España pone en jaque al gobierno de Rajoy

El oficialista PP queda obligado a negociar con al menos 2 fuerzas más para mantenerse en el Ejecutivo. Podemos se convierte en la tercera fuerza.

Los españoles sancionaron este domingo a la «vieja política» al dar a los conservadores de Mariano Rajoy una ajustada ventaja que le pone cuesta arriba la formación de un gobierno y al impulsar al joven partido de izquierda Podemos.

El resultado electoral de este domingo obliga a Rajoy y su Partido Popular (PP) a una complicada negociación con al menos dos fuerzas parlamentarias más para poder mantenerse al mando del Ejecutivo.

«Voy a intentar formar gobierno y creo que España necesita un gobierno estable», afirmó Rajoy, de 60 años, tras perder de forma estrepitosa la comodísima mayoría absoluta que obtuvo en 2011, pudiendo verse abocado a un inestable gobierno minoritario por un parlamento muy fragmentado en el que será difícil formar mayorías.

«Será necesario hablar mucho, dialogar más, llegar a entendimientos y acuerdos», agregó desde el balcón de la sede nacional de su formación, el Partido Popular (PP, derecha), ante los simpatizantes reunidos con banderas entre gritos de «¡España, España!».

Con más del 99,5% del escrutinio realizado, el PP obtenía 123 diputados en una cámara de 350. Nunca hasta ahora un partido ha gobernado en España con menos de 156 escaños.

Le sigue con 90 diputados el socialista PSOE, liderado por Pedro Sánchez, de 43 años, que ahonda en su derrota de 2011, cuando obtuvo el hasta entonces peor resultado de su historia (110 diputados).

Y la gran novedad de estas elecciones, las dos nuevas formaciones que irrumpen con fuerza acabando con más de 30 años de bipartidismo de PP y PSOE: Podemos y sus aliados con 69 escaños, y el centrista Ciudadanos con 40 diputados.

Se abren ahora semanas de negociaciones de forma y fondo y cálculos entre las cuatro principales fuerzas para intentar formar gobierno. Rajoy intentará seguir gobernando, pero lo tiene cuesta arriba.

Crisis política

Los duros años de crisis y las dolorosas políticas de austeridad, el fuerte aumento del desempleo -que llegó a 27% a principios de 2013 y sigue aún en 21,18% y los innumerables escándalos de corrupción desataron una crisis institucional que cristalizó en junio de 2014 con la abdicación del rey Juan Carlos I en su hijo Felipe VI y lleva ahora a una nueva generación de políticos al parlamento.

Hoy «se inaugura una nueva etapa política en nuestro país», lanzaba el líder del Podemos, Pablo Iglesias, un politólogo de izquierdas de 37 años que fundó su partido hace apenas dos años y que vuelve a dar la sorpresa tras haber obtenido cinco eurodiputados en 2014 e impulsado la victoria en mayo de alcaldes «indignados» en ciudades como Madrid y Barcelona.

«Millones de españoles han decidido que esta España va a cambiar», aseguró el abogado Albert Rivera, de 36 años, líder de Ciudadanos. «Ahora vamos a participar los ciudadanos españoles del cambio político en nuestro país», agregaba.

Estos comicios culminan un año de cambio electoral en el sur de Europa, tras la victoria de la izquierda fuerte de Alexis Tsipras en Grecia en enero, y la llegada al poder en Portugal en octubre de una coalición de partidos de izquierda, a pesar de que la derecha había sido la más votada.

‘Un desastre’

Este resultado es «un desastre, un desastre», decía en la sede del PP Carmen Terrón, una jubilada de 71 años, ante la posibilidad de que su partido no logre formar gobierno. «Sin Rajoy, España iría al caos total», agregaba.

«Es una victoria del PP, sí, pero podría pasar algo que es insólito en España que la fuerza ganadora terminara sin gobernar», explicaba a la AFP el catedrático de Ciencias Políticas Jordi Matas, de la Universidad de Barcelona.

Se podría «construir una mayoría alternativa a la derecha», afirmaba, señalando que los independentistas catalanes, que suman 17 diputados, se pueden ver atraídos por Podemos, tras su promesa de referéndum soberanista en Cataluña, donde fue, como en el País Vasco, la fuerza más votada.

«Este éxito de Podemos es como el resurgir (…) del poder del pueblo», se congratulaba con un globo morado en la mano Alejandra Leal, profesora de 29 años, en una fiesta de la agrupación en Madrid. Desempleada, tuvo que partir como muchos españoles en 2011 en busca de trabajo al Reino Unido, donde integró el movimiento de los jóvenes exiliados económicos.

En muchos colegios electorales, muchos votantes habían mostrado su ilusión ante el fin del bipartidismo de PP y PSOE reinante desde 1982, siete años después de la muerte del dictador Francisco Franco (1939-75).

«Me gustaría que hubiera un cambio, para que el nuevo gobierno mire un poco más la gente de la calle, el pueblo», afirmaba Juan José Rodríguez, de 43 años, en el popular barrio madrileño de Lavapiés.

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