Bush predica el libre comercio pero subsidia su agricultura en $3.5 billones y junto con Japón y Europa son los responsables del fracaso de Cancún. Su dependencia obesa de petróleo subsidia la dinastía terrorista de Arabia Saudita que financia escuelas fundamentalistas, fascistas y antimodernistas a través del mundo árabe y donde Ahmed, el agricultor egipcio -que no puede competir con esos subsidios en el primer mundo- manda a Ahmedito por ser gratis -e incluye almuerzo- para que este después se vuele en Tel Aviv o muera «mártir» en un bombardeo gringo de rutina. Porque en la presente «guerra», «shoot first, ask questions later» con los más que dispuestos británicos. Se pregunta uno quién fue colonia de quién.
Sin embargo, la UE con su pretendida superioridad moral es pura mojigatería. Europa es la gran responsable de los genocidios modernos -Estados Unidos es nada más que su «offspring»- pero se autoproclaman kantianamente el continente de los derechos humanos y la paz perpetua.
Francia: el genocidio francés en Argelia fue de antología. Chirac el «pacifista» hace siete años lanzaba bombas atómicas en los atolones micronesios pero ya nadie se acuerda. Alemania: la nación responsable del mayor genocidio del siglo es ahora también pacifista por razones electorales y de arrepentido. Con Iraq, la socialdemocracia -el más grande adefesio ideológico de todos los tiempos- vendió lástima postcolonial. España e Italia: Que el sur de Europa ha sido siempre medio fascista es un hecho. Lo que pasa ahora, al igual que en Polonia, es, además, oportunismo de igualado. Turquía: Campeona regional de masacres desde los otomanos hasta la actualidad. Su regateo con EEUU no les resultó y ahora acechan el petróleo de los curdos que para ellos son menos que perros. Y se quejan de racismo en Alemania. Rusia: Chechenia no es un paseo y la mayor mafia política del mundo se agracia con Europa pero su occidentalización no les resulta, tal vez por la vulgaridad del comunismo. El Vaticano: El Papa condena el terrorismo pero criminalmente exhorta a reproducirnos como conejos para que las pobres criaturas sean terroristas, desempleados o baleados en su cumpleaños. Además, estúpidamente, le exige a la Europa multicultural recordar sus orígenes cristianos. Vemos bien que las crisis internacionales son de estilo y no de valores, pues la idolatría en el Nuevo Orden avanza sin prisa y con calma.