Ottón Solís: Se debe aprobar un plan fiscal para evitar la crisis

Ottón Solís, fundador y excandidato presidencial del opositor Partido Acción Ciudadana (PAC), se mantiene firme en su apoyo al plan fiscal que busca aprobar

Ottón Solís, fundador y excandidato presidencial del opositor Partido Acción Ciudadana (PAC), se mantiene firme en su apoyo al plan fiscal que busca aprobar el Gobierno de Laura Chinchilla para disminuir el déficit fiscal. El proyecto se aprobará en primer debate en la Asamblea Legislativa y la Sala IV tendrá que asumir la responsabilidad de si quiere que haya o no recursos, dice.

No es el plan ideal, pero es necesario aunque no la medida suficiente para sacar adelante la economía costarricense, cuya suerte dependerá también de otras variables como evitar la llegada de capital especulativo y controlar el tipo de cambio para dar competitividad a las exportaciones. El siguiente es el extracto de una entrevista concedida el pasado martes 10 de enero.

 

¿Cómo ve las posibilidades de que se apruebe plan fiscal?

-Creo que el primer debate se le da y después que la Sala IV asuma la responsabilidad de si quiere que haya recursos o que no haya recursos. Creo que algunos habríamos cumplido con hacer todos los sacrificios que implica meterse en el tema tributario. (Si no se aprueba) aplaudirán sectores empresariales, la gente de zonas francas, y los que tienen transacciones internacionales se van a llenar de felicidad.

Usted es optimista entonces en cuanto a la aprobación del plan…

-Vamos a ver qué hace la Sala IV, pero yo creo que el primer debate se le va a dar,  y la Sala IV no va a aguantar la presión y va a tener que permitirlo, porque ya permitió que el 208 bis (procedimiento abreviado para aprobación del proyecto en la Asamblea Legislativa) se utilizara en el Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU. O sea, había beneficiado grandes intereses y ahora que los podría perjudicar, la Sala no debe ser tan evidente en apoyar solo ciertos intereses.

Pero de aprobarse el plan, con las modificaciones que se han venido haciendo al proyecto, solo daría  1.5% del Producto Interno Bruto (PIB), ya no el 2.5% calculado inicialmente, según reconoce el Gobierno.

–No, es mucho más. Eso de que será 1.5% es un cuento. Va a ser de 2.5% por lo menos. El IVA (impuesto al valor agregado de 14% que incluye el proyecto) es una máquina de recaudar, no tanto por el IVA, sino porque permite cobrar renta.

Al Gobierno le sirve subestimar lo que se va a recaudar para seguir con excusas para hacer mal las cosas. Es mucho más lo que se va recaudar. Eso es parte de mi razón para estar metido de lleno en aprobarlo y quitarle excusas a Liberación Nacional. Gobierna mal de cualquier manera, bueno, que no diga que es porque no se le permitieron recursos.

¿Aun con todas las modificaciones?

-Es que las modificaciones no quitan la esencia del IVA. Aun con una rebaja que  hicieron a ciertos sectores todavía quedan cargados servicios que paga la gente más adinerada. Pero es que aunque fuera un 2% del IVA permite controlar renta. Por eso es que el IVA lo tienen países de izquierda y países de derecha, todos los países del ALBA lo tienen, los países desarrollados, porque es uno de los controles para cobrar renta.

Y la renta mundial nos permitirá que pague toda esa gente que tiene depósitos e inversiones financieras fuera del país y que no pagan un centavo. Son miles de millones de dólares.

Un impuesto que quedará en nada, porque no tienen cómo cobrarlo, critican algunos…

-¿Por qué se oponen los empresarios entonces, si es una saludo a la bandera? La izquierda dice eso porque la izquierda se opone a todo, igual que la derecha. El Movimiento Libertario y esos que defienden intereses empresariales se oponen porque no quieren pagar impuestos. Pero claro que tiene impacto. Si no, los que representan esos intereses estarían felices.

Es como lo que dicen que el impuesto a las zonas francas no tiene impacto. Claro que lo tiene. Si no, no dirían nada los empresarios de zonas francas.

¿Cómo ve la situación económica del país para este año, en qué medida dependerá de que se apruebe o no el plan fiscal?

-Depende de varios factores. La situación internacional es una variable. Otra es el tipo de cambio, o sea, si el Gobierno decide o no controlar la cuenta de capitales. Otra variable es si doña Laura inicia su gobierno y deja de sentirse como responsable por los serios vacíos y hechos que dejó Óscar Arias.

-¿Es decir, que no basta con el plan fiscal?

-No basta con eso. Se necesita un Gobierno con una orientación definida, se requiere controlar el tipo de cambio para dar competitividad a las exportaciones.

Usted es crítico en el papel del Banco Central en el manejo del tipo de cambio.

-Creo que el Banco Central tiene un importante papel que jugar en esa materia y ha hecho las cosas al revés. Un país que tiene un déficit en la cuenta corriente (la relación entre exportaciones e importaciones de bienes y servicios reales y financieros) uno de los más altos de América Latina, y tener un tipo de cambio sobrevalorado, lo cual alimenta ese déficit, es absurdo.

Países con superávit en la cuenta corriente tienen el tipo de cambio subvaluado para hacer aun más grande el superávit. En eso el Banco Central tiene la responsabilidad. Lo que debe hacer es controlar la cuenta de capitales, evitar la llegada de los capitales especulativos y tener un tipo de cambio más acorde con el déficit que tenemos.

¿Por otro lado, no debería estar tomando previsiones el país ante la eventualidad de un desmejoramiento de la economía internacional, principalmente en Europa, que muchos temen?

-Sí, aunque pienso que este año (la economía internacional) va a estar un tanto mejor respecto a lo que fue el 2011. Un país tiene que estar preparado, pero la principal preparación es tener las finanzas sanas, porque prepararse es poder tomar medidas. Para poder tomar medidas hay que tener plata y eso es parte de mis preocupaciones. Nosotros somos vulnerables y para que el Gobierno pueda tomar medidas ante una recesión más dura, que no creo que se vaya a endurecer, requiere de recursos para poder promover gastos internos e inversión interna y reactivar un poco la economía. Pero con un déficit fiscal elevado, eso no se puede hacer.

-¿Y  no habría que estar hablando de revisar el modelo económico, que genera desigualdad e inequidad social?

-Claro que hay que cambiar ese modelo aperturista absurdo contra la producción nacional, contra el microempresario nacional, a favor de las importaciones en que se les da subsidios a las multinacionales en las zonas francas y no al productor nacional, en que todo se quiere privatizar. Pero eso no lo va a cambiar la presidenta, si ella cree en eso, lo dijo en campaña. Para eso hicimos el PAC para poder cambiar el modelo. Pero la gente no quiere entender que hay raíces estructurales. Es decir, el déficit fiscal tiene que ver con el modelo, el déficit de financiamiento exterior tiene que ver con modelo, la concentración de la riqueza tiene que ver con el modelo.

Hay otras cosas que no tienen que ver con el modelo. Como la ineficiencia del Estado. Eso tiene que ver con una cultura nacional enfermiza, de aprovechamiento y de tradiciones sindicales enfermas y de abuso por todo lado. De empleados públicos que se van a una huelga aunque los enfermos no se puedan operar.  Es decir, hay una cultura en que se mezcla todo y que hay que cambiar,  pero para cambiarla hay que tener autoridad moral. Hay que cambiar la cultura ética del gobernante para poder hablar a los empleados públicos. Nada de andar ofreciendo nombramientos y  gastando dinerales, y si usted tiene ética desde arriba usted logra hacer muchas cosas.

Pero eso no es lo que está en la orden del día aquí…

-¿Qué hacemos entonces? Es como cuando sos socio minoritario en una finca de café, los precios están por el suelo y los socios mayoritarios no quieren cambiar. Habría que tener ganado o caña, no café, ¿pero si los socios mayoritarios quieren café? ¿Te vas a oponer a todo para que sea peor?

Dentro de ese mundo imperfecto hay que ver lo mejor que se hace. Pero si tras de que está mal el café todavía los minoritarios impiden que se mejore el café, entonces es lo peor de todos los mundos. Y en ese mundo es que estamos. La cosa es cooperar para que dentro de este modelito imperfecto se reduzcan sus deficiencias.

¿Es la lógica del plan fiscal?

-Eso y muchas cosas que uno propone son todos planes B.  El plan A es tener un plan fiscal para subir la carga tributaria para hacer más obra pública y más desarrollo social, para incrementar la presencia del Estado en la economía, mejorar la educación pública. No para lo que tenemos que hacerlo ahora, que es para evitar una crisis y pagar intereses.

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