Fundado el Partido Comunista de Costa Rica (PCCR) en 1931, asume dos situaciones particulares de tipo político. La primera, enfrentar al gobierno, marcando claramente su objetivo de toma del poder. En este sentido, en un primer momento piensan en la posibilidad de derrotar al gobierno de Cleto González Víquez, para lo cual incluso elaboran un plan insurgente que fue abortado, en el que contemplaban en caso de que hubiera sido posible que el Dr. Aniceto Montero, quien se había destacado en las luchas socialistas desde 1919, con su Centro y Partido Socialista, y era un conocedor profundo del leninismo y de textos de los Congresos Obreros Internacionales, hubiera encabezado el gobierno. Fracasado este evento, y sin mayores consecuencias contra ellos, vuelcan su intención en el trabajo político electoral.
En lo político electoral tienen dos eventos importantes que resolver. Primero la participación y organización electoral y, segundo, la presencia aún del volismo y del partido Reformista que mantenía las banderas de ser un partido de los sectores populares y trabajadores.En cuanto al aspecto electoral intentan inscribir el PCCR, pero les niegan la posibilidad de participar con dicho nombre, por lo que impulsan solo para efectos electorales la inscripción del Partido Bloque de Obreros y Campesinos, que respondía a un concepto de unidad de clases trabajadoras, la obrera y la campesina, y respondía también a los lineamientos de la III Internacional Comunista, que ya había esbozado un planteamiento en esta dirección. En otros países como México ya existía, a la par del Partido Comunista de México, un Bloque de Obreros y Campesinos.
En cuanto al volismo y a Jorge Volio, se da una lucha muy importante por tratar de demostrar que Volio y su Partido no solo no constituían una fuerza revolucionaria de interés para los trabajadores costarricenses sino que tampoco era el sitio político, el partido, que mejor los representara, aparte de que también acusaban al volismo y al reformismo de haber traicionado las banderas originales que enarbolaron en favor de la plebe, como debía ser titular o Tribuno de ella el propio Volio. En 1934, en la discusión en el Congreso entre Jorge Volio y Manuel Mora, se evidencia este enfrentamiento y la liquidación del volismo como fuerza político electoral desde entonces.
En 1935 con motivo del III Congreso de la Internacional Comunista, en el que participa Rodolfo Guzmán, representando al PCCR, y se establecen relaciones formales, se cambian las directrices de la lucha internacional de los comunistas hacia la lucha antifascista, la lucha antiimperialista y el socialismo se posterga. Los Frentes Populares, como alianzas de diversas fuerzas, emergen como un frente estratégico político y electoral y esta alianza con sectores burgueses interesados en evitar el ascensor del fascismo y de preservar las libertades y derechos democráticos burgueses pasa a primer orden, junto con la lucha por la paz, frente a una segunda guerra mundial en marcha, y de defensa de la URSS, amenazada por el fascismo.
Los tiempos de los primeros años de por un diente toda la dentadura, como consigna electoral, pasan. En la Conferencia Comunista Continental de La Habana de 1935, Arnoldo Ferreto, representando al PCCR, trata de comunicar desde allí estas nuevas directrices, para tratar de formar un frente anti León Cortés y evitar su triunfo en las elecciones del 35-36, sin éxito. Pero, las bases de estas políticas de alianzas ya estaban lanzadas, que pasan luego por los intentos de alianza en 1939 con Ricardo Jiménez y otras fuerzas para evitar la alianza de la Iglesia con Calderón Guardia para derogar las reformas liberales, y luego con la misma alianza de 1943, en nuevas circunstancias históricas con el mismo Calderón Guardia y la Iglesia Católica, jefeada por Monseñor Sanabria.
Políticamente, el PCCR enfrentaba en estos primeros años la reacción gubernativa, la represión política con la anulación de la elección del diputado Carlos Luis Sáenz, en 1938, la represión y persecución en el magisterio despidiendo a educadores como Arnoldo, Luciano y Adela Ferreto, Luisa González, el cierre de la Escuela Maternal de Carmen Lyra, la expulsión del país de algunos de sus dirigentes de origen extranjero como Adolfo Braña Rosas, Rafael Ángel Llubere, el mismo Rómulo Betancourt y José Palacios, o el asesinato selectivo de algunos de sus dirigentes campesinos como Herminio Alfaro en 1935.
