¿Remilitarización del Estado hondureño y profundización del modelo neoliberal?

El rápido crecimiento de la deuda pública, un gasto militar que prácticamente se ha duplicado desde el 2008, y una serie de medidas de

El rápido crecimiento de la deuda pública, un gasto militar que prácticamente se ha duplicado desde el 2008, y una serie de medidas de liberalización de la economía son el marco en el que el Gobierno de Porfirio Lobo negoció el retorno del derrocado presidente Manuel Zelaya a Honduras y la readmisión del país en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), el pasado 1 de junio.

La deuda interna pasó de 12,6 mil millones de lempiras en el 2008 (unos 680 millones de dólares) a 37,2 mil millones el año pasado, según cifras del Centro de Estudios para la Democracia (CESPAD).

“Se ha tenido que dar hasta 10 millones de lempiras unos ($550 mil) a los diputados para que apoyaran el golpe. ¿Y quien dio la plata?”, se preguntan los analistas.

Del mismo modo, el gasto miliar, que en el 2008 representaba 3,8% del Producto Interno Bruto (PIB), alcanzará este año un 7%, de acuerdo con los datos del presupuesto nacional.

 

Quizás lo más revelador de las intenciones del Gobierno sean las reformas legales adoptadas.

El Gobierno definió su estrategia de desarrollo en un documento llamado “Visión de país, plan de Nación”, donde plantea 4 líneas de trabajo: la maquila, gran turismo (proyecto bahía de Tela), la agroexportación (palma y agrocombustible), y la energía y las telecomunicaciones. “Este Gobierno aprovechó la crisis para impulsar medidas neoliberales y favorecer a los grupos económicos”.

El Congreso aprobó casi 50 concesiones de ríos para cambiar la matriz hidroeléctrica del país, y para facilitar el trabajo de las maquiladoras, aprobaron una ley de trabajo por hora que echó abajo lo que quedaba del Código Laboral, dijo a UNIVERSIDAD el sociólogo del CESPAD, Eugenio Sosa.

“Lo que la gente se está preguntando es hacia dónde va todo esto, y no tanto qué fue lo que pasó”, explicó.

CRISIS ECONÓMICA

Con dificultades económicas mayores que las esperadas, el Gobierno de Lobo enfrentaba dificultades para pagar sus cuentas a fin de mes. La economía hondureña creció solo 2,6% el año pasado, cuando las previsiones eran del 3,2%, después de un crecimiento negativo de 1,9% en el 2009, lo cual agravó las ya pobres condiciones de vida de la población.

“La situación del país es extremadamente delicada. Las inversiones bajaron, la cooperación internacional se detuvo, creció el desempleo de una manera terrible y la inflación aumentó tremendamente. Todo el contexto económico es crítico”, dijo el periodista y profesor universitario Juan Ramón Durán a este Semanario.

“Hay un sector de la derecha que se convenció que tiene que hacer acuerdos de convivencia con la Resistencia y, por eso, los acuerdos de Cartagena (que permitieron el regreso de Zelaya), para oxigenar al gobierno, abrirle las puertas de algunos recursos económicos y lograr niveles básicos de gobernabilidad”, explicó, por su parte, Allan Fajardo, exministro del gabinete de Zelaya y hombre muy cercano al expresidente.

“Para ese sector de la derecha, que es hegemónico pero no único, en el Gobierno y en el legislativo, el acuerdo es una necesidad. No lo hacen porque les gusta. Hay rumores de que hay instituciones que no tienen ni para pagar los salarios completos hasta el 31 de diciembre”, enfatizó Fajardo.

Para Durán, “la recesión se siente en el retiro de los muchachos de los colegios, de las universidades; y aumentó el flujo de ‘mojados’ hacia Estados Unidos. Lobo fue a buscar apoyo en oriente, un viaje a Corea y Singapur. Los chinos están construyendo la represa Patuca III, con lo que Honduras aspira convertirse en exportadora de energía a Centroamérica, y se está impulsado también un esquema económico que se llama las ciudades industriales con autonomía, una especie de zonas francas”, dijo Durán.

“Con esas inversiones –agregó–, con la reincorporación de Honduras a la OEA  y los nuevos créditos, puede ser que la situación mejore”.

PANORAMA POLÍTICO

El acuerdo de Cartagena, negociado por los Gobiernos de Colombia y Venezuela en mayo pasado, con el apoyo de Lobo y de Zelaya, fue lo que permitió el retorno del exmandatario y la readmisión de Honduras en la OEA. En cambio, se crean las condiciones para que el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) participe en las elecciones del 2013.

Eso cambia el escenario político del país, según todos los analistas.

Zelaya se reunió el pasado fin de semana (11 y 12 de junio) con la Coordinación del FNRP. “Hay una gran discusión sobre el futuro político de la organización. Este es un organismo integrado, básicamente, por antiguos miembros del Partido Liberal (PL), al que sigue perteneciendo también Zelaya”.

“Hay grupos minoritarios que quieren que Zelaya se salga del PL y se funde un nuevo partido, el Partido de la Resistencia”, explicó Durán.

Se discute, también, el apoyo a la convocatoria de una constituyente, uno de los temas que dio pretexto al golpe contra Zelaya. “Lobo está dispuesto a convocarla, porque a él le conviene. Aquí el que gana todo es Lobo y los que pierden son los liberales”, estimó Durán. La convocatoria podría permitir que Lobo permanezca otros 2 años en su cargo y, además, presentarse a la reelección, lo que hoy no está permitido.

En todo caso, el expresidente anunció el lanzamiento de un frente amplio para concurrir a las elecciones del 2013, cuya conformación será anunciada en el segundo aniversario del golpe de Estado, el 28 de junio próximo.

EL “FACTOR ZELAYA”

En ese contexto, el “factor Zelaya” –como lo llaman algunos, en Honduras– es un nuevo elemento de la coyuntura política.

La manifestación con que lo recibieron de regreso “no se había visto en Honduras jamás”, enfatiza. “Eran, por lo menos, unas 300 mil personas. Nadie había logrado reunir esa cantidad de gente en Honduras. Las grandes manifestaciones habían reunidos antes a unas 50 mil  personas. Visto por la gente como una víctima, eso ha ayudado a Zelaya a transformarse en un gran líder”, dijo Durán.

“El actor más confundido en este momento es el Partido Liberal”, estimó, por su parte, Eugenio Sosa. “Es un partido más plural que el Nacional (más conservador y actualmente en el poder), y vive siempre una fuerte lucha interna”.

En el PL hay hoy 3 posiciones, explica: un sector más conservador, que dio el golpe contra Zelaya, lo quisiera expulsar del partido. Luego está un sector “un poco ambivalente”, que no apoyó el golpe, que dice estar con Zelaya, siempre que este permanezca dentro del partido. “No lo vamos a seguir si se va del partido”, afirman. Entre estos, Sosa cita, por ejemplo, a Jaime Rosenthal Oliva, ministro del expresidente José Azcona y destacado miembro del sector empresarial de San Pedro Sula.

Finalmente, “está el sector más de base, que le dice a Zelaya que no debe retornar a ese partido que lo traicionó, que quiere otro proyecto político. Es un sector importante de base social”, asegura Sosa.

“El Frente tenía dudas de si el expresidente los iba a dejar solos para volver al PL. Pero Zelaya les ha dado una respuesta que les parece satisfactoria”, estimó Sosa.

“Zelaya vino y dijo: aquí hay varias fuerzas políticas y sociales en resistencia, antioligárquicas, y yo les voy a tender la mano y apoyarlos a todos. Solo será posible ganar en el 2013 si nos juntamos”.

Para Zelaya “no toda la resistencia está en el FNRP; hay sectores liberales que quieren seguir siendo liberales, y otros, miembros de partidos más pequeños. Incluso hay nacionalistas en resistencia”, asegura Sosa. “Una encuesta que hicimos revela que 21% de los que andan protestando en las calles son de filiación nacionalista”, afirmó.

Zelaya plantea entonces “que hay que ir en una alianza tipo Frente Amplio (FA) de Uruguay. Pero desconoce que el FA uruguayo nació de una izquierda partidaria bien organizada y no de un ‘molote’ como aquí”.

Lo cierto es que Mel (como le dicen sus partidarios a Zelaya) “está contra el tiempo. Pero el hombre no va a entregar el partido liberal a sus adversarios”, señala Durán.

“Hay mucha confusión y el problema es que tienen un proceso electoral a la vuelta de la esquina. En noviembre del 2012 el partido tiene que elegir a un candidato y el proceso ya comenzó. Las elecciones son en noviembre del 2013 y Zelaya no puede ser candidato, porque la reelección sigue prohibida. Se dice que su esposa, Xiomara Castro, podría ser la candidata”.

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