Como muy bien lo indicó don Alberto Cañas, fue un grave error que nuestra mandataria Laura Chinchilla firmara la ley mordaza, sin previa consulta, que restringe la libertad de prensa que gozamos todos los costarricenses.
Para ello me voy a remontar a la época de don José María Castro Madriz, fundador de la república en 1848, cuando indicaba: “La libertad de prensa es un derecho consagrado por la ley, y como tal debe respetarlo, cualesquiera que fueran las consecuencias que de su ejercicio para mí resulten.
Quizás su acción en estos momentos no sea favorable para mi gobierno, desde luego contra él se esgrimen con no disimulada furia sus armas, pero esa libertad es una de las que más habrán de aprovecharle. Para eso somos, antes que mandatarios, educadores de un pueblo que entró ha poco en la pubertad… Creo que la expresión de la verdad, aún las más amarga, conviene al gobernante que como yo, tiene el valor de abdicar ante ellas sus errores y el sincero deseo de tomarla por base de sus actos…”, extracto tomado del libro de mi querido profesor de don Carlos Monge Alfaro, Historia de Costa Rica, que creo que tienen vigencia en estos momentos aciagos que estamos viviendo.
La Asamblea Legislativa debe rectificar en este aspecto, nunca es tarde, como dice el refrán popular: “La voz del pueblo es la voz de Dios”. Y ojalá que el asunto pasado a la Sala Cuarta sea votado por la modificación a los artículos que afectan a la libre expresión.
