El V Foro Mesoamericano reunió a 1.700 delegados de organizaciones sociales en El Salvador. Una marcha por las calles de San Salvador formó parte de las actividades contra los TLC y las políticas neoliberales.
«Ratificamos nuestra convicción y compromiso de continuar nuestra lucha en toda la región por la defensa de los derechos de nuestros pueblos», dijeron al unísono 1.700 personas provenientes de organizaciones campesinas, indígenas, ambientales, de mujeres y otras, quienes participaron en el «V Foro Mesoamericano de los Pueblos, celebrado en El Salvador del 19 a 23 de julio pasado.
«Es nuestra voluntad avanzar en la construcción del poder popular como condición para garantizar la autodeterminación de nuestros países», expresaron en una declaración final los representantes de la región mesoamericana, que abarca de México a Panamá.
Por Costa Rica acudió al encuentro una delegación integrada por 81 personas, pertenecientes a distintos grupos sociales, detalló Ana Leticia Torres, del Centro de Estudios y Publicaciones «Alforja». Por la Universidad de Costa Rica asistió Ana Lucía Villarreal.
El Foro Mesoamericano de los Pueblos es un movimiento regional creado hace cuatro años para construir opciones de resistencia frente al modelo económico neoliberal y para articular las acciones de las organizaciones sociales en el ámbito mesoamericano y mundial.
En la mira de este foro está también informar y formar a la población acerca de las intenciones de megaproyectos como los tratados de libre comercio y el Plan Puebla-Panamá, así como generar debate en torno al impacto de las políticas económicas que ejecutan los gobiernos con el auspicio de las corporaciones transnacionales.
Es así como desde el 2002 se han realizado cinco foros bajo diferentes lemas: «Construir e impulsar un Plan Panamá-México alternativo», en Tapachula, México; «Frente a la globalización el pueblo es primero», en Xelajú, Guatemala; «Frente al Plan Puebla-Panamá, el movimiento mesoamericano por la integración popular», en Managua, Nicaragua; «Por la autodeterminación y resistencia de los pueblos», en Tegucigalpa, Honduras; y «Construyendo poder popular para la autodeterminación», en El Salvador. El próximo foro tendrá lugar en Costa Rica a inicios del 2006.
Iniciativas como el mencionado foro toman cada vez más fuerza no solo en esta región, sino también en otras como Suramérica, en donde se desarrollan luchas similares.
Un ejemplo de ello es el «I Foro Social de las Américas, celebrado en Quito, Ecuador, del 25 al 30 de julio. Allí, los participantes de 44 países desfilaron por la calles de esa capital en una marcha que congregó a más de 10.000 personas el día 28, para protestar contra los tratados de libre comercio y llamar a la unidad latinoamericana de los pueblos.
RESISTENCIA
Según explicó la antropóloga Ana Leticia Torres -del Centro de Estudios y Publicaciones «Alforja»-, uno de los objetivos primordiales del mencionado foro mesoamericano es fortalecer la resistencia contra el libre comercio globalizado que promueven los gobiernos mediante los tratados, contra el Plan Puebla-Panamá, a las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
De acuerdo con Torres, dicho espacio de convergencia no está concebido para la búsqueda de alternativas para los problemas, si no para rechazar las políticas que imponen los gobiernos, pues no son los grupos sociales los que administran los países.
«Nosotros no estamos defendiendo un Estado gigante, corrupto, o paternalista, sino que queremos el estado social de derecho que había en este país, y que es también una aspiración de las naciones centroamericanas. Sabemos que hay que hacer ajustes, pero no queremos la privatización y el desmantelamiento del Estado, para ponerlo al servicio de los sectores financieros, empresariales y a la inversión extranjera», puntualizó.
Una de la inquietudes que se planteó en este último foro, fue la necesidad de expresar la resistencia en acciones concretas y ver si los resultados se podían ver en un año plazo. Sin embargo, concluyeron que el periodo que se avecina es difícil, en vista de que están de por medio las negociaciones de los TLC y del ALCA.
Respecto a la composición social de quienes integran el citado foro, Torres detalló que participan representantes de organizaciones sindicales, ambientalistas, de jóvenes, campesinas, indígenas, migrantes, de educación popular, de mujeres, cooperativas, afroamericanas, y otras.
Para la antropóloga, la diversidad social de los participantes en el foro es una muestra importante de la sociedad que se quiere.
Por otro lado, el foro concluyó que si se desea impedir la aprobación de los TLC, la vía para hacerlo es mediante la movilización en las calles y la presión a los parlamentos.
Es por eso que programaron jornadas simultáneas en la región contra el TLC y la privatización, para el 12 de octubre y entre el 10 y el 15 de diciembre próximo.
Acuerdo del V Foro Mesoamericano
-Impedir la aprobación del TLC CA-EEUU., y el ALCA, incrementando para ello nuestra presión sobre las congresos de la región.
-Frenar la imposición del Plan Puebla-Panamá en el área mesoamericana.
-Frenar las intenciones de los gobiernos del área de negociar un TLC con la Unión Europea.
-Impulsar una reforma agraria integral, orientada a garantizar la soberanía alimentaria; decirle no a la privatización de los sectores públicos; defender nuestra biodiversidad y patrimonio natural frente a las intenciones de las transnacionales de apoderarse de ellos; y defender y fortalecer los derechos laborales.
-Fortalecer nuestra organización interna a través de la consolidación de la unidad de nuestras banderas de lucha, que nos permita derrotar al libre comercio como paradigma neoliberal.
-Nos solidarizamos con el pueblo venezolano y su Revolución Bolivariana, con el pueblo cubano, iraquí y palestino; así como con las luchas de los pueblos de Argentina, Bolivia, Brasil Ecuador y Colombia.
-Rechazamos la militarización y las prácticas de terrorismo del gobierno de Estados Unidos, con la anuencia de los gobiernos de la región.
-Empujar nuestros proyectos nacionales de desarrollo, construyéndolos desde abajo en un ámbito regional que estimule la integración desde los pueblos, basado en principios de participación democrática, sustentabilidad, reducción de las brechas de desigualdad: genérica, etaria, étnica, geográfica y social.
