Con el nombramiento de Fabio Molina como nuevo jefe de bancada del oficialista Partido Liberación Nacional (PLN) y la renuncia de los diputados más cercanos de la presidenta Laura Chinchilla, en la Asamblea Legislativa avanza el entarimado que Rodrigo Arias construye con la pretensión de hacerse con la candidatura presidencial de su partido para el 2014.
Por otro lado, en la medida que los grupos de oposición estén divididos, sin liderazgo y rumbo claro, el creciente aislamiento y debilitamiento del gobierno de Chinchilla por una seguida de errores de conducción y escándalos éticos con contrataciones, abonan a las pretensiones del exministro de la presidencia.
Así lo consideran algunos en corrillos políticos, e incluso entre dirigentes liberacionistas, aunque otros, por el contrario, no creen que los cuestionamientos que enfrenta el gobierno de Chinchilla favorezcan al mencionado precandidato liberacionista, cuyas pasadas actuaciones como ministro de la presidencia del anterior gobierno también han sido cuestionadas; ejemplo de ello fue el manejo de los fondos donados por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).El politólogo Francisco Barahona consideró que si el gobierno de Laura Chinchilla fracasa estrepitosamente, lo que va a decir la gente de Rodrigo Arias es que lo que se necesita es un gobierno fuerte como el de Óscar Arias y que lamentablemente el PLN falló con esta señora, pero que con Rodrigo eso no ocurrirá. Y como la oposición tampoco da la talla, ni logra coaligarse, lo que habría que hacer es darle apoyo al partido que tiene experiencia en Costa Rica: Liberación Nacional.
Si bien la imagen de Arias está muy desgastada, este tiene muchos millones detrás y puede levantarse, pero eso no depende tanto de Arias sino de las contradicciones en el PLN, y también de las contradicciones en todo el abanico de la oposición, y nada está definido, ni en un lado, ni en el otro, apuntó el analista.
Arias necesitaría que el actual gobierno sea lo suficiente malo, como para que la gente diga que se estaba mejor con el gobierno de Óscar Arias y que se necesita a su hermano Rodrigo para que el país vaya bien. Esto funciona en tanto no haya una oposición fuerte, porque si la hubiera las personas no necesitarían añorar a los Arias, y optaría por el cambio, como ocurrió en 1978 con Rodrigo Carazo, quien reunió a los grupos de oposición, que lograron dar una imagen de una gran fuerza que le pasó por encima al PLN.
Un politólogo vinculado a las actividades políticas del PLN y que prefirió que no se publique su nombre, comentó que esa opción de cambio no existe hoy por hoy, con una oposición dividida y en crisis, y donde Ottón Solís, fundador del Partido Acción Ciudadana – la principal agrupación opositora-, está abocado a sabotear la unión. Si no hay una alianza, y esta es una administración sin rumbo y llena de escándalos de corrupción, a la gente no le queda más que volver los ojos a lo que había antes, y a eso está apostando Rodrigo Arias, anotó.
Valga recordar que Arias tiene trabajando a tiempo completo a todo un equipo de politólogos, periodistas y un experto español en una campaña que arrancó desde el inicio de este gobierno, pero lanzada oficialmente el mes pasado, para reposicionar su imagen, que aparece muy desgastada en las encuestas.
SIN APOYOS
Mientras tanto, la renuncia del diputado Francisco Chacón y la diputada Viviana Martín, uno para ocupar el puesto de Ministro de Comunicación, y la otra para una gerencia en una línea aérea, dejó a la presidenta Chinchilla sin sus principales apoyos en la Asamblea Legislativa.
En el caso de Luis Gerardo Villanueva, del que podría decirse que es el diputado de confianza que le queda, finaliza con gran desgaste su período como jefe de fracción, tras el fracaso del plan fiscal -el proyecto estrella del Gobierno- y una serie tropiezos, como el fallido proyecto de inmunidad perpetua para los miembros de los supremos poderes, que el Poder Ejecutivo tuvo que retirar en medio de una rechifla general.
El nuevo jefe de fracción nombrado por la bancada oficialista, Fabio Molina, forma parte de una mayoría consolidada de unos diez diputados y diputadas que le responden a Rodrigo Arias. Otra media docena están y estarán con el precandidato mientras no haya otro aspirante, pero se alinearían con Johnny Araya o con José María Figueres en el momento que estos se postulen, según se da por descontado en corrillos legislativos.
El alcalde y el expresidente emergen como peligrosos rivales de Rodrigo Arias, aunque Araya dice que es prematuro hablar de candidatura, y Figueres aseguró en los últimos días que no piensa en su lanzamiento para el 2014. La gente de Arias, por otra parte, estaría buscando el mecanismo para adelantar la celebración de la convención interna del PLN, que controlaría sin dificultad.
En el frente legislativo, la elección de Molina a la cabeza de la fracción, se ha presentado a lo interno del grupo como una decisión adecuada para unificar a la bancada y sanar la fractura que tuvo el año pasado, cuando surgieron prácticamente dos fracciones: la de Chinchilla y de la de Rodrigo Arias.
Además, le permitiría al Gobierno tener un mayor grado de coordinación, en un momento en que a Chinchilla se le han ido diputados de confianza y queda muy débil, y la lógica sería coordinar con el grupo que está totalmente unificado, que es el afín a Arias.
Sin embargo, para el Gobierno el próximo período será complicado en el Congreso, donde la Alianza Opositora por Costa Rica podría volver a ganar el directorio este primero de mayo, y el oficialismo necesitará una gran capacidad negociadora, que muchos dudan que tenga Molina.
Es un diputado “ligero de palabras”, señaló José Carlos Chinchilla, sociólogo y analista político. En su criterio, el nombramiento de Molina más bien puede afectar a Arias, y por otra parte discrepa en cuanto a que este se beneficie con los escándalos que están golpeando al Gobierno.
Esto, porque no son solo un duro golpe para el Gobierno, sino para la pretensión de los Arias, pues lo que hacen es recordar las dudas y cuestionamientos que hay sobre el mismo Rodrigo Arias.
Los cuestionamientos lo que evidencian es un PLN en el Gobierno que no ha sido todo lo claro y lo ético que se esperaba. Esto no exime a los Arias, más bien los involucra, porque hay señalamientos como los que se hicieron a Rodrigo Arias por el manejo de los fondos del BCIE, que si bien es cierto no se convirtieron en un delito, lo cierto es que a la gente no le pareció bien, añadió.
“Lo que veo es hay una pérdida muy grande para toda la clase política; hay un duro golpe al Gobierno, porque piezas claves se las están terminando de sacar. Ciertamente lo que hay es como un espacio para que la oposición saque ventaja; pero, lo inexplicable es cómo a estas alturas la oposición no ha montado una estrategia para sacarle provecho político a algo tan desastroso como lo que ha ocurrido”, comentó.
CONTROL
El politólogo y articulista Jorge Vargas Cullel también es del criterio que con el desmoronamiento que sufre el Gobierno no se benefician un PAC dividido, ni un Libertario desacreditado y una alianza parlamentaria opositora que es un muerto que camina. “Y en cuanto a Liberación Nacional, tendrá que vender el cuento de que en realidad este Gobierno no es de ellos y que, pese al accidente, son los capacitados para gobernar bien. Y mientras tanto, son los poderes fácticos los que sonríen con el statu quo”, escribió Vargas en su columna semanal en La Nación.
Según Chinchilla, en la elección de los alcaldes y el boicot que le hicieron desde la Asamblea Legislativa a Laura Chinchilla, quedó claro que los Arias tenían el manejo. Entonces, el problema de Rodrigo Arias no es el control interno del PLN, que no ha estado en duda, aunque ahora con la presencia de Figueres no es tan claro el asunto.
Agregó que a Arias las encuestas lo ubican en el fondo del pozo, pero tiene muchos recursos económicos y ha montado una plataforma para tratar de salir de él. Ahora con la presencia de Figueres y la posibilidad de aparezcan alternativas como la de Johnny Araya, que también tiene su fuerza, el año entrante se verá realmente quién maneja el partido.
En su opinión, la llegada de Molina como vocero del arismo en el Congreso, va a terminar de enredar las cosas, porque el diputado es ligero en palabras, y eso puede terminar afectando a Arias.
El problema de Rodrigo Arias es que se le conoce mucho; entonces, es una campaña muy complicada, porque trata de construir una imagen nueva sobre una imagen vieja que la gente tiene de él, y al fin y al cabo es una imagen que políticamente está muy desgastada.
Por otra parte, el apoyo de Óscar Arias será muy importante para su hermano, pero para mucha gente lo que implica es la necesidad de reagruparse para enfrentar a los Arias. Eso ocurre tanto en la oposición, como al interior del mismo PLN, donde hay sectores preocupados por lo que se ha denominado la dinastía de los Arias, apuntó Chinchilla.