Candidatos presidenciales, médicos y analistas consideran urgente definir costos de la CCSS, así como desterrar la corrupción.
El fortalecimiento del Ministerio de Salud como ente rector de la salubridad pública debe darse lo antes posible, coincidieron los participantes del foro.
Enfrentar la crónica enfermedad que padece la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) de no llevar los costos de su presupuesto, buscar la manera de extinguir los «biombos», invertir en infraestructura más que comprar servicios privados, son parte de algunas propuestas que hicieron especialistas en el foro «El futuro de la seguridad social en Costa Rica: solidaridad versus individualidad».
La actividad fue organizada por el Grupo Conciencia Ciudadana en el Auditorio de la Ciudad Científica de la Universidad de Costa Rica (UCR) el pasado 21 de julio.
Los invitados fueron Leonardo Garnier, exministro de Planificación Nacional, quien asistió en lugar del candidato liberacionista, Óscar Arias; Ottón Solís, candidato presidencial del Partido Acción Ciudadana (PAC); Guido Miranda, expresidente Ejecutivo de la CCSS; Rocío Sáenz, Ministra de Salud y Julieta Rodríguez, exgerente Médica de esta institución y miembra de Conciencia Ciudadana. Al encuentro no asistió el aspirante presidencial del Partido Unidad Socialcristiana, Ricardo Toledo.
Esta última introdujo la actividad con una extensa charla sobre el estado actual del sector sanitario y los problemas más importantes que existen en él, así como algunas soluciones.
Explicó que existen tres visiones de cómo debe conceptualizarse la salud pública y la atención médica: la visión mecánica, la económica y la holística.
«Indistintamente del camino que sigamos, la infiltración de políticos en un área como la salud y el planteamiento que se hace ahora del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos y Centroamérica va en contra del artículo 47 de la Constitución Política que habla de que «todo autor, inventor, productor o comerciante gozará temporalmente de la propiedad exclusiva de su obra, invención, marca o nombre comercial, con arreglo a la ley´», destacó Rodríguez.
Para ella, el problema de que representantes del sector privado se instituyan en puestos públicos es que se aprovechan de las licitaciones y otro tipo de negocios para obtenerlos o dotárselos a terceros y enriquecerse.
ÉXITO INCONCLUSO
Para el economista Leonardo Garnier, asesor del candidato presidencial Óscar Arias, se hizo una reforma en la salubridad pública desde 1994 desde cuando, supuestamente, se debía enfatizar la atención primaria, de manera que se le trasladó esa responsabilidad del Ministerio de Salud a la CCSS.
«Pero eso implicaba que ese ministerio debía trasladar parte de su presupuesto a la Caja para que esta pudiera cumplir con sus obligaciones, lo cual no sucedió. Entonces las reservas de la CCSS se utilizaron para atender el nivel primario» y de allí surgió un desbalance presupuestario que afectaría todo el sistema.
Otra problemática que permanece son los denominados «biombos» o intervenciones médicas que cobran médicos del sector público o privado, quienes utilizan las instalaciones y el equipo médico de la Caja.
«Siempre se habla de las amenazas que vienen desde afuera y supuestamente perjudicarían a la Caja, pero no se ve lo que ocurre desde adentro. Cada vez que algún alto funcionario llega con la buena intención de eliminar los «biombos» no se logra. ¿Por qué?. No somos capaces de hacerlo, no entiendo», aseguró el economista.
Para Garnier el país ha tenido un éxito inconcluso.
«Para mejorar nuestro sistema de salud debemos tener un buen sistema de economía y política. Nuestro funcionamiento social y de salubridad debe ser universal, solidario, equitativo y obligatorio: este es un buen esquema público».
El experto aseguró que se debe buscar una relación saludable entre los regímenes de salud pública y privada, para que no se socialicen las pérdidas y un grupo privilegiado sea el que se quede con las ganancias.
Otro de los problemas que detectó es que la evasión del pago de las cuotas obrero-patronales es un cambio que se viene fortificando y el mercado social pasa a tener cada vez más empleos informales o de profesionales liberales que, subdeclaran sus verdaderas ganancias y tendrán una pensión muy baja.
«La mitad de la Población Económicamente Activa (PEA) no está cotizando y esto implica un gran problema para que el Estado le pueda pagar a la Caja».
Otro tipo de inconvenientes encontrados por el funcionario se refieren a las resoluciones que establecen la Sala Constitucional y la Defensoría de los Habitantes sobre la CCSS que permean de alguna forma su independencia y limita las decisiones de su junta directiva.
«Un factor preocupante más es que «el 24% de los pacientes consumen el 21% de los medicamentos de la Caja, lo que está muy mal. Muchos de ellos deben hacer uso innecesario de las citas o amontonan medicamentos que no usan. Eso es una forma de corrupción», recalcó Garnier.
USO CUESTIONABLE
Para Guido Miranda, expresidente Ejecutivo de la CCSS, es muy discutible el uso que se hizo de los $200 millones que dio el Banco Mundial para un préstamo de reforma del sector salud, aparte de lo sucedido con los préstamos finlandés y español, por los cuales se hizo una polémica nacional al detectarse anomalías en su aplicación.
Mencionó que hubo 40% de cobertura de los servicios en salud para 1970.
«En 1961 hubo un cambio muy importante en la legislación cuando se decidió darle cobertura a todo habitante de Costa Rica. Esto contempla, por supuesto, a los inmigrantes.
«De allí se reforzó un sistema de solidaridad -en el cual cada uno cubre según sus posibilidades-, se estableció un sistema único -no hay diferencias entre los asegurados- y de equidad -un acceso cada vez más fácil a los servicios-«, explicó Miranda.
Según dijo, cuando se estableció el sistema de pensiones la edad promedio de vida era de 50 años, mientras que ahora se elevó a casi 81 años en el caso de las mujeres y de poco menos para los hombres.
«El desbalance de las pensiones con la sobrevida ahora es descomunal».
Pero, para Miranda se trata de que las pensiones brinden mayor calidad de vida a quienes ahora viven más.
Añadió que «tuvimos el desastre de los años 80. Nos quedamos con una mano adelante y la otra atrás. El petróleo es una limitación financiera muy grande. Para los años 90 recogimos lo que habíamos logrado. Fue cuando hicimos un seminario donde salieron las propuestas para cambiar el sistema y luego vino el préstamo sectorial con tal fin».
Este médico recordó que se buscaba descentralizar la atención primaria de los pacientes, mientras que poco a poco se fueron experimentando nuevas formas de atender a las personas como el sistema de cooperativas o los médicos de empresa.
El primer empréstito, según recuerda, se hizo para adiestrar el recurso humano.
Sin embargo, luego ese dinero se fue utilizando para otros rubros y el adiestramiento se quedó de camino.
Un aspecto al que Miranda dio especial relevancia fue a la falta de un sistema de costos que mida el eficiente uso del presupuesto de la CCSS.
Se supone -mencionó- que la Gerencia de Modernización iba a estar encargada de esto. «El hecho preocupante y cuestionable no es tanto si se actuó como una corporación, es saber cuáles son los resultados de esa gerencia», dijo.
ATAQUE POR DISTINTOS FLANCOS
Para Ottón Solís, candidato presidencial por el PAC, la salud es parte de una política social que ha sido abandonada como si tuviera menos importancia que la economía y el comercio exterior, hoy tan en boga.
El especialista se hizo varias preguntas, entre ellas, si la salud es causa o consecuencia del desarrollo, si la salud es un asunto de médicos o de políticas públicas; si el acceso a la universalidad del servicio reduce la pobreza y si la globalización obliga a revisar la equidad o más bien si tenemos que reforzar esta última.
Con base en esos cuestionamientos, Solís dijo que la salud pública debe ser vista desde cuatro perspectivas: la ética, la organizacional, la de responsabilidad personal y comunal, así como la ideológica.
Sobre el aspecto ético Solís cuestionó cómo es posible que los honestos no puedan tender una trampa a los corruptos y denunciarlos por los «biombos»; igual se preguntó cuánto se cobra para que los estudiantes de universidades privadas utilicen la infraestructura pública de la Caja para hacer sus prácticas.
«Para contestarse estas preguntas se deben ver los aspectos organizacionales, la responsabilidad personal y comunal, así como el tema de lo ideológico», explicó.
Dijo que buena parte de los problemas actuales se deben a razones éticas, «porque las autoridades tienen encima el problema de la morosidad. En segundo lugar se encuentra un grupo que posee la tendencia a culpar a los nicaragüenses de todos los problemas, pero no ve a los patronos que no pagan las cuotas».
Retomó el cuestionamiento que se hizo Guido Miranda en que no se llevan sistemas de costos, lo cual se debe «a la politización de puestos para llenar las juntas directivas, los consulados, las direcciones regionales de la Caja», entre otras.
Por tanto, «esto no es premiar la eficiencia, es como un gran biombo», subrayó.
Recordó el caso de corrupción en el que se vio envuelto el expresidente de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Eliseo Vargas, en el que afirmó, hubo presunto tráfico de influencias y él supuestamente habría recibido como «premio» una casa a cambio de favorecer la obtención de unas licitaciones públicas a una corporación farmacéutica privada.
Solís destacó que así como se dio este caso deben existir al menos 17 más, pero no especificó de cuáles se trataba.
ORGANIZACIÓN CUESTIONABLE
El exdiputado Solís también cuestionó el sistema basado en organizaciones piramidales como está conformada la misma CCSS, que ha servido para que se infiltren políticos y tomen medidas antojadizas, contrario al criterio médico que debería prevalecer.
«Este sistema hace que la compra de máquinas sea a veces impulsada por médicos que quieren tener de todo en los Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (EBAIS), cuando mucho de este no es necesario porque se puede utilizar el de centros hospitalarios vecinos».
Para llegar a la existencia de 1.000 EBAIS -destacó- faltan 140 de ellos, pero no se trata de números, sino que ni los existentes están dando el fruto que se esperaba.
«Esto encarece el sistema de salud», dijo Solís.
En cuanto a la responsabilidad personal y comunal, aseguró que muchas personas abusan de los tratamientos médicos o no los siguen, lo cual facilita el despilfarro de los recursos.
También cuestionó los problemas de educación sexual y preventiva, «ya que se sucumbe ante visiones religiosas y olvidamos prevenir el embarazo adolescente, cuyo porcentaje es enorme en el país».
Incluso, dijo que solo el 23% de los adolescentes tienen acceso a servicios de salud.
Desde el punto de vista ideológico, Solís aseguró que se perfila un sistema de salud hacia lo privado, el cual es muy inconveniente. «Así se contratan servicios oftalmológicos y de resonancia magnética, entre otros».
Aseguró que en el capítulo 10 del TLC, referente a la Propiedad Intelectual, se le están permitiendo a las transnacionales un accionar que amenaza las políticas preventivas en salud que son las más importantes.
Lo anterior porque «les permite demandar a nuestro Estado si las compañías ven reducidas su tasa esperada de ganancias, lo cual es el colmo».
Entre las propuestas hechas por Ottón Solís se encuentran la de enfrentar y eliminar la corrupción, además de analizar y ver cómo se resuelven los problemas con los «biombos».
También, dijo que debería investigarse si las universidades privadas pagan bien por utilizar los hospitales públicos para sus prácticas, además de averiguar y tomar medidas sobre las contrataciones que se hacen de medicina privada.
De alguna forma -puntualizó el candidato- se debe eliminar la politización de los nombramientos y se tienen que «tomar medidas sobre la morosidad que tienen con la Caja diferentes instituciones, entre ellas, el Estado».
Para él, es importante que se renegocie el Tratado, que se fortifiquen los tres niveles de atención médica, que haya un control ciudadano sobre lo que hacen las instituciones y fortalecer el acceso a los servicios en salud.
SENTIRSE AMARRADO
La Ministra de Salud, Rocío Sáenz, consideró que el ente que ella maneja es muy importante, pero que el presupuesto se ha ido reduciendo de tal forma que se le dificulta el buen manejo de los niveles de atención en salud.
Además, consideró que se ha ido diluyendo la incidencia de las políticas sanitarias en lo que hace la Caja, por lo que no se cumple uno de los objetivos más importantes que es definir al Ministerio de Salud como el ente rector de la salud pública nacional, mientras que los hospitales y unidades de salud actúan únicamente como ejecutores.
Para ella, esta situación debe ser cambiada desde ya con un gobierno comprometido con las mayorías y que no solo haga propuestas y discursos demagógicos.
PREOCUPANTES CIFRAS
Como si fueran números dispersos y peligrosos, algunas deudas o gastos vinculados a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) reflejan una realidad comprometedora para esta institución.
* Población asegurada: 1.357.500.
* Salario promedio de esa población: ¢182.667 mensuales.
* Asegurados en empresa privada: 58% del total.
* Asegurados en instituciones autónomas: 11% del total.
* Asegurados en el gobierno central: 10% del total.
* Asegurados por seguro voluntario: 13% del total.
* Presupuesto superavitario para la CCSS (2000): ¢3.968 millones.
* Presupuesto deficitario para la CCSS (2001): ¢5.415 millones.
* Presupuesto superavitario (2002): ¢21.000 millones.
* Presupuesto superavitario (2003): ¢9.619 millones.
* Presupuesto superavitario (2004): ¢5.410 millones.
* Deuda del Gobierno con la CCSS: ¢253.878 millones.
* Deuda total para el 2005: ¢301.505 millones.
FUENTE: Guido Miranda, expresidente Ejecutivo de la Caja Costarricense de
Seguro Social (CCSS).