Felicito a la Universidad de Costa Rica y a los medios de comunicación universitarios por el valiente ejercicio de la libertad de cátedra, la libertad de enseñanza y la libertad de expresión que practican en el análisis crítico de los problemas nacionales.
Desapruebo el intento de interferencia y de censura del Partido Liberación Nacional contra la autonomía y las libertades universitarias.
Me parece inconcebible la aseveración de que la Universidad se presta «a fomentar la subversión y el caos». Se puede coincidir o discrepar con mesas redondas, programas de radio y televisión o publicaciones de prensa, pero de ninguna manera cabe presumir que hay un ánimo subversivo y mucho menos un designio de fomentar el caos.
Como graduado de la Universidad de Costa Rica, de cuyo Consejo Universitario fui miembro y como ex Presidente de la FEUCR, y actual profesor de la Maestría de Economía, le expreso mi solidaridad y mi apoyo ante la regresiva pretensión de acallar el disenso cuando se debate en procura de la verdad.
Si algún partido político interfiriera o censurara a la Universidad de Costa Rica se marchitarían los girasoles de su emblema y habría que cambiar el lema de «Lucem Aspicio» porque en vez de buscar la luz será necesario luchar contra el oscurantismo.
Tiempos amargos habrá para las libertades fundamentales, de imponerse aquellos que aspiran a volver para someter a la república a una política patrimonialista y retrógrada.
