La Zona Norte es rica en atractivos turísticos. Sin embargo, para desarrollar su potencial en este campo la comunidad empresarial clama porque el gobierno dote de infraestructura básica.
Un ritual a su dios Tocu, es parte de los atractivos que los indígenas malekus ofrecen a los turistas que los visitan.
Con sus abundantes atractivos ligados a la naturaleza, la Zona Norte del país tiene en el turismo un motor importante de desarrollo, y por ello los empresarios en este campo demandan que el Estado contribuya con obras y servicios básicos, imprescindibles para explotar mejor su enorme potencial.
Montañas, lagos, ríos, volcanes, humedales, aves, mamíferos, peces, caminatas por senderos, desplazamientos por las copas de los árboles, baños de aguas termales, cultura indígena y numerosas cascadas, son algunas de las innumerables atracciones que pueden encontrar turistas nacionales y extranjeros en la Región Huetar Norte.
Con una enorme riqueza natural y un gran potencial turístico, este sector del territorio nacional sufre de algunas carencias de infraestructura básica, que limitan su desarrollo y dificultan las condiciones de vida de sus habitantes.
La Cámara de Turismo de la Zona Norte (CATUZON) y el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) organizaron recientemente una gira periodística por la región, con el fin de dar a conocer los problemas que la aquejan, así como sus atractivos.
El recorrido coincidió con una visita que hizo el Defensor de la Habitantes, José Manuel Echandi, quien presentó a la prensa un resumen sobre los principales problemas que afectan a la población norteña.Dirigentes de las fuerzas vivas de la zona también se reunieron recientemente con el jerarca del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT) -Javier Chaves-; el presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) -Pablo Cob-; y el entonces presidente del ICT -Rubén Pacheco-, con el fin de plantearles diversos tipos de ayuda.
Con más de 7.000 kilómetros cuadrados y alrededor de 200.000 personas, distribuidas en cantones de las provincias de Heredia, Alajuela y Guanacaste, esta región es rica también en actividades productivas basadas fundamentalmente en el turismo, agricultura y ganadería.
Dentro de este territorio, la comunidad de La Fortuna se catapultó en los últimos años como un polo turístico ligado al -quizás- principal atractivo de la región: el activo volcán Arenal, cuyas constantes explosiones y vertido de lava atraen a miles de visitantes.
CARENCIAS
Si bien esta región es rica en naturaleza y en potencial turístico, padece de carencias que retrasan su desarrollo. Estas limitaciones quedaron recogidas en la memoria del «I taller para el turismo sostenible del la Región Huetar Norte», celebrado en agosto del año pasado en la sede regional del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR).
Dicha actividad fue organizada por el ICT, el Instituto Nacional de Fomento Cooperativo, el ITCR y la Zona Económica Especial de la región, con el propósito de elaborar un plan estratégico de desarrollo turístico sostenible.
Entre las debilidades que en esa ocasión quedaron expuestas estaban: deficiente infraestructura vial, eléctrica, de telecomunicaciones, y de servicios básicos; escasa planificación del desarrollo turístico binacional (Costa Rica-Nicaragua); falta de un adecuado plan para el sector en materia policial, sanitaria, y prevención de desastres naturales; sistema educativo que no responde a las necesidades, desequilibrio entre tarifas hoteleras y calidad; y necesidades de capacitación del recurso humano.
Asimismo, se detectaron como amenazas la laxitud de las leyes que permiten el uso no sostenible de los recursos naturales, la ausencia de iniciativas que estimulen la inversión en la región, la posible instalación de megaproyectos turísticos; y desarrollo de actividades mineras o de industrias con alto impacto para el ambiente.
Estas dificultades fueron confirmadas a los periodistas por representantes de la Cámara de Turismo de la Zona Norte y a la Defensoría de los Habitantes en una carta que le enviaron en marzo pasado.
Raúl Blanco, dueño de «Arenal Vista Lodge», se quejó porque los estudiantes que viven entre las comunidades de El Castillo y Pueblo Nuevo (aledañas al lago Arenal), no pueden en algunas ocasiones (especialmente en invierno) desplazarse al colegio de La Fortuna, debido al mal estado de la carretera.
La Defensoría de los Habitantes respaldó esta inquietud en su informe, al señalar que si bien esta es una vía transitable, hay algunos tramos en mal estado y es importante que el MOPT le dé mantenimiento, especialmente en razón de que esta comunica con Monteverde y en caso de emergencia por explosión del volcán Arenal, podría ser utilizada para evacuar población.
Asimismo, la CATUZON y el Defensor de los Habitantes -Echandi-, insistieron en la urgencia de construir un puente sobre el río Caño Negro -sobre esta misma carretera-, indispensable para las personas que se movilizan entre El Castillo, Pueblo Nuevo, Río Chiquito, y Monteverde.
Otra necesidad es la construcción de un desembarcadero en el sitio donde está la represa del Proyecto Hidroeléctrico Arenal, ya que ahora hay solo una rampa empinada de concreto, no apta para ser usada por los turistas de edad avanzada o discapacitados que abordan allí lanchas.
La idea es que el ICE autorice la instalación de un teléfono público en la represa y la construcción del desembarcadero, así como otro en la comunidad de Río Chiquito, en donde solo existen unos montículos de tierra.
El mal estado de las carreteras es tal vez la principal preocupación de los empresarios turísticos, ya que estas se convierten en un obstáculo para los miles de turistas que quieren disfrutar de las atracciones de la zona.
Según se pudo constatar en el recorrido que hicieron los periodistas, el tramo entre La Fortuna y la represa del Arenal muestra un deterioro considerable de su carpeta asfáltica. Después de la represa, la vía que bordea el lago Arenal y enlaza con Tilarán, se encuentra en pésimo estado, sobre todo los últimos 10 kilómetros, denunciaron vecinos.
En cuanto a comunicación telefónica, fue notorio para la prensa lo deficiente del servicio de teléfono celular a lo largo de diferentes puntos entre La Fortuna, la represa y Los Chiles. Son pocos los sitios donde se recibe señal, especialmente para la tecnología GSM. Incluso, en el centro de una localidad tan desarrollada como La Fortuna y con tanta afluencia de turistas, la señal es casi nula.
La CATUZON estima que contar con una infraestructura adecuada de carreteras y telecomunicaciones, es esencial para poder desarrollar la región.
Dentro de la agenda de prioridades que han elaborado están además: atención a los problemas viales, respaldo a la solicitud comunal de La Fortuna tendiente a contar con un sistema de alcantarillado, creación de clínicas en pueblos alejados, crear una sede de la Cruz Roja en La Fortuna y del cuerpo de bomberos; luchar contra el trafico de drogas, la explotación sexual de personas menores de edad, y el mantenimiento de campañas de salud por parte del respectivo ministerio.
El directivo del ICT, Martín Mora, instó a descentralizar las decisiones y pidió que las autoridades gubernamentales definan políticas claras para el turismo, con la participación del sector empresarial de la región, conocedor de las necesidades.
TALA, CAZA…
Por otro lado, pese a que los empresarios turísticos de la Zona Norte tienen conciencia de la necesidad de practicar un desarrollo sostenible y de proteger los recursos naturales, la región tiene serios problemas de deforestación, caza ilegal y contaminación.
Juan Diego Alfaro, coordinador de áreas silvestres del Área de Conservación Arenal, detalló que la región está afectada por la tala ilegal de bosques, la cacería y la contaminación de los ríos.
Alfaro trabaja en el proyecto «Educación ambiental en el cantón de San Carlos», el cual cuenta con apoyo del municipio y está enfocado hacia estudiantes de escuela, amas de casa, empresarios.
Entre los temas que impulsa el proyecto se encuentran el tratamiento de desechos, mejoramiento de eras, rotulación de áreas silvestres, y manejo de agroquímicos.
Una de las denuncias más fuertes por daños al ambiente, la hicieron miembros de la Asociación de Protección, Conservación y Sanidad de Recursos Naturales de Caño Negro. Mauro Conte, fiscal de la agrupación, criticó al Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), por no atender varias denuncias relacionadas con tala ilegal, apertura ilegal de canales que afectan el Refugio de Vida Silvestre Caño Negro, y manejo irregular de fondos por parte de algunos funcionarios del MINAE.
Dicho ministerio no ha respondido a la comunidad de Caño Negro las denuncias hechas desde el año pasado, cuestionó Conte.
La CATUZON, por su parte, en materia ambiental tiene proyectado crear minicentros de acopio de desechos sólidos en hoteles y restaurantes, coordinar el reciclaje de envases plásticos, sembrar y apadrinar árboles, crear bases de datos sobre flora y fauna de La Fortuna, y promover el Plan Nacional de Desarrollo Turístico Sostenible, al igual que el programa de Bandera Azul Ecológica, la cual ya ostentan.
AGUA, AIRE, TIERRA Y FUEGO
Si de algo puede jactarse la Zona Norte, es de su amplia gama de atractivos, tan variados que los turistas pueden escogerlos de acuerdo con sus elementos favoritos: tierra, aire, agua o fuego, e incluso combinados.
No obstante lo anterior, el fuego es el elemento que distingue la región, simbolizado por el imponente volcán Arenal (1.633 metros de altura), que con sus constantes explosiones y flujos de lava, por las noches se convierte en una antorcha que atrae a los turistas, quienes se le acercan embelesados como insectos atraídos por la luz de una lámpara.
Sin embargo, las expectativas por ver este volcán muchas veces terminan en frustración y enojo, pues los caprichos del clima hacen que por lo general esté cubierto del todo o parcialmente de nubes o neblina. Eso sí, cuando por las noches está despejado, la lava se convierte en un río incandescente que extasía a cualquiera.
El Arenal es sin duda un «filón de oro» para la región y el crecimiento vertiginoso de la comunidad de La Fortuna en los últimos años es un claro ejemplo de ello. Y es que alrededor del volcán se desarrolla toda una serie de empresas que sacan provecho de otros atractivos naturales, como los ríos de aguas termales que manan de sus entrañas.
Para quienes se inclinan por el elemento agua, en la Zona Norte este es abundante en sus distintas presentaciones. Contiguo al volcán Arenal está el lago del mismo nombre, en donde se pueden practicar deportes acuáticos; debido a los fuertes vientos que allí soplan (más de 70 kilómetros por hora), ocupa los primeros lugar del mundo para la práctica del «windsurf».
Varios ríos sirven también para excursiones en balsa («rafting») o navegarlos en kayac, para la pesca deportiva, y la natación. Varias empresas ofrecen paquetes al turista, quien puede escoger según gustos y precios.
Los que prefieren actividades donde pueden liberar su adrenalina por los aires, sin duda se inclinarán por una aventura en algunos de los «canopy», los cuales les permiten deslizarse a gran velocidad guindando de un cable de acero entre las copas de inmensos árboles.
Si se desea algo más reposado, en donde se pueda «tener los pies sobre la tierra», también hay giras que llevan por senderos montañosos y algunos incluyen puentes colgantes que se extienden entre el dosel (parte más alta) del bosque.
Otra opción es ir a caballo desde los alrededores del volcán Arenal hasta la comunidad de Monteverde, en un recorrido de 23 kilómetros; o bien, adentrarse en las penumbrosas cavernas de Venado (cerca de San Rafael de Guatuso), llenas de estalactitas, estalagmitas, agua y también…murciélagos.
Por otro lado, aquellas personas deseosas de conocer la cultura indígena de la región, pueden optar por una gira a la comunidad de los malekus, situada cerca de San Rafael de Guatuso. Ellos (cerca de 6.000) se agrupan en los únicos tres poblados que tienen: El Sol, Tonjibe y Margarita.
Allí se puede hacer un recorrido por un bosque en regeneración en el que se pueden apreciar especies medicinales y frutales que utiliza esta etnia de origen chibcha, y tumbas de sus antepasados.
Un baile ceremonial a su dios «Tocu», en el que las plegarias a los distintos elementos de la madre naturaleza son parte esencial, así como la posibilidad de apreciar o comprar sus artesanías, completan una visita a esta comunidad.
La región cuenta además con zoológicos, criaderos de cocodrilos, humedales repletos de aves acuáticas, al igual que las atracciones tradicionales en la mayor parte de las poblaciones: discotecas, bares, restaurantes, y galerías de arte.