Una caída del 4.5% en el Índice de Confianza de los Consumidores (ICC), con respecto al período pasado, marca un nuevo mínimo en el grado de optimismo de los compradores costarricenses en los dos años de la administración de Laura Chinchilla.
Este desplome —de 44.3% en febrero del 2012 a 39.8% en mayo pasado— significa una importante pérdida de confianza en la economía nacional (ver gráfico).
Los datos los arrojó la Encuesta de los Consumidores correspondiente a mayo del 2012, cuyos resultados fueron presentados el miércoles 30 de mayo en la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica.
El estudio abarcó a 707 hogares, mediante una consulta telefónica al principal sostén económico del hogar. A esta persona se le realizaron cinco preguntas sobre sus condiciones económicas actuales y sus expectativas financieras a futuro, para determinar su ICC y promediarlo con el del resto de personas encuestadas.
Según Johnny Madrigal, investigador principal del estudio, esta caída de 4.5% en el ICC es parte de la tendencia a la baja del optimismo del consumidor promedio, para realizar gastos y contraer deudas. De acuerdo con la clasificación de consumidores hecha en el estudio, la proporción de compradores pesimistas (28.9%) es más del doble que el de optimistas (14%). El 57.1% restante es considerado ambivalente.
La encuesta también indica que la confianza solamente se mantuvo entre aquellas personas que dicen poder ahorrar con el ingreso familiar que reciben actualmente. Por el contrario, la confianza decayó entre quienes presentan dificultades para ahorrar, y entre todos los grupos de edad y nivel educativo en un rango similar al de la población en general.
La cantidad de encuestados que dijo encontrarse en una peor situación económica que hace un año subió 12 puntos porcentuales, de 31.7% a 41.7%. A futuro, un 35% de los encuestados cree que su familia estará en una situación peor económicamente que en la actualidad.
Esa desconfianza también afecta la valoración del momento de compra. Un 43% de quienes participaron en el estudio, cree estar en un mal momento para comprar artículos grandes para el hogar, frente a un 19.7% que lo considera un momento propicio para realizar el gasto.
Similar opinión se desprende del estudio con respecto a la compra de bienes duraderos, como casa y carro. Alrededor del 60% de los encuestados piensa que es un mal momento económicamente para comprar cualquiera de estos dos artículos.
PERCEPCIÓN CONTRA REALIDAD
Los datos, no obstante, parecen no concordar con la situación económica real del país. Esto, tras tomar en cuenta que Costa Rica tiene la inflación más baja de Centroamérica, una estabilidad en el tipo de cambio y en los índices de pobreza extrema y total, junto con el anuncio de un fuerte crecimiento de las exportaciones por parte de la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER).
Madrigal señaló que este divorcio entre la confianza de los consumidores y la realidad económica del país puede deberse a la influencia de otros factores, políticos y sociales. Entre ellos mencionó los recientes escándalos por evasión tributaria por parte de funcionarios del Gobierno, el pago de dádivas en la construcción de la trocha fronteriza entre Nicaragua y Costa Rica, y la problemática institucional del país.
Si a esto se le añade el aumento en el precio de alimentos, combustibles y tasas de interés, y el anuncio del recorte de presupuestos en salud, educación y seguridad ciudadana, el pesimismo de los compradores es inminente.
Tres cuartas partes de los encuestados calificaron como pobre el desempeño del Gobierno, en materia de política económica. Y más de la mitad proyecta un aumento en la pobreza y el desempleo para los próximos 12 meses.
Johnny Madrigal:
Situación fiscal “no es sostenible en el tiempo”
Para el investigador principal del estudio, Johnny Madrigal, la disminución de 4.5 puntos en la confianza de los consumidores puede considerarse drástica, por ser mayor al error de muestreo de 1.8 puntos.
“La situación de estos indicadores no son sostenibles en el tiempo”, advirtió Madrigal, al referirse a la condición hacendaria del país. “La situación fiscal del país tiene que arreglarse. No podemos seguir como estamos”, agregó.
La mala calificación que dieron los encuestados a la política económica del Gobierno solo es superada por la de la administración de Abel Pacheco, que en febrero del 2006 fue considerada como pobre por el 77% de quienes participaron en el estudio.
Asimismo, las empresas reflejan esta desconfianza en la situación económica a futuro. Madrigal afirmó que en general el sector privado no utiliza el crédito como medio de expansión, sino el ingreso propio. Por ello, el crecimiento en las tasas de interés, que la economía costarricense experimenta desde principios del 2012, podría disminuir aún más la intención de las empresas en contraer deudas para desarrollarse.
Entre las personas entrevistadas, un tercio opinó que la situación económica de los negocios del país mejorará e igual cantidad estimó que empeorará. Más de la mitad prevé que el país vivirá períodos de crisis durante los próximos 5 años.