Aunque la manifestación convocada y efectuada por diversos sectores sociales el pasado 15 de febrero fue muy exitosa, expertos consultados por UNIVERSIDAD son precavidos al valorar este tipo de acciones y consideran que movilizaciones como esta responden más que todo a temas coyunturales.
El movimiento contó con una participación de miles de trabajadores que llenaron la avenida segunda josefina y marcharon hasta la Casa Presidencial, para exigirle a la presidenta Laura Chinchilla aumentos salariales mayores, así como el retiro del plan fiscal de la Asamblea Legislativa.
Dicha actividad obligó a Chinchilla a sentarse a negociar con los diversos sectores sociales el pasado lunes, encuentro que tuvo buenos resultados para los trabajadores públicos, pues lograron la promesa de que para el segundo semestre se realizará una fijación basada en el costo real de vida.
Asimismo, las autoridades del gobierno se comprometieron a analizar en el mediano plazo la política salarial del país, en conjunto con el sector social, según declaró la ministra de Trabajo, Sandra Piszk.
A pesar de que los gremios obtuvieron una importante respuesta ante su convocatoria y una reacción inmediata del Gobierno, la socióloga Montserrat Sagot explicó que cuando se les toca el bolsillo a las personas es más fácil para las organizaciones movilizar a más personas, pero ese apoyo puede ser circunstancial.
“Tendríamos que ver una tendencia más a mediano plazo, pues se evidencian movimientos de diferente naturaleza, pero estos aún no se han articulado. Considero que sí hay capacidad de articularse, pero el movimiento social progresista del país no se ha recuperado de la pérdida del TLC”, detalló Sagot.
Por su parte, el sociólogo Carlos Sojo coincidió con esta posición y está convencido que es normal que los sectores sociales se hagan presentes públicamente con cierta periodicidad y que sus argumentos pueden variar, según la coyuntura.
“Yo no veo que los acontecimientos de los últimos días impliquen una situación de quebranto, crisis o ruptura del orden del país; de hecho, comparativamente con Latinoamérica, Costa Rica tiene una baja movilización y las protestas son limitadas. Esto no quiere decir que no haya molestia de los sectores”, indicó Sojo.
El experto alertó que sí existe la posibilidad de que las protestas y movimientos escalen hacia un movimiento social más grande, ya que la inconformidad del país está vinculada con el modelo de desarrollo económico que han defendido los gobiernos por años.
Entonces podrían observarse a los empleados públicos unirse con otros sectores que tienen una gran disconformidad, pero esa unión no se ha visto todavía.
No obstante, dentro de poco comenzará el lanzamiento de la campaña electoral y esto podría exacerbar la crítica hacia el Gobierno, por parte de diversos grupos, con el fin de lograr un cambio de signo político para la próxima administración. “Esto podría acentuar las protestas y demandas”, advirtió.
Para Montserrat Sagot, la presidenta Chinchilla y su gobierno han demostrado una gran incapacidad para enfrentar y resolver los problemas más críticos que hay en el país actualmente.
“Es por eso que no me sorprende que empiecen a levantarse otros movimientos coyunturales, con demandas muy puntuales; pero estoy segura que la gente va a ir respondiendo de diversas formas, en busca de respuestas para sus necesidades más inmediatas”, argumentó la experta.
Según Carlos Sojo, en estos momentos, el Gobierno enfrenta tres disputas esenciales; la primera relacionada con el proceso político como tal, que se expresa contra Liberación Nacional y básicamente se enfoca en la Asamblea Legislativa.
Dicha disputa define al partido de gobierno como el enemigo; pero como la gente está harta de la política y se mantiene distante y desconfiada, la movilización en este sentido es poca y la molestia se queda en el ámbito legislativo.
“El otro elemento que está en el escenario es el plan fiscal, que divide a ciertos sectores políticos y sociales. Hay un grupo de la población, no solo el empresarial, que objeta casi por principio los nuevos impuestos, mientras que existe otro que apoya la reforma para la construcción de bienes públicos, que solo se obtendrán con financiamiento estatal”, indicó Sojo.
El problema de una reforma fiscal, en cualquier momento que se impulse, es que la mayoría de la gente se mostrará en contra; es un tema sumamente impopular y moviliza a muchas personas.
La última disputa es la coyuntura, dijo el especialista, aquella que convoca a la gente a las calles, que ahora tiene que ver con el aumento de salario de empleados públicos, pero luego puede tener que ver con los presupuestos de las universidades.
“En este sentido, el catalizador puede cambiar, pero siempre que haya participación de los empleados públicos y sobre todo de los docentes, la movilización será grande. Ahora debemos replantearnos la necesidad como país de dar una discusión con respecto al empleo público y la posibilidad que tenemos de seguir financiando muchas garantías y privilegios”, manifestó.
Sojo hizo énfasis en la desigualdad que experimentan muchos trabajadores, que no gozan de los mismos privilegios que tienen unos pocos empleados públicos, pues no todos los tienen. “Entonces una posible solución al tema de salarios es que quienes más ganan no reciban aumento este año y los recursos se repartan entre aquellas que menos ingresos tienen”.
Gremios satisfechos
A continuación se ofrece una muestra con opiniones de los dirigentes sindicales de diversos sectores de trabajadores públicos, respecto a la movilización que se llevó a cabo el 15 de febrero.
Albino Vargas, de Asociación Nacional de Empleados de la Caja y la Seguridad Social: “Nosotros vemos la protesta como un ensayo, como una práctica de eventos mayores que creo vendrán a lo largo de este año. Me parece importante el éxito de la articulación gremial e intersectorial, de la unidad social y cultural, y creo que deberíamos discutir ampliar la agenda de lucha, porque el tema de los ¢5.000 es más profundo. Es una política que se hunde en las raíces de la injustica tributaria costarricense, que va a quebrar la Caja y al propio Estado”.
Jorge Arguedas, de la Asociación Nacional de Técnicos y Trabajadores de la Energía y las Telecomunicaciones: “La marcha estuvo excelente; la movilización no solo fue en San José, sino en todo el país, por ejemplo, Liberia, Nicoya, Cañas y muchos otros. Para nosotros fue un éxito y sobrepasó todas las expectativas.
En el caso del ICE tuvimos una participación muy importante, sobre todo de gente muy joven, tanto hombres como mujeres. Este gobierno tiene que abrir un espacio de diálogo; creemos que una huelga de esta magnitud volvería al país al revés; todas las personas quieren protestar por algo, todos sentimos la situación económica asfixiante y me parece que esto nos permitirá a la dirigencia la madurez necesaria para construir”.
Beatriz Ferreto, de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza: “Las organizaciones ese día le demostramos al gobierno de Laura Chinchilla que no estamos dispuestos a ponernos de rodillas y los trabajadores apoyaron el movimiento de forma masiva; en cuanto al Magisterio Nacional, fue enorme el apoyo. En el caso de la secundaria, la huelga fue de un 99% y la movilización masiva. Doña Laura tiene desordenado el país y es parte de la falta de capacidad y gobernabilidad que se traduce, incluso, en que su propio Ministro de Hacienda, salga a desautorizarla en la reunión con los sectores sociales; en cualquier parte del mundo un ministro se hubiera caído por hacer eso”.
Marvin Rodríguez, del Sindicato de Trabajadores de la Educación Costarricense: “La evaluación que hicimos realmente nos dio referencias sumamente importantes, puesto que una vez más se demuestra que el movimiento sindical sí está en la capacidad de articular y unir en la acción; la participación en todo el país fue grandiosa y se le dio un mensaje muy preciso al Poder Ejecutivo: estamos unidos, tenemos la capacidad y las agallas para defender a nuestra patria”.
Luis Chavarría, de la Unión Nacional de Empleados de la Caja y la Seguridad Social: “Todos sabemos que la crisis la descargan sobre la clase trabajadora, en este caso de todo el pueblo y esperamos iniciar una serie de protestas a nivel nacional para hacer conciencia y que la crisis se descargue sobre los ricos y no sobre la clase trabajadora de este país”.