿Todo el equipo es nuevo?
– Empezamos un proceso de trabajo bajo esta nueva filosofía con 36 jugadores; se presentó una gira internacional a Colombia el año anterior y ahí seleccionamos a doce futbolistas; sin embargo el embudo y la selección se hicieron más rigurosos al punto que de esos doce seleccionados que ganaron cuatro partidos en aquel país, quedaron ocho para el premundial: Greivin Castro, Cristian Aguilar, Roberto Salazar, Mario Carvajal, Aaron Pérez, Adonay Vindas, Esteban Salazar y Esteban González.
Seleccionamos luego al jugador de más rango internacional de este país, el goleador Mauricio Salazar, para que aportara su experiencia como profesional en Venezuela y Colombia; se completó el grupo preseleccionado con Jairo Toruño, Juan José Alvarado, Dewin Carvajal y Rolando Gutiérrez.
¿Estos jugadores representan a todo el país?
– Básicamente forman parte de los cuatro clubes que jugaron las semifinales del campeonato nacional: San Francisco, Borussia, San Antonio de Desamparados y Coronado, pero en la selección primaria de 36 jugadores había futbolistas de otras zonas como Palmira, Esparza, Paraíso, Desamparados y varios clubes de la capital. Hubo un gran aporte del equipo de Escazú, que fue el representante de Costa Rica en el Mundial Interclubes jugado este año en Argentina.
¿Tiene enemigos el fútbol salón?
– No digo enemigos; sí hay un resentimiento de entrenadores de otros tiempos que no vieron con buenos ojos las nuevas propuestas sobre la forma de practicar y trabajar en este deporte.
Nosotros sabíamos que teníamos que mejorar la técnica de los jugadores y el paso fundamental fue ese; ganar condición física con balón en pie; diría que matamos dos pájaros de un tiro porque el jugador se familiarizó tanto con la bola que la verdad, pudimos marear y sorprender a antillanos y mexicanos en la eliminatoria.
¿Cual fue el fuerte de Costa Rica en la eliminatoria?
– Ese; tuvimos una enorme movilidad por toda la cancha, nuestra rotación fue un veneno para los contrarios; fuimos precisos en los pases en corto, contundentes en la portería contraria (16 goles en dos juegos) y muy buena condición física.
Vea que hace dos años México vino a una gira a Costa Rica y ganó sus dos partidos y año y medio después, les metimos once goles.
¿Cómo es su relación con la Federación de Fútbol?
– No nos quieren mucho los dirigentes del fútbol sala (Olman Vega) y tampoco Hermes Navarro, presidente de la Federación Costarricense de Fútbol; hay preferencias hacia la primera disciplina, el fútbol sala, pero no nos preocupa; los resultados de nuestro esfuerzo están a la vista.
¿Su equipo de trabajo?
– Yo me encargo de la preparación física; José Luis Marín es mi asesor de campo y Arnoldo Sáenz es entrenador de porteros.
Carlos Ballesteros tiene 48 años; llevó cursos para entrenador de fútbol a nivel clase A y hace cinco años se involucró en el fútbol salón como asistente del equipo del Liceo de Costa Rica. Luego fue su entrenador y lo llevó al tercer lugar del campeonato nacional.
Pasó como técnico del equipo de San Francisco con el que fue semifinalista y luego subcampeón nacional de la última temporada. Como dirigente es presidente del Comité Cantonal de Deportes de San Francisco de Dos Ríos.
