El «Machaco» es saprissista

Miguel Agüero, editor de La Machaca, seguidor acérrimo del Deportivo Saprissa, no permite que su pasión morada  trascienda a su creación.Pero había algo mucho

Miguel Agüero, editor de La Machaca, seguidor acérrimo del Deportivo Saprissa, no permite que su pasión morada  trascienda a su creación.

«Nací en avenida 10, calle 16 de la capital, pero me crié en Barrio México; mi mamá nos mandaba a misa a la iglesia del lugar, pero la barrilla de amigos nos íbamos para la Catedral. Tres fueron las razones:  la Banda de San José tocaba a la salida en el kiosco del Parque Central; no había sermón y la misa solo duraba 15 minutos.

Pero había algo mucho mejor; antes del mediodía y en la Plaza de La Artillería, al frente de lo que hoy es el edificio del Banco Central, jugaban los infantiles del Deportivo Saprissa y centenares de espectadores rodeaban la pequeña cancha de zacate para admirar el juego preciosista de aquellos mocosos. Ahí me hice saprissista y hasta la fecha».

Así lo relató Miguel Angel Agüero Alfaro, el «Machaco», como le dicen con todo cariño sus compañeros de trabajo de La República, periódico en el que se metió  «La Machaca» en enero de 1989, insecto que tiene dientes, muerde y come guapinol y que antes de esta transformación fue «Purruja», igual de molesta y punzante.

«La Machaca» muerde a aquellos que no cumplen con las expectativas de la gente; unos porque usan las formas de poder para favorecer a grupos; otros, por aprovechar los beneficios que da un país para hacer más grandes sus capitales y unos terceros que han puesto el interés personal por delante del público.

«Lamentablemente Costa Rica sufrió una transformación y la solidaridad que nos hizo grandes en las primeras tres cuartas partes del siglo XX, se fue perdiendo para darle campo al egoísmo, como ocurre con los niños de hoy, cuando se dejan absorber por una pantalla de televisión o de computadora, que los aísla del entorno y los convierte en números», puntualizó Agüero.

Pero, muchos años antes de que el genio de este hombre creara las dos páginas de crítica política humorística más leídas por la población costarricense, primero «La Purruja» y ahora «La Machaca», su pasión por el Deportivo Saprissa lo atrajo de niño, adolescente, joven y hombre maduro y se involucró con el club de sus amores, extasiado por la forma tan bella en que aquel Saprissa jugaba al fútbol.

PRINCIPIO Y FIN

«Miles de costarricenses nos hicimos seguidores del Saprissa; varios de aquellos chiquillos que nos deleitaron en La Artillería jugando al fútbol, ascendieron con el Saprissa a la primera división en 1949, cuando yo tenía 15 años y se convirtieron en un club modelo, sensacional, que fue atrapando títulos bajo la conducción de Ricardo Saprissa y llevando a sus filas como seguidores, fanáticos, socios y aficionados a la mitad de la población. Saprissa fue un fenómeno nacional, un equipo insignia, que jugaba muy lindo al fútbol y a mí me marcó para toda la vida.

Para mí es alfa y omega; principio y fin. El fútbol es Saprissa y no me interesa un partido o un resultado o un seguimiento de ninguno más, casi que tampoco la Selección Nacional y por supuesto, con toda la carga anímica que eso significa.

Sufrí mucho en los últimos cuatro años, cuando el club vivió ese derrumbe económico. Ahora que se formó la sociedad anónima, junto a mi hijo, Miguel Agüero Morales, adquirimos una pequeña cuota de acciones como una demostración de que se debe pasar de las palabras a los hechos en cuanto al afán de salvar al club de la mala situación.

Cuando llegó la oferta de Jorge Vergara para adquirir las acciones y tomar el control, como saprissista lo aprobé. Fue una buena decisión porque como estaba el Saprissa en aquel momento era cuestión de días para cerrarlo. Ahora seguirá existiendo sin tener que preocuparse por las deudas.

Alguna gente trata de disminuir al Saprissa diciendo que es de un extranjero, pero la verdad es que el estadio del Saprissa sigue en Tibás, el club está afincado en Costa Rica, todos los jugadores y técnicos con costarricenses y centenares de niños de sus ligas menores también.

Hoy el saprissismo está feliz; hace pocos meses todo era dolor; hoy, «La Machaca» está feliz y el «Machaco» también, esto porque la página es totalmente solidaria con su editor», agregó.

MACHACA IMPARCIAL

El autor de la página humorística de La República, dice que «La Machaca» no se puede hacer saprissista porque es un ente frío que no tiene color político, ni deportivo.

Pero, como quien la edita sí es morado, «La Machaca» es más crítica de lo que hace o deja de hacer el Saprissa que de otros clubes.

Agüero dice que el Saprissa es como un hijo suyo y cuando lo «castiga» o «le pega», en las páginas de «La Machaca», todos sufren.

«Escribo algo para que se corrijan, les señalo defectos como a un hijo que amo, pero el dolor del castigo se devuelve y se sufre en carne propia.

Entonces, si estoy nervioso, preocupado, inquieto por algo que le sucede al Saprissa, mi estado de ánimo se refleja en «La Machaca», de ahí que mientras el Saprissa ganó y convenció en el Torneo Apertura, el «Machaco» estuvo tranquilo y «La Machaca» fue bien divertida. No siempre es así», expresa su autor, quien cuando ocasionalmente está sentado en una platea del estadio Ricardo Saprissa y observa el entorno, recuerda su paso de dos años en la Comisión Pro-Estadio, al lado de dirigentes como Enrique Weisleder, Eladio Gómez, Eduardo Ramírez, Carlos Luis Trabado, Fernando Castro, Fernando Rojas y tantos más que trabajaron fuerte en la campaña del «metro cuadrado», del ladrillo, de los palcos, de la iluminación y es ahí cuando Miguel Agüero dice con orgullo…»hombre, algo hice por el Saprissa, valió la pena».

«El Machaco» dijo a UNIVERSIDAD que ahora no va mucho al Ricardo Saprissa porque, «estoy viejo, me falla la vista y no distingo bien a los jugadores; me preocupa tanta violencia en los estadios; la verdad el fútbol es un juego, un deporte y no se le debe otorgar tanta trascendencia. Quizá por eso «La Machaca» muerde más en aspectos de la vida nacional que son más preocupantes, relevantes y que sí afectan por ser corruptos, la institucionalidad de la nación», agregó este hombre genial, humilde, de chispa excepcional, quien lleva el pulso de la nación y que, aunque pica y muerde, es asesor y confidente de los hombres y mujeres más influyentes de este país.

«El Machaco» es saprissista. «La Machaca» no. ¿Cómo la ve?


El Machaco

Miguel Angel Agüero Alfajor. Nació en San José el 4 de diciembre de 1934.

Casado, cinco hijos, 14 nietos.

Come chicharrones. Ve mucha televisión. Disfruta de «Noches de fiesta»

Su libro y película preferida: «Lo que el viento se llevó». Trabajó en Diario de Costa Rica, La Hora, Excélsior, Prensa Libre y La República.

Su ciudad preferida es París.

Betis de Sevilla y Juventus sus clubes en España e Italia. Rácing en Argentina.

En béisbol de Grandes Ligas: Yanquis y Mets.

En fútbol americano: Bucaneros de Tampa Bay.

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