En medio de la más grave crisis económica vivida por la humanidad en el último medio siglo, el Foro Social Mundial (FSM) vuelve a reunir en Brasil a más de cien mil personas, en representación de las más diversas organizaciones sociales del mundo, para relanzar la idea que le dio origen hace ocho años: la de que “otro mundo es posible”.

El Foro celebró su novena reunión la semana pasada, en la ciudad de Belém, en Brasil, en la desembocadura del río Amazonas, lo que le dio un importante tono ambiental al encuentro.

Al mismo tiempo se reunían en la ciudad suiza de Davos los representantes de las grandes empresas multinacionales, de los organismos financieros internacionales y dirigentes de diversos países, para analizar la crisis y las alternativas para enfrentarla.

DAVOS y FSM

Como hace ocho años, Davos y el FSM representan las dos visiones de un mundo que, en una década, han visto desmoronarse un modelo económico que representaba, desde fines del siglo pasado, la prosperidad triunfante sobre los restos del socialismo del este europeo.

Bastó tan solo una década del nuevo siglo para que ese modelo neoliberal tocara fondo y reinara la más completa incertidumbre en las principales capitales del mundo desarrollado, donde se anuncia, todos los días, una devastadora crisis que ha dejado ya a millones de personas desempleadas y que anuncia que miles más perderán sus trabajos.

Pero esa es apenas una de las caras de la situación económica actual. La otra es la de una pobreza extendida. Uno de cada seis seres humanos padece hambre, advirtió también la semana pasada el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf, en una reunión sobre el tema celebrada en Madrid.

El hambre es una pandemia en expansión en este primer tramo del siglo XXI, advirtió Diouf. Según datos oficiales de la ONU, la cifra de personas que pasan hambre se acerca a los mil millones. Casi 16 mil niños mueren de hambre todos los días, recordaron los manifestantes reunidos frente a la sede de la reunión en la capital española.

ALTERNATIVAS

«El vacío político creado en esta múltiple crisis por la que pasamos –climática, ambiental, alimentaria, energética, económica–, y la incertidumbre respecto al futuro, nos da la razón en nuestros reclamos y abre un espacio importante para que seamos más osados», dijo a la prensa Candido Grzybowski, uno de los principales organizadores del Foro.

«Estamos en un momento de reaglutinación de fuerzas para dar un salto adelante. Creo que puede haber un resurgimiento fuerte de nuestras iniciativas», agregó.
Hoy, nadie duda de que la idea de construir una alternativa al modelo neoliberal no solo fue oportuna, sino que es una condición indispensable para hacer frente a la crisis actual.

Eso es lo que piensa, por ejemplo, Esther Vivas, investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona y una de las voces veteranas del Foro: «Es curioso como propuestas históricas nuestras, como eliminar los paraísos fiscales, ahora están en boca de los neoliberales».

Al llegar a la novena reunión, el FSM parece revitalizado y dispuesto a renovar las propuestas contra la globalización neoliberal surgidas desde sus inicios, entre ellas la de ejercer mayor control social sobre los bancos y los recursos financieros.

“Es la hora de profundizar en las alternativas y radicalizar su contenido, y de elevar el listón de la crítica planteando una agenda de ruptura con el paradigma neoliberal desde una lógica anticapitalista”, señalaron los comentaristas.

“Por eso, serán temas centrales del Foro de Belém una nueva arquitectura financiera internacional; la definición de plataformas posneoliberales; la construcción de procesos de paz justos en los epicentros de las “guerras infinitas” –Irak, Afganistán, Palestina, Colombia–; el avance en la organización de una prensa pública alternativa y los caminos de tránsito hacia un mundo multipolar”, dijo el economista brasileño Emir Sader.
“Es la ocasión del foro para reciclarse y estar a la altura del mayor desafío al que se coloca a la izquierda en el comienzo del nuevo siglo. América Latina ha avanzado significativamente en esa dirección. Resta al FSM aceptar el desafío y reinsertarse claramente en la construcción de ‘otro mundo posible’, que ya comenzó en esta parte del mundo, justamente donde el FSM escogió para darse su sede privilegiada.

MUNDO POLÍTICO

El Foro se ha movilizado también hacia el mundo de la política. Esta es la primera reunión que celebran sin la presencia de George Bush en la presidencia de Estados Unidos.

Y si en su primera edición rechazaron la presencia de cualquier líder político, incluyendo la de Fidel Castro, en esta reunión se esperaba contar con la presencia de cinco mandatarios de la región: Lula da Silva (Brasil), Hugo Chávez (Venezuela), Fernando Lugo (Paraguay), Rafael Correa (Ecuador) y Evo Morales (Bolivia)
Pese a todo, ninguna de esas participaciones ocurre sin polémica. En medio de un conflicto con sectores indígenas, el presidente de Ecuador enfrenta la protesta de la Confederación Nacional de Nacionalidades Indígenas (Conaie), que se ha opuesto a algunas medidas del mandatario, sobre todo en materia de concesiones mineras.

Del mismo modo, el presidente del país anfitrión, Lula, enfrenta críticas a su Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), al que defensores del ambiente, entre ellos el teólogo Leonardo Boff, acusan de fomentar el uso de grandes extensiones de tierra en cultivos destinados a la exportación, como la soya.

Los ambientalistas temen la expansión de los cultivos de soya, que ya invadieron áreas de la selva amazónica, y rechazan la creciente presencia de ganaderos en una región que alberga la mayor reserva de bosques tropicales del mundo.

La otra cara de esta realidad es la presencia de dos presidentes latinoamericanos más conservadores –Álvaro Uribe y Felipe Calderón, de Colombia y México– en la cita de Davos. A esta acuden algunos otros representantes de gobiernos de la región, entre ellos el Ministro de Comercio Exterior de Costa Rica, Marco Vinicio Ruiz.

PRENSA

El tema de la necesidad de una prensa que responda a las necesidades de las mayorías ha estado también en el centro del debate de este encuentro. “Es tiempo de los medios independientes”, afirman los participantes.

«En Brasil, los medios comerciales son apenas seis redes que controlan más de 90 por ciento del mercado. Los que producen su propia información encuentran dificultades para presentar sus puntos de vista a la población. Los 180 millones de habitantes de Brasil necesitan un ambiente más democrático», dijo el brasileño Jonás Valente.

Los participantes destacaron que el movimiento de medios libres tiene que enfrentarse a las grandes corporaciones, y necesitará profesionales de buena calidad de políticas públicas que permitan florecer a la prensa alternativa e independiente.

El tema también está presente en Davos, donde uno de los copresidentes del Foro es el conservador magnate de los medios de comunicación, Rupert Murdoch.