En los países que se da esta situación, hay un grupo oligárquico que es aliado y cómplice, a cambio de disfrutar las mieles del poder y compartir aunque sea una partecita, de la riqueza producida por el pueblo y que le es expropiada por esa alianza. Apple, ahora, después de enriquecerse en miles de millones de dólares, con el trabajo semiesclavo, viene hipócritamente a dar lecciones de ética y moral, con el evidente propósito de lavarse las manos y salirse del polvorín que esta empresa y todo el sistema capitalista han creado en Asia y el resto del mundo y, en estos momentos, produce algunos estallidos; pero, todo indica que se avecina una gran explosión, por lo cual ellos y sus acólitos preparan la salida, con el propósito de librarse de ser quemados.
El periodista de “La Nación” al comentar el informe, dice que la legislación laboral costarricense, de USA y de la mayoría de las democracias occidentales, no permite la violación de los derechos laborales y humanos de sus habitantes. Si el periodista se esforzara un poquito en estudiar la realidad laboral y humana de las trabajadoras y trabajadores de Costa Rica, de USA y de la mayoría de las llamadas democracias occidentales, podría comprobar, con sorpresa para él, que en todos estos países se violan los derechos de las y los trabajadores; veamos, en Costa Rica las políticas de estímulo a la inversión extranjera y a la empresa privada nacional, presionan para cambiar la Constitución y las leyes, con el fin de lograr la flexibilización laboral, aunque de hecho ilegalmente ya opera, lo que convierte al Código de Trabajo en papel mojado.
Los órganos oficiales, como el Ministerio de Trabajo y el Patronato Nacional de la Infancia, tapan sus ojos y oídos para no ver, no oír y tratar de ocultar que en el campo y las ciudades hay miles de niñas y niños haciendo duros trabajos.
En cuanto a la sindicalización, se persigue y se pone en lista negra a las y los trabajadores que intentan formar un sindicato, en las empresas transnacionales y las privadas nacionales es del todo imposible. En USA hay millones y millones de trabajadoras y trabajadores inmigrantes, a quienes se les llama despectivamente grasientos, o sucios, deben hacer los trabajos más duros y peligrosos, se les humilla, sus salarios son mucho más bajos que la media, se les niega la seguridad social, se les persigue, se les acusa de delincuentes, se organizan brigadas para detenerlos y deportarlos, sin un debido proceso. Con frecuencia, se han encontrado trabajadoras y trabajadores encerrados, en condiciones infrahumanas, laborando como esclavos. Estas y otras violaciones de los derechos laborales y humanos se dan en USA y gran parte de las llamadas democracias occidentales. Cosas veredes, amigo Sancho.