La atención de la demanda por líneas de telefonía celular es uno de los logros más palpables del plan de contingencia desarrollado entre 2001 y 2002.
«Cuando un gobierno se endeuda para financiar gastos de inversión que aumentan su capacidad instalada – sus activos – ese endeudamiento no puede calificarse automáticamente como un generador de déficit sino, correctamente, como un ingreso de capital cuya utilización o ‘gasto’ tiene la inversión como contrapartida».
El anterior criterio, que para cualquier persona inexperta en materia financiera es de simple lógica, no lo fue para los últimos gobiernos, los cuales le impusieron al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) limitaciones en sus inversiones y lo obligaron a aportar cuantiosas sumas para contribuir con las finanzas del Estado mediante la compra de bonos.
Así lo consignaron en su informe final los integrantes de la comisión de notables que analizó la situación financiera del ICE, cuyos resultados entregaron al Consejo Directivo de esta entidad el pasado 7 de noviembre.
El exministro de Planificación, Leonardo Garnier, el exregulador de los servicios públicos, Leonel Fonseca, el defensor de los habitantes, José Manuel Echandi; el exministro de Hacienda, Carlos Muñoz; y el representante del arzobispo de San José, Guido Villalta, formaron el grupo que investigó el manejo económico del ICE.Con excepción de Muñoz, los demás expertos hicieron fuertes críticas a las restricciones en la inversión que le han impuesto las últimas autoridades de gobierno, las cuales inciden negativamente en la calidad de los servicios y en sus planes de desarrollo.
Al referirse a las limitaciones que los gobiernos le han impuesto al ICE, ellos explicaron de manera simple esta situación: «Si un gobierno pide un préstamo de $100 millones y con eso compra o construye una obra de infraestructura pública que vale, precisamente, $100 millones, no podríamos decir que ese gasto generó un déficit o faltante en las finanzas públicas pues, si bien se realizó un gasto que se financió con endeudamiento, también se incrementaron en ese monto los activos públicos».
Esta explicación -agregaron- un tanto escolar tiene el propósito de evidenciar el tipo de confusiones en que nos hemos visto atrapados desde que, a mediados de los años 80, el Fondo Monetario Internacional impulsó la aplicación de una metodología peculiar para analizar el impacto macroeconómico de las finanzas públicas
Dichas trabas financieras y de inversión también quedaron en evidencia cuando se analizan periodos bajo esquemas presupuestarios restrictivos como ese, y otro donde se liberó al ICE de tanta «amarra», como cuando se le aplicó durante 2001 y 2002 un plan de contingencia (emergencia), después del conflicto que generó el llamado «combo eléctrico».
Durante ese lapso, el avance logrado por el ICE en la atención de las necesidades de sus consumidores dejó claro que no es lo mismo aplicar un plan de contingencia, que uno de continencia de las inversiones que esa institución requiere para ser eficiente ante las demandas por servicios de sus consumidores.
CONTINGENCIA
Cabe recordar que a raíz del conflicto social originado por el intento del gobierno de Miguel Angel Rodríguez, de aprobar un proyecto legislativo de reformas al ICE, se implementó un plan de contingencia tendiente a satisfacer las necesidades urgentes en la prestación de los servicios de telecomunicaciones y energía.
Fue así como la institución elaboró un plan por ejecutarse entre 2001 y 2002, y que aún no termina de realizar en algunas áreas establecidas como prioritarias.
Gracias a este plan de contingencia, el ICE logró -por ejemplo- acabar con la alta demanda que había entonces de líneas para telefonía móvil o celular, explicó Marco Retana Palma, coordinador de Control Estratégico de la Unidad de Planificación y Mercadeo.
De acuerdo con documentación del sector de telecomunicaciones, en la década anterior al 2000 las inversiones realizadas en ese campo en relación con el porcentaje de ingresos, fueron insuficientes para un desarrollo adecuado; estas no superaron un máximo del 49%. No es sino con el plan de contingencia que se logró impulsarlas al 67% en 2001, y 53% en 2002.
A partir de esta meta de inversiones, en telefonía fija hay más de 400.000 líneas disponibles en las diferentes centrales, aunque para ser usadas falta desarrollar la etapa de tendido de cables y la instalación domiciliar, la cual es más complicada que la primera, detalló Retana.
Mientras tanto, en telefonía móvil el ICE logró eliminar la lista de espera de líneas con casi 200.000 personas, y ahora más bien hay varios miles disponibles, de las 400.000 ofrecidas a finales del año pasado en la tecnología GSM.
Los celulares pasaron de 205.275 usuarios en 2000, a 311.329 en 2001 y a 539.079 en 2002.
En lo que sí ha habido más atrasos -puntualizó el funcionario- es en lo referido a la red avanzada de Internet o IP, en donde ha habido múltiples problemas, por las constantes apelaciones de los contratistas que podrían proveer los equipos necesitados. Una vez que los equipos sean conectados, Costa Rica ocuparía los primeros lugares del mundo respecto al desarrollo de cara a esta red.
Otra área que experimentó un crecimiento considerable durante el plan de contingencia, es el de teléfonos públicos, el cual pasó de 12.739 aparatos en 2000, a 17.652 en 2001, y a 24.000 en 2.002.
ENERGÍA
En materia de producción de electricidad también se establecieron metas dentro del plan de contingencia y hay resultados concretos, mientras que otros están en proceso de cumplimiento.
Gravin Mayorga Jiménez, director de la Unidad de Gestión de Proyectos del sector electricidad, informó que cuando dio inicio el citado plan había un rezago en las tarifas del 25% que ha disminuido, aunque todavía queda uno pequeño.
En ese entonces se fijaron algunas metas en áreas como la financiera, ambiental y social, tecnológica y de gestión administrativa.
Una de las más importantes era la relativa a la desaplicación de la metodología del Fondo Monetario Internacional para hacer el balance de las finanzas institucionales, el cual incluye como déficit los gastos de inversión. La acogida a esta inquietud se mantiene pendiente, dijo Mayorga.
Dentro de los programas de expansión y atención de la demanda de energía, ya recibieron las respectivas autorizaciones para financiar la construcción del proyecto hidroeléctrico Cariblanco, y sacar a licitación y construcción una planta térmica en el cantón de Garabito, al igual que un préstamo por $50 millones, para financiar la contrapartida del proyecto hidroeléctrico Pirrís, en la zona de Los Santos.
Pese a las quejas que puedan existir en torno a los servicios de energía y telecomunicaciones del ICE, resulta evidente que entre una política de contingencia y una de continencia presupuestaria, hay una apreciable diferencia.