No participar en actividades sionistas (movimiento internacional de judíos para recobrar Palestina), hacer más discusión, apoyar el boicot comercial y la exigencia de interlocutores para iniciar un diálogo, son acciones que especialistas de la Universidad de Costa Rica (UCR) plantearon para frenar el conflicto en Gaza.
Los profesores Kifah Sasa, Úrsula Hauser y Mauricio Frajman concuerdan en que la información y discusión sobre la situación en Palestina permitirían levantar voces internacionales que ayuden a llegar a un acuerdo. Así lo dijeron en una mesa redonda organizada por el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), el pasado 22 de enero.
Kifah Sasa, sociólogo e hijo de un palestino residente en el país, Úrsula Hauser, psicoanalista que ha trabajado en la región de Gaza y Mauricio Frajman, judío no ortodoxo y profesor de la Escuela de Medicina de la UCR, participaron en un foro sobre “Gaza: urgencia del diálogo”. Coincidieron en que si bien el conflicto entre Israel y Palestina tiene más de 60 años y no se espera un diálogo inmediato, “es necesario empezarlo desde donde estemos“.
LIMPIEZA ETNICA
Sasa comentó que los diálogos para recuperar la paz en la Franja de Gaza pueden repartirse en aportes de la comunidad internacional, de ciudadanos israelíes y de ciudadanos palestinos.
“La resistencia armada de un pueblo oprimido siempre será válida”, recordó Sasa. Una opción de lucha es el boicot comercial y diplomático a los productos de origen israelí. “Todos los códigos de barras de productos que empiezan por 792 son de Israel. Hay que hacer una para no comprarlos. Así fue como en Sudáfrica se acabó el régimen del “apartheid“. No participemos en actividades sionistas ni tengamos amistades con ellos”, exhortó
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Al consultarle acerca de la posición de Estados Unidos con el gobierno del presidente Barack Obama, indicó que “no cambiará nada; debe seguir la presión por parte de la comunidad internacional porque existe un fuerte lobby sionista en EE.UU”.
En su criterio “hay que llamar las cosas como son: no es un conflicto bíblico o una guerra contra terroristas. Es una ocupación militar con objetivo de limpieza étnica en donde hay un proceso de resistencia”.
Agregó que esta “limpieza étnica” empezó en 1897 con un proyecto político nacionalista para poblar a Palestina con homogeneidad étnica judía, por lo que no hay que confundir al judaísmo con este movimiento, conocido como sionismo. En 1947 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recomendó una partición de Palestina y dio casi la mitad del territorio a Israel, que en menos de un año tomó hasta el 80%. Veinte años después, la ONU pidió a Israel a salir de este territorio, pero a la fecha no lo ha cumplido.
SUFRIMIENTO DE LA GENTE
Por su parte, Úrsula Hauser mencionó que “no se puede hablar de un diálogo, si en realidad lo que existe es un monólogo tras 60 años de no escuchar la voz de los palestinos”.
La psicoanalista trabaja desde el 2002 en un proyecto llamado “De la violencia a la esperanza” en dicha zona y resaltó que, a raíz de la guerra, “hay por lo menos cuatro generaciones en Palestina que han crecido con despojo, violencia y muerte en su memoria”.
Tras ver los cambios entre el pasado y lo ocurrido recientemente, Hauser dijo que “no debemos quedarnos callados. Si aceptamos la incomunicación en lugar del diálogo, todos somos cómplices. Un soldado israelí me dijo que también necesitaban ayuda, porque ellos mismos estaban enloqueciendo con este conflicto”.
“No hay que callarse, hay que multiplicar los conocimientos, discutir, poner presión”, afirmó. “Ahora hay masacre, una desolación terrible; ya no se ve la risa de la gente, como antes”.
ES UNA TRAGEDIA HUMANA
Mauricio Frajman expresó que “el peligro está en que se olvide la historia y lo que ésta representa para cada grupo. Es una tragedia humana y como guerra tenemos que ver que es un proceso político que hay que entender en su totalidad”.
Agregó que quienes han hecho negocios tras esta guerra, están lejos de ser afectados, y son otros quienes sufren y mueren. Coincidió con la opinión de Sasa, sobre la necesidad de un boicot comercial también para Estados Unidos. “El papá de los tomates no es Israel, sino Estados Unidos. Tampoco deberíamos comprar productos estadounidenses”.
En su opinión sí existen interlocutores válidos en este diálogo, y para eso hay que analizar los intereses políticos, económicos y sociales que son muy grandes, dentro y fuera de la región.
Al respecto, Sasa mencionó que en el caso de Costa Rica el canciller y el mismo Presidente de la República pueden ser interlocutores, a quienes deberíamos exigir que no se queden callados.