Medallistas intentan volver a la actividad como dirigentes.
La entrenadora Silvia González Pinto no se detiene. El deporte se la traga y ella se deja atrapar.
De pie en La Sabana, durante un homenaje que el Estado rendió al equipo de patinadores que ganaron medallas para Costa Rica en los Panamericanos de 1987 y de 1991, por intermedio del Instituto Costarricense del Deporte y Recreación (ICODER), Silvia recordaba sus travesías en tren por toda Italia para comprar patines de “verdad” para su esposo y sus hijos adoptivos.
Ese día, 22 de junio de 2009, un sueño de casi 30 años se convertía en realidad, al ser inaugurado en el Parque Metropolitano en La Sabana, el Patinódromo Nacional, gracias a una inversión de ¢335 millones. La moderna edificación dará cabida a la práctica y desarrollo de disciplinas como el patinaje de velocidad y artístico, el jockey así como las modalidades recreativas de patinetas, sala de esgrima y centro de acondicionamiento físico.
¿Qué sintió en ese instante?, le preguntamos a González.
– “Nostalgia, tristeza, ilusión y miles de recuerdos; la gente creyó que la medalla de bronce que se ganó en relevos en Indianápolis con el equipo que formaron Francisco Brenes, Román Soto y Marco Tulio Bonilla fue una “chiripa”, pura suerte. Pero no fue así. Hubo un trabajo y planificación muy serios”, afirmó la homenajeada, entrenadora de los medallistas. Brenes, fallecido recientemente en un accidente de tránsito; Román, Tulio y también Guillermo Mata fueron aplaudidos y admirados durante la inauguración del Patinódromo en La Sabana.
“Yo conocí a Marco Tulio en el salón de patines Music pues ese era un hervidero de jóvenes locos por patinar. Fuimos novios, luego nos casamos y nos tiramos a pista a patinar velocidad fuera del salón. Lo hacíamos en la ruta a Santa Ana y en el tramo paralelo de la calle que une Y Griega con San Sebastián así como en La Sabana.
En 1984 viajamos un grupo a un torneo internacional en San Andrés, solo para comprobar que no teníamos los patines adecuados para competir contra profesionales. Nosotros usábamos bota y tacón por lo que teníamos que atornillar ciertas piezas mientras los demás usaban patines modernos que se modificaban con mucha simpleza para adecuarlos a la competencia.
Tras el fiasco y de regreso a Costa Rica; el grupo estaba ilusionado y con ganas de seguir. Entonces, viajé a Italia a comprar “patines de verdad” y traje varios. Luego Ronny Fernández y un italiano de apellido Romano empezaron a importarlos.
Manuel “Cartago” Mora, Henry Gómez, Eugenia Mora, Manuel Cordero, Hanzel Muñoz, Marvin Santamaría se habían unido al grupo. Ese mismo año viajamos al Mundial en Colombia y el roce con los grandes nos obligó a tomar las cosas en serio”, recordó Silvia.
HACIA INDIANÁPOLIS
“Estos muchachos eran un montón de atolondrados: uno era salonero de la soda Tapia; otro motociclista.
Eran testarudos, se alimentaban mal y a deshoras, distraídos y desordenados por naturaleza.
Cuando estaba casada con Marco Tulio, y como vivíamos en una casa grande, preparamos un plan de entrenamiento para Indianápolis con la colaboración de algunos amigos profesionales de otras disciplinas.
Hablamos con los muchachos y los invitamos a que vivieran en nuestra casa; cada uno seguiría en lo suyo, pero a las seis de la tarde todos debían estar en casa. Ya que dormían y se alimentaban en casa, adaptamos un gimnasio.
Colaboró enormemente con el grupo William Todd, instructor de gimnasia y durante siete meses “la familia del patinaje” se entrenó fuerte: con pesas, gimnasia, ejercicios desde las 4:30 de la mañana, mucho ciclismo y una alimentación guiada, aparte de sesiones de masajes a cargo de Alvaro Chacón.
Así, el patinaje se llenó de gloria en los Panamericanos. Luego Guillermo Mata ganó plata en La Habana, y Costa Rica se convirtió en potencia centroamericana, hasta que se tomaron caminos diferentes, quizá por diferencias de edad, en esa época de oro Tulio y yo teníamos 28 años mientras los demás patinadores andaban por 17 y 18.
“Ahora con la inauguración del Patinódromo, el grupo se reencuentra y lo más relevante, se vuelve a ilusionar”, manifiesta Silvia, hoy dirigente del triatlón e integrante del Comité Olímpico Nacional (CON).
¡Qué decíamos de atrapada por el deporte!
¿Por qué dijo sentir tristeza al frente de ese monumento a los patinadores?
– “Por el tiempo perdido”, dijo Silvia a UNIVERSIDAD.
“Porque hoy el deporte costarricense agradece a las autoridades una obra inmensa como esta, pero no se pueden olvidar los años perdidos. Imagínese este grupo nuestro hace 25 años con este Patinódromo: no se sabe adónde habríamos llegado.
En los países nórdicos de Europa el deporte es prioridad. Los gobiernos comprobaron que se ahorran millones de dólares invirtiendo en el deporte para economizar en salud.
Practicar deportes es el mejor remedio para la salud y en algunos países latinoamericanos eso aún no se entiende. En Costa Rica las autoridades de salud no priorizan el desarrollo del deporte con la infraestructura adecuada”, sentenció González, que de inmediato agregó sentir esa tristeza acompañada de una gran ilusión.
“Hay decenas de niños y adolescentes deseosos de practicar patinaje de velocidad pues es un deporte relativamente barato.
No implica el sacrificio por ejemplo de la natación o los altos costos que demanda un equipo de ciclismo o triatlón.
De manera que este Patinódromo será un hervidero de atletas que van a practicar y a entrenarse en una instalación moderna, que lógicamente los convertirá en patinadores completos.
Ellos podrían dar al deporte nacional muchos triunfos y medallas en juegos estudiantiles, nacionales y la parte del ciclo olímpico autorizada: centroamericanos, Caribe y Panamericanos”, agregó la ex entrenadora de patinaje.
CON REFRESCANTE
Al tiempo de que Silvia anuncia en primicia una reunión en su casa de habitación el próximo 22 de agosto, con la intención de que Marco Tulio Bonilla, Guillermo Mata, Román Soto y otros retornen como líderes a la dirigencia del patinaje nacional y organicen grupos en el nuevo Patinódromo, en su faceta de directora del Comité Olímpico, reseñó el éxito del pasado festival olímpico.
Habló del gran trabajo que cumple el suizo Marc Faraci desde Costa Rica, como enlace con Solidaridad Olímpica, la ventaja de tener a Henry Núñez, presidente del CON a tiempo completo y cumpliendo también funciones pagadas como gerente de la entidad.
“El CON es un ente evolutivo y refrescante; se trabaja a puertas abiertas; sesionamos cada lunes por la tarde; se delega en comisiones y profesionales de diferentes disciplinas colaboran. Hay muchas cuentas por cancelar. No hay cuentas claras de periodos anteriores pero poco a poco se pone la casa en orden.
Hoy nos preocupa la situación política de Honduras, país sede de los Juegos Centroamericanos en diciembre y estamos a la espera de resoluciones”, concluyó González.