En el Instituto de Investigaciones en Educación se preocupan por generar propuestas educativas que mejoren la calidad de vida en el país.
El proyecto de integración de las de las artes plásticas a la metodología escolar intenta dar mas herramientas para cautivar en los estudiantes su interés por las matemáticas.
Para quienes laboran en el Instituto de Investigaciones en Educación (INIE) de la Universidad de Costa Rica, mejorar los procesos de aprendizaje en el aula es la meta a perseguir.
Los sistemas educativos costarricenses, en todos los niveles, han sido muy cuestionados especialmente porque son programas con un retraso considerable en cuanto a usos de tecnologías y aplicación del contexto actual del país.
Aún así, nuestro país tiene uno de los sistemas educativos más sólidos de América Latina, pero que lentamente va retrocediendo en cuanto a calidad y cobertura.
Otra de las quejas que se le hace al sistema es que se vuelve tan obsoleto y poco práctico que los estudiantes desertan muchas veces sin terminar la primaria. El porcentaje de personas que llega a terminar su ciclo educativo con un título universitario es menos del 10 % del que entró a la escuela y generalmente quienes concluyen son los que tienen cierto poder adquisitivo, familias en las que los niños pueden dedicarse por completo al estudio y a las distracciones de su edad, o bien los jóvenes pueden pagarse los materiales necesarios para concluir con éxito la secundaria.
Ana Lupita Chávez, directora del INIE, explicó que realizan investigaciones en el aula para encontrar las soluciones a los problemas ya identificados.
“Estamos preocupados por construir, con los educadores, propuestas transformadoras para mejorar las metodologías y enseñanza en el aula”, dijo la directora.
EL APRENDIZAJE DEL FUTURO
Los expertos del INIE trabajan en conjunto con los educadores, valorando los procesos de aprendizaje y enseñanza en las aulas para desarrollar nuevas metodologías más modernas y prácticas que incentiven no solo a aprender la materia, sino a buscar el mejoramiento continuo de los estudiantes ya sea en la educación formal o informal.
De esta manera buscan generar juegos o actividades según la zona o el nivel educativo. En las palabras de Chávez: “metodologías activas que contribuyen a mover estructuras mentales en los estudiantes y construir conocimiento”.
Chávez agregó que se pretende lograr en los educandos una educación que lleve a pensar y reflexionar, creando capacidad de análisis y síntesis más que el uso simple de la memoria.
Con este fin el instituto desarrolla varios programas enfocados a distintos tipos y niveles de educación, por ejemplo el programa de educación y cultura que trabaja en la educación no formal. También se crearon los de mejoramiento de los procesos de enseñanza-aprendizaje, el de tecnologías de información y comunicación en procesos de enseñanza, educación y género, gestión y cambio en la educación superior y el de educación continua y servicios especiales.
PROYECTOS IMPACTANTES
Chávez citó a UNIVERSIDAD algunos de los muchos proyectos que han tomado especial importancia al desarrollar metodologías aplicadas y comprobadas que ahora se divulgan entre los educadores.
Un ejemplo es el proyecto de integración de las artes plásticas y la música a la metodología escolar que intenta dar más herramientas para cautivar a los estudiantes. Esta investigación dirigida por Carmen Cubero detecta cuáles estudiantes tienen déficit atencional y genera actividades que podrían ayudarles en el problema, prácticas que emergen de la realidad del aula.
Otro proyecto, de Sonia Rodríguez, ha logrado porcentajes de aprobación mayores al 50 % en las materias de cálculo de la UCR que normalmente no supera el 20 % en cada curso. Estos resultados se obtuvieron gracias a la aplicación de técnicas que relacionan los ejercicios matemáticos con la situaciones de la vida real. El proyecto recibió el apoyo de la Fundación CR-USA.
Teresita Cordero es la encargada de un proyecto de educación no formal para las madres maestras, en las que se les enseña la importancia de que no se descuide ningún aspecto durante los primeros seis años de vida de los niños.
De esta manera, indicó Chávez, los investigadores aprenden junto a los maestros y alumnos a construir modelos de aprendizaje aprovechables que pueden difundirse por medio de los educadores por el país.