¿Privatización de los edificios universitarios?

¿A quién pertenecen los edificios de la Universidad de Costa Rica? ¿La sede Central, la sede de Limón, la sede de  Occidente, y todas

¿A quién pertenecen los edificios de la Universidad de Costa Rica? ¿La sede Central, la sede de Limón, la sede de  Occidente, y todas las demás? Estoy segura que a esta pregunta algunos lectores ya habrán respondido de manera diferente. Pero lo cierto es que tanto estudiantes como profesores y administrativos, pasamos un tiempo corto por una casa de estudios que no nos pertenece, que ocupamos y habitamos esperando dejar un granito de arena en cualquiera de nuestras disciplinas o carreras. Los edificios cuentan a su manera la historia de la Universidad y trabajamos en estos edificios con  el deseo de honrar la Alma Máter.

Honrar la  Alma Máter significa una comunidad universitaria que vive comprometida con los principios de esa Institución y uno de esos principios es el sentido de unidad de la Universidad, del que tanto habló Rodrigo Facio, Carlos Monge, Claudio Gutiérrez y tantos honorables rectores de la Universidad de Costa Rica.

 

No obstante, los famosos megaproyectos que las autoridades universitarias han anunciado, parecen proponer dentro de su diseño arquitectónico varias ciudades dentro de la Universidad, al estilo de la ciudad de la investigación y también mayor independencia para las escuelas. Las ingenierías, las ciencias sociales para citar algunas,  tendrán nuevos edificios diseñados para su desempeño particular. Sin embargo, yo espero que esto no signifique consolidar un sentimiento de propiedad privada que fragmente y desgaste el espíritu universitario como un todo.

Como docente de la UCR he sido testigo de la negativa en muchos edificios de la Universidad, a prestar sus equipos o auditorios a los estudiantes de Estudios Generales  porque no pertenecen a esa Facultad o Escuela y cuando se les recuerda que en la universidad teóricamente todo equipo y edificio puede ser utilizado por todos,  porque eso muchachos pertenecen a múltiples carreras y merecen ese derecho solo por ser universitarios, dicen que temen que les dañen los equipos que además fueron comprados con dinero de ventas de servicio. Es claro aquí el sentimiento que los caracteriza. Muchos edificios de nuestra Universidad  se manejan ya como propiedad privada.

¿Como será esto, entonces, cuando las facultades y escuelas  existan como ciudades más independientes? ¿Podrán estudiantes o profesores de otras disciplinas hacer uso todavía de las aulas y los equipos de esas facultades?

Como todos sabemos, se supone que el uso de las instalaciones físicas y de los recursos universitarios responde a un principio solidario que tiene como finalidad un uso racional y democrático que  pueda brindar las mismas oportunidades a todos. Por eso, muchos exámenes y clases de cualquier disciplina se programan en otras escuelas, con el fin de que se haga un uso racional de las instalaciones físicas de la Universidad, pues una subutilización nos costaría muchísimo dinero.

Ojalá que la construcción de esos megaproyectos NO atente contra el principio de unidad que rige el espíritu universitario y ojalá que no signifique un aumento irracional del gasto universitario, pues supongo que nuestros profesionales, estudiantes y administrativos NO quieren edificios de propiedad privada. ¿O sí?

Si las instalaciones físicas de la Universidad llegan a usarse como propiedad exclusiva de las diferentes facultades y escuelas, es decir, como su propiedad privada,  entonces ya no estaríamos hablando de un modelo de universidad democrático,  solidario y humanista.

Yo no sé si al Banco Mundial le gustaría que así fuera la nueva Universidad de Costa Rica pero, definitivamente, las autoridades universitarias involucradas directamente con este asunto, especialmente Rectora, CU y Vicerrector de Administración no han dicho nada sobre cómo esos megaproyectos reflejan el espíritu unitario, solidario y democrático que se supone nos caracteriza. (En  otro artículo observé el olvido de las bibliotecas centrales de la UCR en esos megaproyectos).

En muchas universidades estadounidenses y europeas existe una centralización de los recursos tecnológicos y didácticos en casa Sede, y sirven a cada profesor y estudiante que lo solicita, indistintamente de su especialidad. Tal parece que esas universidades tienen un sentido más claro de lo que es el espíritu universitario de la unidad.

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